Quizá Producto de un ofuscamieto político, así como del desespero por su impopularidad comprobada; aunque encuestas amañadas, no dudamos, aseveren lo contrario; el régimen autocático chavista ha consumado una de otras torpezas inexcusable, exabrupto político y hasta diplomático, por la exclusión como observador a esa comisión; descarrío que encabeza el diputado Jorge Rodríguez, jefe de la delegación del gobierno de Venezuela en las negociaciones y/o acuerdos políticos. Actitud que secunda líderes prominentes del Psuv, quienes promueven actividades de participación obligatoria –movilizaciones- para los funcionarios públicos, de cualquier rango, sopena de perder su “cambur” y otras prebendas dadivosas. Idem per idem, para la socirdad civil.
Y, es de así, gradual y progresivamente, no de otra manera, cómo Venezuela se aisla del contexto regional y hemisférico; todo lo cual nos hace proclives a sanciones de índoles diversas, por terquedad de un régimen lerdo y engreído, incapaz de someterse a una autorreflexión; ínterin, una parte significativa de la población sucumbe en pobreza extrema y emigra, a todo riesgo, en busca de alternativas más prometedoras.
Notoriamente, se trata de un problema político, que mal podría abordar el régimen actual; mucho menos, en medio de su avidez enfermiza por el poder.
