Ezequiel Querales Viloria: ¡Apátridas temblad!

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No puede ser más despreciable, que quienes han convertido nuestra querida Tierra de Gracia, en campos minados de desgracias por doquier, quieran erigirse ahora, (víspera de las presidenciales del 2024), en “auténticos  estandartes” de un hipócrita nacionalismo, que no solamente les queda grande, sino que ofende la inteligencia del sufrido pueblo venezolano,  plenamente consciente, de la burda treta patriotera, y víctima indolente, de su satánica utopía.

Resulta un ejercicio casi imposible,  cuantificar el caudal de despilfarro socialista del siglo XXI, tras haber recibido, SIN SANCIONES, más de un millón de millones, léase bien,  (un billón, con su larga secuencia de ceros a la derecha), de dólares, de la renta petrolera por más de una década, gracias a los precios de crudos más altos de la historia.

Insólito, que tanta fortuna, no le haya podido alcanzar al “presidente obrero”, al menos, para  asignarle un salario digno a la clase trabajadora, de la que tanto hace alarde. Ni siquiera, para hacer justicia, y resolverle un retiro, humanamente decente, de “Paz y Amor”, como suelen prometer,  a los humillados pensionados y jubilados del país, tras cumplir, 30 y más años de servicio, a la  maltratada y amada Patria del “estrujado” Libertador.

Un rupestre surrealismo, es lo que de repente, pudiera explicar a la Venezuela decente y mundo civilizado, el circo montado en torno al írrito “referéndum consultivo” sobre la soberanía venezolana, que como ya es voz populi , “sería como preguntarle a la gente, si quiere a su mamá”.

Ya nadie se traga el cuento de  sus arrebatos nacionalistas, después de desestimar airadamente, los avances logrados por la democracia representativa, en la reclamación del Esequibo. Tal vez por eso, insisten en borrar de la historia y memoria colectiva nacional, el espaldarazo de Chávez “a sus hermanos guyaneses”, a su “pana” Bharrat Jagdeo, (mandatario entre 1999-2011), el 19 de febrero de 2004, en Georgetown, lo que no solo abrió la expansión petrolera del Esequibo, a cambio de solidaridades del Caricon,  sino que es uno de los más sólidos, e irrebatibles argumentos de Guyana, para hacerse con el Santo Grial, del ahora disputado territorio, que siempre fue venezolano.

Todo un nacionalismo de cartón, evidentemente puesto de manifiesto con el “culposo placet” , (permiso) Esequibo, pero ratificado con la indolente  entrega de las márgenes del Orinoco, para la desaforada depredación del Arco Minero, a manos de cubanos, chinos, iraníes y grupos irregulares de la ex guerrilla colombiana,  e irreversibles daños al ecosistema amazónico, con la extracción, de oro, plata, coltan y diamantes, para llenar sus corroídas finanzas.

¡Apátridas Temblad!, sería el pote de humo revolucionario urdido tras bastidores,  lanzado a los cuatro vientos como búmeran del más “puro y glorioso nacionalismo”. Viejo y manoseado ardid “caza bobos”,  utilizado tantas veces. Esta vez, para atemorizar y atrapar por mampuestos, a los desprevenidos ciudadanos, sobre lo que acarrearía darle la espalda al burdo referendo del 3D (entre otros, despojo de bonos, aguinaldos, cajas clap, despidos, incluso, encarcelamiento). Y como guinda,  la temible saña persecutoria, para acusarlos de “traidores vende patria ”.

Son las consecuentes irrealidades de la oclocracia (turba) gobernante, tal vez, muy conscientes de su mea culpa,  (pues ninguno se chupa el dedo), que tan grave como el Esequibo, ha sido la entrega de la soberanía venezolana a Cuba, y la cesión de las zonas fronterizas del país, a los jugosos negocios del narcotráfico. Y por lo visto, como que nada, ni nadie, los apartará de su descabellada utopía, de seguir sembrando el comunismo en Latinoamérica.

Pero ni las languidecidas  glorias milicianas de la Sierra Maestra y toma del Cuartel Moncada, ni el pestilente arrebato sandinista nicaragüense, podrán detener la fuerza del cambio reflejada en su propio  búmeran, que tras revertir, despropósitos, imágenes y colores, ha dado un giro inesperado de esperanza, y está de vuelta, para venir a rescatar el legado arrebatado a la Tierra de Gracia. A expulsar del poder, a la carcomida demagogia del siglo XXI. Sin duda alguna, el Esequibo es, y siempre será nuestro, pero el referendo del 3D, pasará a la historia, como la más ociosa mascarada de traición socialista. Ya Venezuela está curada contra los falsos patrioteros. Ahora se le nota jubilosa exclamando: ¡Apátridas Temblad!… ¡Viva la Libertad!

ezzevil34@gmail.com

 

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