El comercio está fuertemente golpeado por la persistente crisis de la economía, aunado al recrudecimiento de las fallas en el servicio eléctrico que está provocando serias dificultades a los empresarios y a todos los merideños.
Para José Miguel Monagas, presidente de la Cámara de Comercio e Industria del estado Mérida, las fallas en el servicio eléctrico atentan contra la dignidad humana y genera graves perjuicios económicos. Los cortes de electricidad provocan, además, interrupciones en la distribución de agua potable, se dificulta la conexión a internet y el pago de bienes a través de canales electrónicos se entorpece.
La eficacia del servicio eléctrico es un factor indispensable para asegurar el desarrollo económico y social de la región, enfatizó.
Un día laborable, en pleno horario comercial, son innumerables los establecimientos afectados por los continuos apagones y reiteradas variaciones de voltaje.
Así lo han denunciado en reiteradas oportunidades los comerciantes en el centro de la ciudad de Mérida, al señalar que continuamente desde la mañana y mediados de la tarde, el servicio eléctrico es suspendido en la zona donde están ubicados la gran mayoría de ventas de ropa, comida, taquillas de pagos de bienes y servicios, incluso, oficinas administrativas tanto de la empresa privada como de instituciones del estado.
Indicaron que resulta complejo prestar servicio de manera eficiente, dificultando las operaciones y muchas veces eso hace que disminuyan los ingresos por concepto de las ventas.
Sin ser menos importante, Monagas se refirió a la situación del combustible en la entidad. También persisten las largas filas de automóviles en las estaciones de servicio en Mérida, lo que hace evidente la escasez de gasolina que está afectando a todos los sectores, en especial al comercio. El sentimiento generalizado de los comerciantes merideños es que el suministro de combustible se normalice por el bien de toda la comunidad.
En este mismo orden de ideas, el dirigente gremial agregó que todos nos merecemos una vida digna. Cuando las personas disfrutan de eficientes servicios públicos, las economías prosperan y los ciudadanos ejercen a plenitud sus derechos, todos irrenunciables para nuestro desarrollo.
La prioridad del merideño como consecuencia del bajo poder adquisitivo se centra en la compra de algunos productos de primera necesidad, aunque el salario del empleado público no alcanza ni siquiera para cubrir la compra del mínimo porcentaje en víveres, cárnicos, productos de aseo personal y del hogar. Es por ello que deben emplearse en oficios extras para poder aumentar los ingresos que permitan cubrir los gastos mensuales de hogar.
Jesús Quintero – Lapatilla.com