En Latinoamérica la política se ha convertido en un negocio y es una piratería, dijo el Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga

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Queremos que los venezolanos pronto sean libres completamente

Entrevista al Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga – Arzobispo Emérito de Tegucigalpa

Uno de los personajes más relevantes en El Vaticano durante el papado de Francisco. Como buen piloto de aviones, ha llegado a ser un hombre “de altos vuelos” en la Iglesia Católica pues ejerció como el coordinador del G9, Consejo de Cardenales que integró el Santo Padre para abordar importantes reformas en la operatividad de la Iglesia. Cercano, sencillo y muy simpático, accedió a conversar durante los días en que se llevó a cabo el Consistorio de Cardenales, a finales de septiembre en Roma.

_ En Nicaragua han resultado ser peores que Somoza. Tendrán que dar cuentas al Creador

_ La reforma de la Curia es crucial: ya no está al servicio sólo del Santo Padre sino de las Conferencias Episcopales y eso es un gran paso adelante

_ El CELAM llevó adelante una Asamblea Eclesial de 70 mil personas. Es un hito en la historia de la Iglesia

_ Los laicos deben asumir que no están de adorno, que son protagonistas y corresponsables

_ El papado de Francisco será recordado por su cercanía y su preocupación por aquellos que nadie tiene en cuenta.

Este prelado es uno de los personajes más relevantes en El Vaticano durante el papado de Francisco. Como buen piloto de aviones, ha llegado a ser un hombre “de altos vuelos” en la Iglesia Católica pues ejerció como el coordinador del G9, Consejo de Cardenales que integró el Santo Padre para abordar importantes reformas en la operatividad de la Iglesia. Cercano, sencillo y muy simpático, accedió a conversar durante los días en que se llevó a cabo el Consistorio de Cardenales, a finales de septiembre en Roma.

Pregunta _ ¿Puede compartir con nosotros su experiencia en esa importante responsabilidad, cómo la valora y su balance de ella?

Respuesta_ Antes que nada debo decir que es una iniciativa que nace antes del Cónclave. En una ocasión, un cardenal hizo la observación acerca de que el papa Benedicto XVI no tenía suficientes informaciones adecuadas; en consecuencia, debía existir, aparte de las nunciaturas y de la Secretaría de Estado, un consejo de cardenales de la base, uno de cada continente. El entonces cardenal Bergoglio estaba oyendo eso y, luego de ser electo, hizo contacto conmigo. Lo elegimos un miércoles y el sábado me estaba llamando. Me citó después del Ángelus, me invitó a almorzar y me planteó la idea de integrar un consejo de cardenales, los cuales me mencionó porque los tenía ya todos en la mente. Me preguntó si me animaba a coordinarlo y le dije: «Santidad, si usted me lo pide, tengo que hacerlo». Así nació nuestro Consejo. Se nos encomendó la reforma de la Constitución de la Curia y se nos citó para el 1o de Octubre. Ese día del 2013 tuvimos nuestra primera reunión. Son ya 10 años de trabajo.

_ En 10 años es mucho lo que se puede hacer…

_ Puedo asegurar que resultó una experiencia única. Había uno de cada continente. Hoy, el consejo continúa. Nuestra primera labor fue la reforma de la economía. Fruto de ello nace la Secretaría de la Economía y se potenció la APSA, que es la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica. Además, hay un Consejo de Economía donde, aparte del director del APSA hay dos damas economistas que son subsecretarias, lo cual muy poca gente sabe. Ha sido una reforma enorme de la curia vaticana.

_ ¿Por qué les llevó 9 años hacer esa Constitución?

_ Porque fue una consulta muy amplia. Participó todo aquél que lo quiso hacer. Luego vino todo el tema del Derecho Canónico, que es complejo, y por eso tomó tiempo. Pero la Constitución ya está lista.

_ Se dice que no han faltado las resistencias, pues todo cambio las genera…

_ No sólo no faltaron sino que no faltan actualmente (risas). Porque una cosa es tener el documento y otra es ponerlo en práctica. Pero el proceso sigue adelante. Yo ya soy emérito.

_ En la reforma de la Curia, ¿qué es lo medular allí?

_ Que la Curia está al servicio, no sólo del Santo Padre sino de las Conferencias Episcopales, lo que ha representado un paso adelante muy grande. Además, ahora la palabra clave es servicio. La Curia no es un poder, no es mandar, la curia es servir. Y todo aquel que participa por llamado del Santo Padre es un servidor. Esto es muy importante.

_ ¿Cree usted que por este tipo de iniciativas será recordado el papado de Francisco?

_ Se va a recordar por muchísimas cosas. En primer lugar, porque es un papa cercano, preocupado por el marginado, por el excluido, por el pobre, por aquél que nadie tiene en consideración. Son sus favoritos, también para los nuevos cardenales. El santo padre ha hecho una reforma en el colegio de los cardenales que se pierde de vista. Antiguamente, había diócesis de mucha tradición e historia donde bastaba ser el arzobispo de esa diócesis para que fuera cardenal. Ahora ya no. Ahora eso cambió completamente. Ya la función del cardenal no es un título de honor, sino es ser consejero del papa y ser electores.

_ En los cánones antiguos, usted sería un príncipe de la Iglesia…

_ Exacto (risas) pero nunca me sentí como tal. Hay otro aspecto muy importante a mencionar: el cardenal se vuelve un consejero para muchos aspectos de la Iglesia, lo cual es muy bello pues se oye al mundo entero. Por ejemplo, aumentaron el número de cardenales en África y en Asia, donde vive el 60% de la población mundial. Asia tiene que estar más representada.

_ Mirando hacia nuestro continente, el suyo y el mío, que tiene tantos problemas, ¿cuál es el peso de estas realidades en Roma? ¿Cómo se perciben situaciones tan dramáticas como, por ejemplo, el caso de Nicaragua, vecina de ustedes en Honduras?

… Y en manos de unas personas que terminaron por resultar más dictadores que la dictadura que ellos combatieron en 1978 y 79. Son mucho peor que Somoza. Carecen totalmente de discernimiento. Imagínese usted, expulsar a las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta, que no hacían más que trabajar por los necesitados. Expulsar y encarcelar sacerdotes, mantener en prisión a un señor obispo que ha sido un ejemplo del verdadero patriotismo, pues tuvo ocasión de dejar la cárcel y salir de allí, pero se negó. Él sostiene que nadie le puede quitar su nacionalidad y, si esa convicción lo mantiene en la cárcel, allí se queda.

_ Algo grotesco pues son 26 años de sentencia para una persona que no ha hecho absolutamente nada…

_ Si, pero les he dicho que ellos no van a durar 26 años. Tarde o temprano tendrán que dar cuentas al Creador y ahí verán la verdadera jerarquía de valores. Pero es una iconoclastia espantosa. Cerraron universidades, terminaron con la Universidad de los padres jesuitas que era la mejor; y ahora esto de acabar con el Instituto de Formación Económica que trabajaba para todo el continente. No sólo todo eso, sino que han confiscado propiedades ¿a título de qué? Eso se llama robar. Son ladrones, ladrones, solo eso. Y existe un Séptimo Mandamiento que lo dice muy claro. Tienen que devolver lo robado.

_ Usted domina los temas concernientes a nuestra América Latina. Ecuador ,que ha pasado por una borrasca increíble. Realidades como la de Perú, la de Chile… ¿qué reflexiones le suscita?

_ Mire, el problema de fondo es que no hay conciencia ciudadana y que la política se ha convertido en un negocio. Los que aspiran llegar al poder ya no son personas que buscan el bien común, sino su bien personal o de un grupito, enriquecerse a cualquier coste para pasar el resto de sus días sin trabajar. Y eso, ciertamente, es haber convertido la política en piratería y a las campañas políticas en campañas para adueñarse de los voticos.

_ Eminencia, su experiencia en el CELAM (Conferencias Episcopales de América Latina) ha sido muy vasta e importante. ¿Cree usted que ha avanzado esa reforma, que están pasando cosas interesantes allí?

_ ¡Sin duda alguna! Ante todo, se reformó la estructura y esa reforma fue bien consultada y tomó su tiempo para madurar. Además, se ha hecho algo que nunca en la historia se había hecho, una Asamblea Eclesial con 70 mil participantes. Jamás en la historia de la Iglesia hubo algo parecido. Claro, a través de los medios digitales pues estábamos en plena pandemia de Covid, en 2019, pero eso fue un hito en la Iglesia. Verdaderamente, es un proceso que no ha concluido. No es como la Conferencia de Puebla, o de Santo Domingo, o de Aparecida, que tuvieron un principio y un final. Esto es otra cosa. Se trata de un proceso que coincidió con el proceso sinodal en que estamos.

_ ¿Cuáles son las expectativas que podemos tener con respecto al sínodo en curso?

_ Crecer en participación, en comunión y en misión. El laico debe tomar conciencia de que no es un adorno en una vitrina, con naftalina para que no se dañe (risas). No, es un miembro activo de la Iglesia. Recordemos que ya el 1987 hubo un sínodo sobre los laicos y el documento permanece vigente, pero se quedó en los anaqueles, faltó bajar al pueblo. Ahora, en cambio, ya eso es irreversible. El 20% del sínodo son laicas y laicos, con voz y voto. Por consiguiente, en eso ya no volvemos atrás. Una de las expectativas es que crezcamos en participación laical dentro de la Iglesia. Y no se trata de sustituir al cura por un laico para que mande, es caminar juntos.

_ Eminencia, su retiro parece entre comillas, pues el papa está creando cardenales a obispos y arzobispos eméritos, así que la relevancia de ustedes en la Iglesia crece, lo cual es coherente con lo que el Santo Padre predica: hay que valorar la experiencia y las canas…

_ (El cardenal ríe de buena gana) Eso es correcto.

_ Sabemos que su agenda es muy ocupada y nos sentimos muy honrados de que nos haya concedido este tiempo, el cual agradecemos

_ Si me permite, deseo enviar un saludo cariñoso para todo el pueblo venezolano. Los queremos mucho, oramos por ustedes y pedimos que muy pronto sean ¡libres completamente!.-

Encuentro Humanista

 

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