Este domingo 19 noviembre se define en balotaje entre el ultraliberal Javier Milei y el oficialista Sergio Massa la suerte de la República argentina por los próximos 4 años. Juntos por el Cambio, alianza qua había logrado convertirse en una sólida alternativa al kirchnerismo, se vio desplazada en las PASO por el fenómeno de Milei, un extravagante outsider con propuestas quiméricas y ultraderechistas. Desplazamiento para el cual contó no sólo con el hastío de los argentinos hacia los políticos tradicionales que Milei bautizó como «la casta», sino también con la pelea intestina entre Patricia Bullrich y Rodríguez Larreta para alzarse con la candidatura presidencial que los hizo olvidar al verdadero enemigo.
Pero en la primera vuelta electoral del 22 de octubre se produjo otra sorpresa, cuando se especulaba que Milei ganaría en primera vuelta y no habría balotaje, Massa, el candidato peronista que había quedado en el tercer lugar en las PASO, lo que produjo en muchos la ilusión del fin del peronismo, ocupó el primer lugar dejando fuera de la competencia a Patricia Bullrich, y con ella a la esperanza de un gobierno no peronista sensato y organizado.
A escasos 4 días de la contienda la excandidata apareció públicamente dando su apoyo a Xavier Milei, cocinado entre gallos y medianoche en la residencia de Mauricio Macri a quien ya se le veían las costuras en este acercamiento. Esta decisión apresurada e inconsulta, exacerbó las diferencias internas, no sólo entre los partidos de la alianza de Juntos por el Cambio, sino también al interior del Pro, al obtener el rechazo de Rodríguez Larreta y otros destacados dirigentes. Bullrich hizo un nada convincente borrón y cuenta nueva con las graves acusaciones que le hizo Milei, tales como montonera que mató niños en jardines de infancia, infamias que dio por perdonadas y saldadas sin ninguna explicación convincente.
No hubo ningún pedido público en relación con el programa de Milei, aunque se podría inferir que en su cambio de perfil de sustitución de la motosierra por una imagen más sosegada podría formar parte del acuerdo.
La importante disyuntiva que representan las elecciones en Argentina ha trascendido sus fronteras. Expresidentes e intelectuales liberales derechistas como Mario Vargas Llosa, Mariano Rajoy, Felipe Calderón, Vicente Fox, Iván Duque, Andrés Pastrana, Sebastián Piñera y Jorge Quiroga, declaran que a pesar de las diferencias con el libertario Javier Milei, llaman a votar por él, argumentando que Massa representa la continuidad de un modelo económico corporativo fracasado que mantiene a Argentina en el estancamiento.
Desde la izquierda figuras como Rodríguez Zapatero, Michelle Bachelet, Pepe Mujica (¿sorpresa?) y los premios Nobel de la Paz Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel se unieron a otros líderes en un llamado a poner freno a las posturas antidemocráticas de Milei y a sus propuestas neoliberales que en el pasado han resultado letales para la sociedad argentina y para toda la región.
En el debate del domingo pasado pude ver resumidamente lo que se confronta: un Milei que trata de vender una nueva imagen más moderada que no ha podido internalizar, se mostró indeciso e inexperto y se dejó acorralar por un Massa que hizo gala de su extremo cinismo al evadir su responsabilidad en uno de los índices de inflación más elevados del mundo (142,7% interanual), en una pobreza calculada en 40%, y en una corrupción que no para de extenderse , exponiendo además un falso discurso concertador para superar la grieta con el cual trata de ganar votos y marcar distancia con el kirchnerismo al cual sirve como ministro.
Lamento concluir que un triunfo de Milei, con sus quiméricas y peligrosas propuestas y sin estructura partidista, es el camino más largo y torcido para regresar al peronismo. Lástima que Juntos por el Cambio se suicidó. y Massa sea la continuidad de la tragedia. ¿Por quién votaría usted?