El futuro de Guayana depende de un cambio de Gobierno, y más allá, un cambio en el modelo político y económico. Recordemos que esta región irrumpió como la alternativa “no petrolera” de Venezuela.
Partiendo de la premisa fundamental en la cual el petróleo confirió al país una oportunidad única para avanzar en el desarrollo de su capacidad productiva y del bienestar de la población, esta expectativa no se cumplió en el tiempo, la eficiencia de la inversión de los recursos petroleros y la capacidad para generar riqueza independiente de la renta petrolera no fue lo suficiente. Sin embargo, cabe la pregunta ¿En Guayana se sembró el petróleo?
Desde los años 60 surge la región Guayana como un polo de desarrollo. Es decir, fue delimitado como un territorio con ventajas comparativas, ubicación geográfica privilegiada, recursos minerales y naturales renovables, y así producir un efecto de atracción, de movimientos de población desde distintas partes del país. Simultáneamente se creó la Corporación Venezolana de Guayana CVG, con el objetivo de organizar y conducir el desarrollo de un proyecto industrial para transformar a Venezuela y producir riqueza y una calidad de vida que no dependiera de la industria petrolera. Una ciudad planificada para ir creciendo con orden urbanístico, servicios públicos y visión de futuro.
En 1958, Puerto Ordaz era solo las instalaciones de la Orinoco Mining Company, no existían puentes hacia San Félix, ni hacia Anzoátegui ni Monagas. A partir de allí se inició el desarrollo de la región, la construcción de Sidor, las exploraciones para la construcción de Guri, Alcasa, Venalum, el ambicioso plan IV, Interalumina, Carbonorca y lo que significó toda la zona industrial matanzas con sus complejos habitacionales, deportivos y educacionales.
El desarrollo de Guayana fue una verdadera gesta emancipadora que irradió a todo el país. Se aprovecharon las ventajas comparativas y se creó la base de una industria nacional sustentada en el acero, aluminio, electricidad, madera y sus riquezas hídricas, logrando conformar una industria siderúrgica integrada con producción no solo de acero primario sino numerosos productos semiterminados y finales, como los tubos petroleros, cabillas, hojalata, alambrón, laminados.
El mineral de hierro extraído del suelo nacional transformado en acero de alto valor agregado le dio impulso a cientos de empresas privadas transformadoras en áreas tan variadas como metalmecánica, construcción, petróleo, automotriz y muchas más.
Esto significó puestos de trabajo, desarrollo y calidad de vida, empleo y desarrollo. También el aluminio se convirtió en otra cadena industrial igual de importante, como base de docenas de industrias transformadoras en toda Venezuela. Asimismo, el proyecto de la siembra de pinos Caribe en las sabanas del sur de Anzoátegui y Monagas junto a la orilla norte del Orinoco que derivó en una gran industria maderera.
Bastó que llegara la revolución del siglo XXI para que ese emporio industrial se viniera a pique, hoy vemos un cementerio industrial en la región Guayana.
Por eso es válida la reflexión ¿Se sembró el petróleo en Guayana?
Economista