Julio César Hernández: Criterios y posturas sobre el Esequibo  

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Si hay posiciones políticas que deben estar claras y entendibles para la ciudadanía, son las que deben exteriorizar y practicar, tanto los factores del Gobierno, como las de distintas oposiciones en relación al tema del Esequibo, que, aunque variadas entre ellas, no deberían coincidir con las del régimen imperante, pues tal circunstancia denota falta de autonomía política para marcar diferencias con aquél en el enfoque de cómo resolver este problema territorial. En el caso de la llamada Plataforma Unitaria, la posición en relación al referéndum consultivo, es que cada quien es libre de votar, que opere el libre discernimiento del ciudadano, en esa posición, se cuidó muy bien esa estructura multipartidista, de coincidir con el Gobierno, lo cual a nuestro juicio marca una línea de acción electoral clara para el 03 de diciembre, aunque bueno hubiese sido, conocer las razones de fondo en tal sentido. Sin embargo, sus gobernadores se identifican con el contenido de la campaña dado por el PSUV en la promoción de este referéndum y algunos de ellos lo promocionan junto a los de la tolda roja.

En cuanto a la candidata presidencial de ese sector, Ingeniero María Corina Machado, fue bastante precisa al afirmar que la “soberanía no se consulta, sino que se ejerce”, con lo cual dio a entender, que la consulta propuesta desde la Asamblea Nacional, está demás en relación a la propuesta de defensa o rescate del Esequibo, tal vez esa contundente expresión, se hubiese complementado con el llamado al cumplimiento de la Constitución.

Por su parte, los partidos políticos que integran la Alianza Democrática, sobre todo Acción Democrática y Copei, han votado desde el Parlamento la realización del intempestivo referéndum consultivo, sin ni siquiera dar un debate sobre el uso de esta figura, argumentos que por demás tenían de sobra, pues en su justificación, han debido señalar la falta de garantías, en la participación para quienes creemos que se debe cumplir con la Constitución en el tratamiento de este problema limítrofe. Han esgrimido estos partidos políticos sin ningún tipo de criticidad, los pareceres del Gobierno imperante, sobre todo, que el referéndum es del pueblo, cuando no es así porque fue convocado por el Poder Público, Asamblea Nacional, siendo que el Artículo 71 también brinda la oportunidad al 10% de los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente, para convocarlo. Más motivador al electorado hubiese sido que, así fuera pasado.

Puede decirse entonces que no resulta nada decoroso que dirigentes de trayectoria anden invocando un nacionalismo tardío, como lo hace la élite del Gobierno, cuando han pasado más de dos décadas, sin que el régimen no lo sintiera, y más bien sus representantes se quedarán calladas por años, frente a los pavoneos del ególatra Hugo Chávez, que ebrio de poder, llegó al extremo de sobreponerse a la soberanía nacional, consintiéndole a Guyana la realización de proyectos económicos en ese territorio en disputa. Esa falta de diferenciación en las posturas políticas, entre ese sector de la oposición y el gobierno, se agrava cuando este último incluye en las preguntas 1 y 2, consultas sobre el laudo arbitral de París de 1899 y el Acuerdo de Ginebra de 1966 respectivamente, como si el primero, no hubiese sido considerado nulo e irrito por el Gobierno de Rómulo Betancourt y el segundo, no fuese aprobado en el Gobierno de Raúl Leoni, y es ley de la República, que no necesita apoya alguno, sino cumplirse.

Con la realización del referéndum, el Gobierno parece que dudara de la lealtad de los venezolanos hacia la histórica reclamación, cuando en realidad, es todo al revés, y los ciudadanos quisiéramos ver posiciones serias y oportunas en relación a ese diferendo, no como ahora que van a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) renegando, pero se someten a su jurisdicción, y luego en la pregunta 3, preguntan que no se debe reconocer.

Acaso, las preguntas 1, 2, y 3 no son lo suficientemente inútiles, como para que toda la oposición marque diferencia, en relación a las ocultas intenciones del Gobierno al realizar este referéndum, en donde se descarta según uno de los defensores de la República Bolivariana de Venezuela en Ginebra, profesor Makane Mbengue, la anexión militar de ese territorio, entonces para qué de la pregunta 5, luce que hay contradicción entre lo que se dice y se propone. Con base en todo lo dicho, concluimos que todos los venezolanos sin excepción, queremos la recuperación del Esequibo, de una manera diplomática y pacífica, no que su lucha sea espasmódica y para sacar provecho electoral, por los dividendos que reporta en ese sentido, y todo eso se puede decir clara y autónomamente, con un nacionalismo sano y sin necesidad de plegarse algunos dirigentes de oposición a la organización o discurso del oficialismo, promotor del mismo.

 

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