José Grasso Vecchio: La Complejidad de la Economía Mundial

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En su reunión del 1 de noviembre de 2023, la Reserva Federal de Estados Unidos acordó mantener las tasas de interés de política monetaria en el rango entre 5,25% y 5,50%, tal y como lo habían previsto los analistas del mercado financiero. Esa decisión ocurrió en un contexto en el cual días antes la Oficina de Estadísticas Laborales anunció que la economía creció 4,9% durante el tercer trimestre de 2023, cifra ésta muy superior a la anticipada por los expertos. Para completar el cuadro de la situación económica, la tasa de desempleo de septiembre en Estados Unidos, se ubicó en 3,7% lo que en términos económicos se puede considerar como pleno empleo.

La tasa de crecimiento ha ocurrido en un contexto en el cual la Reserva Federal había aumentado durante diez veces seguidas las tasas de interés como medida para contener las tensiones inflacionarias que se manifestaron con fuerza en julio de 2022 cuando los precios aumentaron 9,2% anual, situación que prendió las alarmas y llevó a las autoridades monetarias a aplicar una importante restricción monetaria.

Llama la atención del dinamismo de la economía de Estados Unidos la fortaleza del consumo interno a pesar del incremento de las tasas de interés que se suponía debilitaría la demanda agregada. Esta vez el alza de tasas no logró enfriar el consumo porque la creación de empleos se mantiene sólida justamente porque las perspectivas de la economía lucen mejor de lo que parecía, no obstante, la advertencia que EEUU se ha venido haciendo sobre el aumento del déficit fiscal, el cual en septiembre alcanzó a 5% del PIB. Si la inflación baja y las tasas de interés empiezan a disminuir igualmente, ello no sería un problema importante, de otra forma si pudiese constituir una restricción al crecimiento.

Una expansión de la mayor economía del mundo claramente es un incentivo para que la demanda mundial aumente si a ello se agrega que China e India mantienen su ritmo de crecimiento ante la recesión que experimenta la Unión Europea. Esos países asiáticos representan una buena parte del aumento del PIB mundial.

Sin embargo, ese comportamiento favorable puede verse afectado por los impactos colaterales de los conflictos en el Medio Oriente. Así, desde el 7 de octubre cuando comenzaron estos eventos, los precios petroleros reaccionaran al alza para luego moverse con altos y bajos, pero con tendencia al aumento. Los precios del petróleo se mantendrán con la tendencia alcista que venían mostrando incluso antes de los eventos señalados. De prolongarse el conflicto y en el evento de que se extienda a otros países de la zona el impacto en precios del petróleo, sería mayor.

Por esa razón, algunas entidades especializadas han avanzado la idea que el precio del petróleo pudiese pasar de US$150 el barril a finales de año, lo cual sería un verdadero problema para la economía mundial, especialmente para los países que dependen de las importaciones. Por estas y principalmente por razones humanitarias es que se está haciendo un esfuerzo extraordinario para evitar que el conflicto siga escalando.

No obstante, todo lo anterior, los países exportadores de petróleo indirectamente se han visto favorecidos por el alza de precios y en el caso de Venezuela, de mantenerse las licencias otorgadas ello podría significar un monto importante de ingresos adicionales que permitirían aumentar el gasto y asegurar un año 2024 de importante crecimiento. Un incremento de las exportaciones petroleras tendría el doble efecto de estimular la economía y mejorar la posición fiscal de Venezuela.

@josegrasso

 

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