Tulio Monsalve: Biopoder

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Biopoder es un término calzado por el filósofo francés Michel Foucault para referirse a la práctica de los Estados modernos de “explotar numerosas y diversas técnicas para subyugar cuerpos y controlar mentes humanas”, en cuyo núcleo está la poderosa y mil millonaria industria cultural: cine, literatura, información, prensa, TV. Si ella lo dice, de inmediato es verdad. Si no es posteado allí, simplemente, no existe.

Tan peligrosa hoy como su variante la inteligencia artificial. Mas aún, dicta, certifica o no la muerte o la vida. Sus juicios son inapelables. Ej. Armó el golpe del Maydan en Kiev y luego montó un nuevo gobierno e inició la guerra de Ucrania, ahora decidió ocultarla. Puesto que la industria viró sus intereses hacia el petróleo de Siria y la guerra contra Palestina. Todo para alimentar el biopoder bancario y financiero mundial.

El biopoder es inapelable. No necesita recurrir a la persuasión o al consenso o la negociación ideológica. Su credo solo acoge aquello que reproduzca mayor ganancia. Dicta: no persuade, solo invade. Tiránico impone uso de armas y cohetes, de la 4ª o la 5ª Flota. Ella sentenció, encarcela sin agua, luz, gas o medicinas al pueblo Palestino. Para poner el broche de oro exhibe una resolución de la ONU que declara que las operaciones Plomo Fundido o Yenin, Tormenta del Desierto, Quana, Ha Har, Yuay, eran tan justas como la Gedeón en nuestras costas. Operaciones que, para redondear negocios, luego convierten en series de guerra en Netflix.

En este momento podemos decir que el biopoder envolvió y tragó su propia “máquina de pensar”. Obvio, era la única fuente que posiblemente podría producir una teoría crítica para desmontar desde el punto de vista de la práctica política el sociometabolismo del capital.

Sintetizando, esta es una máquina de la vida y de su consecuencia inapelable, la muerte. Que nos muestra el rostro y rasgos dramáticos belicistas de este credo, que no pide, ni da cuartel, ni solicita que se le obedezca, puesto que tiene colocados los seguros del carromato que nos lleva por un riel, y nos hace actuar, vivir y votar dentro de la biosociología del capitalismo o alguna de sus variantes ordinarias: la socialdemocracia. Dice Ernesto Sábato: “a cada hora el poder del mundo se concentra y se globaliza”.

La polarización hace estragos. El único proceso que cumplen los pueblos es ir a la tumba llamada globalización. Igual remata: “la TV es el opio del pueblo”.

 

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