Creó una escuela para chicos pobres en su casa y la eligieron como la mejor maestra del mundo

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Es la paquistaní Sister Zeph, quien obtendrá 1.000.000 de dólares de premio. Compitió contra más de 7.000 candidatos de 130 países. La paquistaní Sister Zeph, ganadora del premio a la mejor maestra del mundo de 2023.

Trabajaba durante ocho horas por día para financiar la escuela para chicos pobres que había creado en el patio de su casa, cuando apenas tenía 13 años. Otras cuatro horas del día las usaba para enseñar y la noche para estudiar y avanzar en su propia formación. Este camino lo inició Sister Zeph hace 26 años y hoy se vio coronado con el premio a la mejor maestra del mundo, el “Global Teacher Prize” otorgado la Fundación Varkey junto a la Unesco.

La profesora Sister Zeph es paquistaní y ahora se dedica a enseñar inglés, urdu, cultura, armonía interreligiosa y cambio climático en Gujranwala, Punjab, Pakistán. Resultó seleccionada entre más de 7.000 candidatos de 130 países.

Recibirá 1.000.000 de dólares de premio, que usará para construir -dice- una nueva escuela de similares características de casi media hectárea, con un refugio para chicos huérfanos, y a donde invitaría a profesores de todas partes del mundo para instruirlos en una variedad de temas.

Sister Zeph 1

La actual escuela de Zeph está ubicada en un edificio nuevo y ofrece educación gratuita a más de 200 alumnos.

Además de dirigir la escuela, Zeph da clases de defensa personal para niñas, ya que ella misma ha sido atacada y amenazada. También brinda asistencia financiera a familias que deben elegir entre educar a sus hijos o pagar sus facturas. Y dirige un centro vocacional que ha ayudado a más de 6.000 mujeres a adquirir habilidades en tecnología de la información, textiles y el idioma inglés.

Los otros 9 finalistas del Global Teacher Prize 2023 fueron Annie Ohana de Canadá, Deep Narayan Nayak de India, Nicolas Gaube de Francia, Shafina Vohra del Reino Unido, Eric Asomani Asante de Ghana, Mariette Wheeler de Sudáfrica, Melissa Tracy de Estados Unidos, Geisha Bonilla de Chile y Artur Proidakov de Ucrania.

Este año un argentino había quedado seleccionado entre los primeros 50 maestros del mundo, pero luego no avanzó hacia la preselección de los primeros 10. Es Bruno Guillén, que tiene 38 años, es de Bariloche, da clases en una escuela técnica a orillas del Nahuel Huapi y en su taller los estudiantes usan impresoras 3D para generar dispositivos para personas con artritis.

El Global Teacher Prize se hace una vez por año y está abierto a profesores en actividad en escuelas de educación obligatoria. Los candidatos deben dedicar al menos 10 horas semanales a la enseñanza y planear permanecer en la profesión durante los próximos 5 años. Está abierto a profesores de todo tipo de escuelas de todos los países del mundo.

Los docentes que solicitan el Global Teacher Prize son evaluados en sus prácticas docentes, cómo innovan para abordar los desafíos locales, los resultados de aprendizaje demostrables que logran, el impacto que tienen en la comunidad más allá del aula, si ayudan a los niños a convertirse en ciudadanos globales, cómo mejoran la profesión docente y si obtienen el reconocimiento de organismos externos.

El Clarín de Argentina

 

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