Todo lo que hace esta gente, que nos gobierna, lo llena a uno de dudas; empezando, porque muchos no le encontramos ni pies ni cabeza a la convocatoria a un referéndum consultivo, en lo que se refiere a si el Esequibo es nuestro o no; aun cuando hay mucha gente ilustre, que ha señalado que va a votar el próximo 3 de diciembre; partiendo del hecho, de que si nadie va; entonces se le da carta blanca a Nicolás Maduro, para que deje las cosas así con Guyana. Aunque también la opinión pública de inmediato conoció de varias observaciones de juristas muy calificados, especialistas en derecho internacional, que inmediatamente hicieron ver, que se trataba de una necedad. Entre otras cosas, Allan Brewer Carías en una ponencia que rodó por las redes sociales, calificó el evento, entre otras cosas, de inoportuno e inconstitucional; sobre todo, porque se trata de una provocación, que puede generar en un conflicto armado; donde mueran un par de soldados de lado y lado, y aquí es donde mucha gente ha metido el dedo en la llaga; pues se sospecha que el régimen, por esta vía, estaría creando las condiciones para la declaratoria de un Estado de sitio, que diera lugar a la suspensión de las garantías constitucionales; de modo que pudiera eludir el proceso electoral, que está pendiente para el próximo año, y que ahora ni con trampas gana; puesto que la popularidad de María Corina Machado ya rebasa todos los sondeos de opinión.
Porque lo de la inhabilitación no le va a funcionar. La Unión Europea le ratificó las sanciones al régimen, hasta tanto no se ofrezca la posibilidad de llevar a cabo un proceso electoral libre y con observación internacional; a lo que le respondió Jorge Rodríguez con una malacrianza, como siempre: “No viene la UE en calidad de observadora en las próximas elecciones”. He allí el tipo de pulseo, que tiene que empuñar este régimen; mientras que EEUU le dio plazo para el último de este mes, en ese sentido. Pero es que el problema es que tampoco el régimen encuentra un dirigente de la oposición, “picado de alacrán”, que le pueda dar la pelea a esta señora. De hecho, el propio Manuel Rosales lo asomó hace unos meses atrás; sin embargo, su óptica política, de seguro, le recomendó que no era lo más acertado lanzarse al ruedo frente a una persona que, según el encuestador, José Luis Yépez de 40%, que ostentaba la señora Machado en los sondeos para antes de las primarias, escaló hasta el 80% en menos de un mes. Que sería el otro objetivo, que persigue el gobierno con la jugada de este referéndum; esto es, opacar el efecto de las primarias, y por eso trataron de presionar a la población, mediante el chantaje a las comunidades, que reciben las bolsas CLAP; incluso, bajo el control de los jefes de calle, que quedaron obligados a presentarse con todos sus beneficiarios a este simulacro de elección con vistas al referéndum de marras, pautado para el próximo 3 de diciembre. El gobierno tenía el reto por delante, de demostrar que también podía abarrotar de gente los centros electorales, como había sucedido con las primarias; que, por supuesto, estuvo lejos de lograrlo; razón por la que no han asomado hasta el momento de escribir estas líneas resultados finales. Diosdado Cabello da una cifra; Rodríguez da otra; Maduro dice que más de tres millones; el triple, según sus palabras, de lo que se sacó en el 2017, con motivo de la elección de la Constituyente cubana, y donde demuestra que en materia de cifras tiene mala memoria, si se toma en cuenta que en ese momento el CNE de Tibisay Lucena anunció una participación de 8 millones de electores; lo que causó suspicacia en la opinión pública no sólo nacional, sino también internacional, y que llevó a la empresa Smarmatic; propietaria de las máquinas de votación, que se usaron en el evento; primero, a señalar que la empresa dudaba hasta de un millón de votos de ese escrutinio, puesto que a todas luces se reflejaba que había sido abultado de una manera muy truculenta; segundo, a irse del país, dejando sin cobrar una deuda, que tenía el régimen pendiente con Smarmatic.
Pero ni aún sonsacando a la gente, a través del chantaje, el régimen logró abarrotar los centros electorales, como las primarias; aun cuando nucleó ciertos centros, y allí entubó a cientos de electores, para que se viera volumen; sirviéndose del 70% que posee del espectro de los medios de comunicación social, patéticamente. Sin embargo, ¿por qué a esta altura no han hablado de cifras concretas? Pero lo más grave de esta tragicomedia, es que el voto pasa a tener un carácter de obligatoriedad, como sucedía con la Constitución de 1961; siendo en la de 1999 sólo un derecho, que se puede o no ejercer; como no deja de esperarse que Elvis Amoroso anuncie una votación, diríamos, de unos tres millones de electores, para ponerse por encima de la votación de las primarias. Total, ellos no admitirían ni observación del equipo contrario ni conteo de votos ni revisión de actas. El hecho es que el régimen no va a convocar a un evento para meterse un autogol, y que debe haber estudiado bien esta jugada, es decir, que nadie les iba a ir; como nadie les va a ir el próximo 3 de diciembre; al igual que sabe que luego de esta fecha, Guyana no le va a devolver el Esequibo, por más que gane el SI, y aquí es donde surge la sospecha, de que detrás de esta jugada hay una segunda intención. Estamos ante una camarilla gobernante, que no da puntadas sin dedal; sobre todo, cuando le pisan los talones, y sabe que la única alternativa que le queda es o bien negociar la salida o ir a un Estado de sitio, que suspenda hasta nuevo aviso las elecciones del 24; sólo que no cuenta con dinero y tiene demasiada presión internacional.