Román Ibarra: El Esequibo nos convoca

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Si bien es cierto que el tema del Esequibo no había que consultarlo en referéndum alguno por tratarse de un asunto en el que todos sin excepción estamos de acuerdo, no es menos cierto que ya la AN aprobó la realización del mismo, razón por la cual, hay que atenderlo sin dilación.

Donde hay dudas es en cuanto a la redacción de las preguntas, por lo que hemos sugerido en artículo anterior una discusión y acuerdo con todos los sectores, a objeto de que salgamos con una sola voz a defender lo que –sin dudas- nos pertenece históricamente.

También es cierto que la Corte Internacional de Justicia no tiene –en principio- jurisdicción en el tema, habida cuenta de la existencia del Acuerdo de Ginebra firmado en 1966, en el cual, las partes se obligan a encontrar soluciones prácticas a la controversia mediante negociación y acuerdos. No obstante, el Secretario general de las Naciones Unidas impuso arbitrariamente esa jurisdicción, por lo cual, más allá de que nuestro país no la reconozca, debe atenderla con absoluta seriedad, y profesionalismo.

La audiencia en la CIJ está prevista para abril de 2024, y Venezuela debe acudir con la mejor defensa posible, en vez de abandonar esa instancia, pues ello sería grave en términos procesales; por eso la insistencia en modificar las preguntas de la consulta.

Venezuela tiene sobradas razones políticas; históricas, y jurídicas para salir airosa de esa prueba, pero además el país dispone de una buena cantidad de juristas especializados de primera clase para atender ese delicado asunto, y deben ser convocados por el gobierno sin perder tiempo. Es un asunto esencial para todos los venezolanos.

Hemos visto, no sin asombro la actitud del Presidente de Guyana, en la que iza la bandera de su país en el territorio en reclamación, y de inmediato se produjo una declaración del Ministro de Defensa venezolano, Gral. Vladimir Padrino, diciendo que con ¨bravuconadas¨ no vamos a resolver la controversia.

No deja de ser una provocación innecesaria del gobierno de Guyana, a la cual, debería respondérsele enérgicamente, y también ejerciendo nuestra soberanía en el territorio en disputa. Por qué no izar nuestra bandera en ese territorio? Nada lo impide, y sería un gesto igualitario, y proporcional a la  conducta  de Guyana.

No estoy promoviendo ninguna medida de  fuerza, solo ejercicio soberano, porque ¨lo que es igual, no es trampa¨.

Estoy seguro de que el pueblo venezolano lo agradecería, y se haría solidario del gesto a cargo de nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

Pero volviendo a la nuez de la controversia, Venezuela debe proceder de inmediato, tal como hemos sugerido, a convocar a las mentes más lúcidas de los especialistas en Derecho Internacional Público, para presentar la mejor defensa y respuesta a la vulgar determinación del Secretario General de las Naciones Unidas de imponer la jurisdicción de la CIJ, así como también a la exagerada, y absurda pretensión de Guyana sobre nuestro territorio.

Exigir ante la Corte Internacional de Justicia, el cese de concesiones de exploración y explotación hasta que se resuelva la controversia finalmente, así como presionar para regresar a los mecanismos mutuamente aceptados en la Convención de Ginebra de 1966.

Es un buen momento para mostrar unidad plena de los venezolanos en un asunto por el que tenemos largos años esperando que haya solución favorable para las partes, pero no bajo la humillación de ninguna alianza extranjera contra nuestros intereses.

Estamos solos en la defensa del Esequibo, mientras que del otro lado se han alineado todo tipo de intereses detrás de las riquezas del territorio, y no podemos abandonar bajo ninguna circunstancia. El derecho, y la historia nos dan suficientes títulos; pero hay que defenderlos a cabalidad.

Inteligencia jurídica y mucho pragmatismo político, y geopolítico. Tenemos mucho más que ofrecer a las transnacionales  del petróleo que Guyana. Vamos a darle.

@romanibarra

 

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