Amigos lectores.
I. Recordarán los lectores que siguen semana a semana los contenidos de estos envíos, las ediciones del 6 y 13 de agosto, concebidas para celebrar los 80 años del Papel Literario. Las llamé Conversaciones memorables. Doy este mínimo rodeo para decir que, la que presentamos hoy, forma parte del mismo espíritu. Se titula Memorias del paladar. No sobra anotar aquí el hondo y resonante vínculo que existe entre conversar y comer. Si lo pensamos, es probable que algunos de los momentos más cruciales de nuestras vidas, por lo dicho y lo escuchado, hayan ocurrido durante una comida, alrededor de una mesa. Hay un espacio del espíritu humano, en el que comer y conversar son indistinguibles.
Participan en Memorias del paladar, Ada Iglesias, Adriana Bertorelli, Álvaro Benavides La Grecca, Álvaro Pérez Capiello, Ana María Velázquez Anderson, Andrea Imaginario, Andreína Guenni, Beatriz Sogbe, Betina Barrios Ayala, Blanca Elena Pantin, Carlos Leañez Aristimuño, Carolina Guerrero, Cristina Gálvez Martos, Diego Maggi Wulff, Edgar C. Otálvora, Eleonora Requena, Enrique Alí González Ordisgoitti, Enrique Larrañaga, Enrique Moya, Franz Conde, Francisco José Bolet, Gerardo Vivas Pineda, Héctor Padula S., Héctor Torres, Irene María De Sousa, Ivanova Decán Gambús, Jacqueline Goldberg, Joaquín Ortega, Joaquín Marta Sosa, Juan Alonso Molina, Julio Bolívar, Leandro Area, Lorenzo Dávalos, Luis Alfonso Herrera Orellana, Luis Barragán, Luis Perozo Cervantes, Luna Benítez, Magaly Salazar Sanabria, María Ángeles Octavio, Marta de la Vega V., Nelson Tepedino, Norberto Olivar, Olivia Villoria, Óscar Lucien, Pancho Crespo Quintero, Ramón Guillermo Aveledo, Rosario Anzola, Samuel Rotter Bechar, Slavko Zupcic, Susana Benko, Thamara Jiménez y Violeta Ibarra Bruzual.
En estos breves, la memoria se filtra hacia la familia, hacia la mesa como lugar de íntimas atmósferas, dotados los recuerdos de fuerzas centrípetas más que centrífugas; la memoria se posa en sabores, preparaciones, modos de nombrar los platos, lugares dentro y fuera de casa, en la invocación de abuelas, de rutinas del moroso saborear, mínimas narraciones, anécdotas, evocaciones literarias. Una memoria libérrima, antojadiza, que salta de un lugar a otro. Esta seguidilla de breves delicias ocupan las páginas 1 a la 10.
II. La página 10 incluye un ensayo de Ivanova Decán Gambús sobre Armando Scannone (se titula Armando Scannone: en boca de todos). “Sin proponérselo, esta obra entrañó un esfuerzo por transmitir la memoria gustativa de un país cuyas maneras de comer pasaron de ser cuentos familiares, transferidos de madres a hijas, o documentaciones precarias y atomizadas de condumios regionales, para convertirse en historia, porque a partir del libro rojo el concepto de “cocina venezolana” comenzó a adquirir la significación de referencias compartidas por un colectivo nacional. La mirada sensible y aguda del autor, su acendrada vocación venezolanista, su respeto por el oficio culinario, su visión esclarecida al comprender la importancia de la gastronomía como componente medular de nuestra cultura, fueron factores que confluyeron para que su trabajo tuviera una importancia que lo excedió. Armando Scannone encarnó el espíritu de su tiempo como intérprete de un momento que él supo traducir y unificar en un hacer que trascendió su circunstancia”.
El ensayo de Ivanova Decán Gambús es uno de los textos de la antología 70 años de crónicas gastronómicas, publicado por Banesco y Cyngular (2023), que reúne textos elocuentes y reveladores, de una diversa paleta de autores: chefs, periodistas especializados, escritores, críticos gastronómicos, historiadores y más. La edición, diseñada con buenos modales, incluye un homenaje a la fallecida periodista Rosanna di Turi, quien dedicó una parte sustantiva de su hacer profesional al mundo de la gastronomía y las bebidas. No dudo en recomendar a los lectores leer y bajar este libro que nos guiña, disponible en la Biblioteca Digital Banesco, www.banesco.com. Merece ocupar un lugar en el disco duro del ordenador de cualquier lector sensible al buen comer.
III. Claudia Leal es diseñadora gráfica, ilustradora, fotógrafa y editora venezolana residenciada en Madrid. Las diez páginas de esta edición, Memorias del paladar, traen las ilustraciones que Leal produjo especialmente para esta ocasión. La entrevisté. Viene en la página 11. La conversación camina por su formación (“La formación que recibimos en la Fundación Neumann se caracterizaba por su abordaje integral. Incluía tanto el diseño gráfico como la ilustración, el grabado, la fotografía, la cerámica, el arte textil, entre otras disciplinas. Creo que este enfoque educativo nos abría un amplio espectro de posibilidades en el cual buscar nuestra vocación. Nos capacitaban no solo en la creación estética, sino también en la capacidad de observar, analizar, concebir y comunicar una idea, amalgamando así todas estas disciplinas artísticas en un conjunto armonioso”), su activismo profesional y proyectos, visiones de su actividad en España.
IV. Copio a continuación uno de los textos de estas Memorias del paladar, a modo de despedida. Su autora es Betina Barrios Ayala, escritora y editora venezolana residenciada en Buenos Aires:
Yo te enseñaré mi manera de llamar las cosas
Empanada, crema
de leche, queso
trenza, picante, suero
caraota, carne
mechada, aguacate, huevo
frito, revuelto, poché, queso
blanco a la plancha, pabellón
criollo, cachapa, cochino, pescado
frito, salpicón, cazón, tostones, coco
frío, tequeños, queso
de mano, papelón
con limón, arepa
asada, mantequilla, yuca
sancochada, guasacaca, pollo
en brasas, hallaquitas, ensalada
de repollo, gallina, pernil, pan
de jamón, cachito, palmeritas, mil
hojas, mamón, guayaba, ciruela
(de huesito), higos, parchita
guanábana, jugos naturales, café
negrito, con leche, guayoyo
cocuy, fresas con crema, cuántos
favoritos de todos
los tiempos y regiones, una pisca
andina, por ejemplo, canelita, ovejo
asado, pisillo llanero, patacones, yoyos
ostras, pepitonas, rompecolchón, bollos
pelones, panelas de San Joaquín, un balde
lleno de mangos rojos-naranja, una mano
de cambur en el árbol, todavía
la hoja, hallaca, onoto, chicharrón, cerveza
fría, carretera, el agua, el aire salta
por la ventana, la música
flota en la radio, Siembra, Sorte
si el recuerdo es como lluvia, como
todo esto
por el resto de la vida donde
quiera que esté
Cuánto quisiera que estas páginas puedan ser disfrutadas por cada lector que nos concede el privilegio de interesarse por lo que aquí se cuenta.
Nelson Rivera.