Ezequiel Querales Viloria: Un baño de pueblo y soberanía…

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Un verdadero baño de pueblo y soberanía, fue lo que recibió el domingo 22 de octubre, María Corina Machado, de más de 2 millones de venezolanos, en el país y de muchas partes del mundo, que acudieron jubilosos a la cita de La Primaria, a respaldar su propuesta de cambio y esperanza.

Según expertos analistas, fue una votación con carácter plebiscitario, señalando que quien ahora busque minimizarla, descalificarla y hasta judicializarla, como pretende el régimen autocrático, desconoce el sentir de un bravo y heroico pueblo.

Agregan, que habrá que poner al inefable letrado del derecho Germán Escarrá, a desempolvar los tratados de soberanía para advertir a la cúpula gobernante, que por encima de ella, no priva ningún otro derecho.

“La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.

“La soberanía es un término que hace referencia a un poder supremo. Decir que un Estado es soberano significa que por sobre el ordenamiento jurídico estatal no existe otro ordenamiento jurídico superior”. Es el enfoque, que de manera general, han precisado en reescribir, infinidad de estudiosos del tema.

Oportuno es recordar. “Por encima de la Constitución, (máxima expresión soberana del Pueblo). !Todo!. ¡Fuera de ella, nada!”, solía vociferar a los cuatro vientos, el teniente coronel barinés, para advertir a la “canalla opositora”, de su vigencia e inviolabilidad. Luego aludía al artículo No. 7 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, “que la revolución, había reelaborado, para darle mayor vigor, a los derechos del pueblo soberano”.

Basta una ojeada a la tan manoseada entelequia de “ministerios del poder popular”, que “concederían más y más, poder a los ciudadanos”, para darse cuenta del vergonzoso fracaso de la revolución socialista del siglo XXI. Nunca antes, hubo tantos ministros sordo mudos. Y no se diga ahora, que es un invento opositor.

La jornada comicial de  este 22 de octubre no solamente superó todas las expectativas trazadas, sino que  pasará a la historia porque fueron realizadas contra corriente, con un régimen apostando al fracaso.

Un Bravo Pueblo que perdió el miedo, y se lanzó a las calles, a darle un apoteósico respaldo, a la noble y férrea voluntad de cambio, que impulsa contra el yugo opresor, como faro luminoso, a riesgo de su propia vida, María Corina Machado. Y de paso, utilizando los mismos recursos, de que tanto se ufana la revolución, con las cuales impartió una gran lección de civismo.

Será por eso, que les duele tanto, que ahora están urdiendo pretextos de todos los calibres, para “tapar el sol con un dedo”, el rotundo triunfo del pueblo, que legitima y fortalece a la nueva líder opositora.

La soberanía popular, como el chavismo la ha  manejado a su antojo, es un concepto que “concede empoderamiento al pueblo soberano”, solo que ahora, y tras este aluvión electoral, se convirtió de repente en desestabilizadora, en conspiración, y es menester judicializarla. En penalizar el civismo de un pueblo, hastiado de mentiras, privaciones y sufrimientos.

Raya en lo absurdo, el argumento del presunto fraude electoral, por parte de quienes no participaron en La Primaria, pero que desde que se anunciara, no solo la dieron por irrealizable, sino que volcaron sobre su organización, toda la maquinaria del poder, incluyendo a la AN, Cantv, Saime, cuerpos policiales y la hegemonía comunicacional oficialista en pleno, para socavarla, y con todo eso, no pudieron impedir su apabullante triunfo.

Sin duda, ha sido un éxito que deja ejemplares lecciones entre muchos derrotados, principalmente, dentro de la camarilla que detenta un poder casi absoluto en Venezuela, pero que lamentablemente, perdió de vista, que la política es cambiante, y susceptible de mejorar.

Con osada perseverancia, la Dama de Hierro, no solo ha demostrado que es posible enfrentar la furia de una autocracia, sin violencia, sino advertido al país, que el pueblo es quien habilita o inhabilita. “Y el baño y de soberanía que con tanto amor y sacrificio el pueblo ha ceñido a mi corazón, es un sagrado compromiso que asumo con firmeza, y jamás, defraudaré”, pontificó MCM, tras ser proclamada por la Comisión Nacional de Primarias (CNdeP).

ezzevil34@gmail.com

 

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