Jesús Membrado Giner: Claudia Goldin premio Nobel de Economía

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La Academia sueca de las Ciencias, acaba de conceder el Premio Nobel de Economía a la estadounidense Claudia Goldin, profesora de la Universidad de Harvard. Es la tercera mujer en recibir este premio entre los 93 galardonados hasta ahora.

El premio es un reconocimiento a todo su trabajo, pero más específicamente a sus estudios sobre la infrarrepresentación femenina y los menores salarios de las trabajadoras. Ella, que es precursora en el estudio de la brecha de género, tiene un amplio recorrido académico con numerosas publicaciones en este sentido. Su dedicación a estos temas la llevaron a formar parte de la Oficina Nacional de Investigación Económica Norteamericana desde hace casi tres décadas. También fue la primera mujer a la que se le ofreció un puesto titular en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, donde sigue dando clases hasta el día de hoy.

En su larga carrera ha estudiado una amplia gama de temas: desde la brecha salarial entre hombres y mujeres, hasta los efectos en ella de los cambios tecnológicos y la importancia de la fuerza laboral femenina.

“Comprender el papel de la mujer en el trabajo es importante para la sociedad”, dice Jakob Svenson, presidente del Comité del Premio Nobel de Ciencia Económica. “Gracias a la innovadora investigación de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y qué barreras habría que superar en el futuro”.

En su libro más reciente “Carrera y familia: el viaje centenario de las mujeres hacia la igualdad”, aflora su investigación sobre generaciones de mujeres que han intentado compaginar su profesión con la vida familiar. Para el Comité del Nobel, la economista “descubrió factores claves de las diferencias de género en el mercado laboral y proporcionó el primer relato completo de los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado a lo largo de los siglos”.

El impacto de la pandemia del covid-19 en el empleo y la participación de las mujeres en él, también ha sido objeto de una investigación a fondo.

Según sus estudios, desde los años ochenta y durante más de treinta años, las mujeres no lo han hecho mal, sobre todo gracias a la educación, en la que incluso superan actualmente al sexo masculino. Pero al mismo ritmo que esto sucedía, ha ido aumentando el número de hombres que está más disponible, que invierten más horas en el trabajo y en las empresas, lo cual ha provocado que las mujeres se hayan quedado estancadas, y que se siga manteniendo la brecha de género. Esto último demuestra que no es consecuencia únicamente de la discriminación, sino que hay algo más.

En el sector servicios, donde los jefes tienden a valorar sobremanera a los empleados que más tiempo están en sus puestos de trabajo, aunque no conlleve mayor productividad, los hombres están disponibles siempre para las largas jornadas, mientras que las mujeres están condicionadas siempre por su dedicación a las tareas del hogar.

Es por ello que Goldin es una gran defensora de que los permisos de maternidad sean iguales para los padres y madres, y que los padres tomen permisos exactamente iguales que sus parejas femeninas.

En sus investigaciones ha encontrado también una relación positiva entre la introducción de los métodos anticonceptivos y la mayor planificación de las mujeres en sus carreras profesionales.

De todas formas, la historia de los Nobel de Economía supone el mejor ejemplo de la desigualdad entre hombres y mujeres que Claudia Goldin ha estudiado. Que tan solo tres de los 93 concedidos hayan sido mujeres, se convierte en la mejor demostración del papel al que se le ha relegado a la mujer en el mundo científico.

Claudia Goldin

 

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