La sala electoral del tribunal supremo de justicia (todo en minúsculas, como corresponde a estos organismos sujetos al yugo autoritario del chavo-madurismo) ordenó el 30/10/23 suspender “todos los efectos de las distintas fases del proceso electoral conducido por la Comisión Nacional de Primaria (CNP)”.
Soberana estupidez: supuestamente esta decisión “suspende” los efectos del proceso electoral de la primaria opositora que se cumplió en todas sus partes. ¿Cuáles son los efectos de ese proceso?
1. Que 2,4 millones de venezolanos, entusiasmados y esperanzados, concurrieron a votar pese a todos los obstáculos y dificultades que existían.
2. Que María Corina Machado salió electa con una inusitada mayoría de votos para convertirse en la indiscutida candidata de la oposición venezolana para enfrentar a Maduro en las elecciones presidenciales del año 2024.
3. Que con este acto público la inmensa mayoría de los venezolanos, hastiada hasta más no poder del mandato ilegítimo de Nicolás Maduro, se puso en movimiento, dejó atrás su abatimiento y su abstención y se propone acudir masivamente a las mesas de votación de los comicios del próximo año para dar término al largo y amargo calvario impuesto por el régimen chavo-madurista.
Estos tres efectos de la votación primaria de la oposición, ¿pueden ser anulados por una disposición judicial emanada del organismo mencionado al comienzo de este escrito? Se trata de hechos consumados que no tienen vuelta atrás, que no pueden ser ignorados, suprimidos ni penalizados porque no son hechos aislados sino etapas de un proceso socio-político en pleno desarrollo en el seno de la sociedad venezolana.
La elección primaria de la oposición, realizada el 22 de octubre próximo pasado, subsanó la falla fundamental de la oposición venezolana, cual era la falta de un liderazgo con una amplia base de apoyo popular que fuera capaz de dos cosas: 1) unir a la oposición, dispersa en varios bloques, para poder enfrentar con éxito al régimen en las elecciones presidenciales del año 2024 y 2) movilizar a la inmensa mayoría de los venezolanos que estaba frustrada, desmotivada y no participaba electoralmente, permitiendo la permanencia en el poder del indeseado Nicolás Maduro.
Desde luego, estos dos importantísimos objetivos no están culminados ni está garantizada su permanencia en el tiempo. Solo hemos dicho que han tenido un primer inicio con el triunfo aplastante de la candidatura de María Corina Machado. Corresponde a ella, de ahora en adelante, amamantar a esas dos criaturas para que en el término de un año, hasta las elecciones de 2024, se hayan robustecido lo suficiente para lograr el objetivo último, cual es producir el cambio político en la dirección del país que permita emprender su recuperación económica, política, social, jurídica y democrática.
Habrá de tener mucho tacto para ello, mucha humildad y firmeza, ser un factor de unión de los venezolanos, dialogar con los sectores opositores que no se sumaron a la primaria y evadir las trampas del régimen que hará todo lo posible por provocar situaciones de lucha y radicalismo que constituyen el caldo de cultivo de esa maraña de poder, corrupción, vandalismo y despropósito que es el chavismo.
No es exagerado decir que María Corina Machado tiene en sus manos el destino de Venezuela. Su responsabilidad es extremadamente grande e importante. Debe evitar, a toda costa, un fracaso, como los que hemos tenidos en oportunidades anteriores cuando creíamos, como hoy, que estábamos en el camino de la liberación, porque ello hundiría irremisiblemente al país en la frustración y el desencanto, permitiendo la perpetuidad del mal.
Es el momento también de ayudar y apoyar a María Corina, con los mejores consejos y la más alta generosidad y desinterés, por el bien del país, por el pueblo de Venezuela, el errante y el que permanece en la tierra natal, para que con la ayuda de Dios pueda lograr los fines propuestos.