En Latinoamérica y en Venezuela en particular es en muchos aspectos similar a lo que ocurrió en Europa Oriental. Allá como aquí, a las genuinas políticas de Libre Mercado les faltaron, y todavía les faltan, sostenes y partidarios intelectuales, políticos y empresariales suficientemente familiarizados y firmemente comprometidos con ellas, y asimismo con bastante prestigio o autoridad, fuerza y/o recursos, para apoyarlas sostenidamente hasta su éxito. Por eso, una vez que los respectivos regimenes tradicionales estatistas, socialistas y mercantilistas, populistas de izquierda, no hubo ninguna oportunidad para impulsar políticas e instituciones judiciales de Libre Mercado. En un esfuerzo por llenar el inmenso vacío que quedó, se impuso una suerte de “capitalismo de amigotes”(crony) o “neoliberalismo”, pero su fracaso es y ha sido terrible.
Por esas razones, ante los evidentes de cualquier crisis financiera en EEUU, o en otro sitio del mundo occidental, los agoreros socialistas bolivarianos gritan triunfales ¡”Crisis del capitalismo! Fracaso de los mercados”. Por su lado, los hostiles, primero a Chávez y después a Maduro; también agoreros socialistas casi todos, de la vieja oposición y dirección política, comparten el fúnebre diagnóstico, y se regocijaban imaginando una baja en los precios petroleros que daría al traste con el régimen.
Y los desinformados defensores del seudo capitalismo norteamericano dicen ¡”No pasa nada! Esto es normal”. Todas esas lecturas están equivocadas.
Ignorando la naturaleza de la crisis
Más que los inversionistas, quiénes parecen haber entrado en gran pánico son los burócratas de la Reserva Federal (FED), el Banco Central de EEUU. Ante la amenaza permanente al Dólar por parte de los enemigos de Occidente, la recurrente manipulación de las tasas de interés en las diferentes Crisis, es una muestra de la falta de orientación de las autoridades monetarias, que parecen ignorar la naturaleza y causas profundas de lo que sucede. No es normal. Es cierto que el dólar está seriamente amenazado. Pero lo que fracasa en EEUU no es el Capitalismo Liberal o de Libre Mercado, sino un estatismo desbordado e inflacionario, intervencionista y dirigista de la economía, y pagador de costosísimos programas socializados en educación, medicina y cajas de seguros, y costosas guerras. Y que para sostener estos gastos decreta confiscatorios impuestos, y se endeuda masivamente, estimulando artificialmente el consumo a crédito y el endeudamiento en los agentes privados. Después ese mismo estatismo, erróneamente tomado por Capitalismo Liberal por enemigos y amigos del “laissez-faire” pretende que los mercados no corrijan estás evidentes fallas del Estado. Y lo que es peor, aspira a “remediarlos” con más de la misma enfermedad.
Endeudamiento con insolvencia
Como enseña la Escuela Austriaca de Economía, lo que hay es un gigantesco endeudamiento de familias y empresas, e inversiones que ahora se revelan como equivocadas en hipotecas subprime (hipoteca basura), recompras apalancadas de acciones, crédito al consumo, etc. El colapso de toda esa montaña de deuda provocaría una contracción crediticia, y descapitalizante a familias y empresas que han visto caer respectivamente su renta disponible y sus beneficios por las subidas de precios y costos. Está reducción de la solvencia de los agentes privados incrementa el riesgo masivo de generalizada cesación de pagos, poniendo en grave peligro a los bancos.
Remedios viejos: Falsos y verdaderos
La causa más directa de las crisis actuales viene de las diferentes manipulaciones financieras. El crédito extra se dirigió a los mercados inmobiliarios, así como a las materias primas. Las diferentes direcciones de la FED, y en particular la de Bernanke fueron muy arrogantes, y reitero los errores del pasado. Tampoco caben los grandiosos planes para incrementar el gasto público o reducir impuestos con cargo a la deuda. El incremento del gasto y el déficit estatal generan “efecto crowding-out”, o desplazamiento de los ahorros privados de la sociedad hacia el sector estatal.
Para EEUU, las reformas en la dirección correcta son: evitar los déficit de presupuesto, reducir significativamente el gasto público y los impuestos, deslegislar, o sea producir de urgencia desregulaciones y liberalizaciones inmediatas en los mercados de factores productivos a fin de remover los desestímulos en la economía, evitar la siempre permanente tentación de caer nuevamente en controles de precios y, o cambios, y acabar con la política monetaria expansiva de bajas artificiales de intereses e inyecciones indiscriminada de liquidez.
Para Venezuela, la receta no es difderente
El proyecto Socialista primero de Chávez y ahora de Maduro, sin sentido e inviable, destructivo, empobrecedor y esclavizante, ha estado por más de dos décadas porque no tuvo competencia. Porque no existían los instrumentos políticos Liberales para enfrentarlos. Es imposible enfrentar eficazmente al Socialismo con Socialismo. También con la desgastada “Tercera Vía”, etiquetada por unos como socialdemocracia o socialismo democrático, y por otros como socialcristianismo o socialismo cristiano. La Tercera Vía cualquiera sea el nombre que le den, es el mismo intervencionismo de siempre, ya practicado en la Venezuela del pasado con resultados conocidos. Lo mismo en América Latina. Y el mal llamado “Neoliberalismo” es una continuación del estatismo por otros medios, pese a cierta retórica “de mercado” (pero no de Libre Mercado).
La oposición no puede seguir con ese discurso equivocado y sin fundamento. A ese Proyecto de país Socialista había y hay que ponerle otro, pero no puede ser estatista, de mercantilismo combinado con socialismo democrático y hegemonía de los intereses especiales, al igual que fracasó en la Venezuela del pasado y nos trajo al chavismo, la respuesta equivocada. Si ahora hasta EEUU este estatismo muestra evidentes fisuras, tropiezos y desplomes, y trajo su respuesta equivocada: los demócratas, ¿como será en el tercer mundo?
El proyecto opuesto es: Venezuela Tierra de Gracia y Capitalista de Primer Mundo. Un sueño realizable, único que nos va a sacar de esta pesadilla, y de la pobreza. Venezuela no debe volver a la IV República, ni quiere, sino riqueza para todos, y progresar en paz.
Definitivamente salir del Socialismo, que nos ha hecho mucho daño, porque es malo, perverso y destructivo, es el único obstáculo que se interpone en el camino a la Prosperida
Lo que hay que hacer
1.- Gobierno limitado: Seguridad Primero. El Liberalismo Clásico propone el concepto “Austriaco” de Gobierno Limitado, a cumplir las funciones estatales propias, para acabar con la criminalidad e inseguridad.
2.- Desregular: En conexión al punto del Gobierno Limitado para el Liberalismo Clásico, la ley es la regla general de derecho común y cuyo propósito es garantizar los derechos a la vida, libertad y propiedad.
Para el neoliberalismo que no tiene nada de Liberal, la Ley en cambio es la regulación.
3.- Desmonopolizaciones: Veamos ahora el tema de la propiedad de los medios de producción. Para el Liberalismo Clásico, la competencia abierta es la clave de la economía libre, y una consecuencia inseparable de los derechos de propiedad privada.
4.- Privatizaciones auténticas: Antídoto contra la ineficiencia y la corrupción.
5.- Reducción de las cargas fiscales (impuestos) y deudas.
6.- Desestatizar y construir una economía de libre mercado.
Finalmente debemos decir que en la transición hacia una economía de Libre Mercado se enfrentan problemas de diferente naturaleza. Pero uno de ellos es cuando no hay uniformidad y claridad en cuanto a la desestatización. Tiene que haber gente suficientemente familiarizada con las posiciones y propuestas en cuanto a la construcción de una economía libre, como para colocarse al frente de estos procesos. El Sistema hay que cambiarlo. Es la imperiosa tarea a realizar para el logro de la tan ansiada Prosperidad, que en definitiva es el anhelo de todos.
Economista, Msc y Phd