El escritor caraqueño recibirá este miércoles por parte de la UCAB la Orden Andrés Bello durante la Feria del Libro del Oeste de Caracas, en un año en que su primera novela, El mago de la cara de vidrio, cumple cinco décadas de su publicación. Abediciones, editorial de la institución, también acaba de terminar una edición especial del libro que se presentará en el encuentro Mesa sobre Eduardo Liendo.
Eduardo Liendo se siente conmovido por el reconocimiento que la UCAB le otorgará en la Feria del Libro del Oeste: la Orden Andrés Bello, que se entrega cada año el 29 de noviembre, fecha de nacimiento del gran humanista caraqueño. El novelista, durante 15 años, ofreció un taller de cuento en la casa de estudios que despertó el oficio literario en estudiantes tanto de Letras como de otras carreras.
«La significación (de este reconocimiento) es sentimental. Porque la UCAB me dio la posibilidad de desarrollar aptitudes que no sabía en ese instante que tenía, o si podía ejercerlas bien», explicó Liendo, quien desde hace años padece de la enfermedad de Parkinson, por lo que, en algunos momentos de la entrevista, se disculpa cuando no recuerda algún dato de sus 82 años de vida.
El autor extraña la espontaneidad y sagacidad que le caracterizaban antes de la enfermedad que, sin embargo, no le ha quitado su pasión para hablar de literatura o su familia.
En su apartamento, el narrador cuenta con el cuidado de unas enfermeras que le ayudan con la lectura o relectura de libros. A su alrededor, le acompañan recuerdos como una foto junto a su esposa Yeska Estela Murua, fallecida el año pasado, o una carta que Rafael Cadenas le escribió a mano para felicitarlo por el homenaje que le hicieron en agosto en la Biblioteca Los Palos Grandes a propósito de los 50 años de la publicación de El mago de la cara de vidrio, su primera novela y, como él mismo suele decir, la carta de presentación de su larga carrera literaria.
Explicó que su experiencia previa al taller de la UCAB fue con el grupo Calicanto, creado por la escritora Antonia Palacios, y en el Centro de Estudios Latinoamericano Rómulo Gallegos (Celarg), lo que le preparó para impartir el taller de la UCAB. «Me encontré (en la universidad) con unos jóvenes muy inteligentes, que venían en búsqueda de su potencial. Si a ver vamos, muchos de ellos no ejercían todavía como escritores», dijo Liendo.
Recientemente, el escritor estuvo trabajando en una revisión de El mago de la cara de vidrio, que ha sido reeditada por Abediciones, la editorial de la UCAB, y que se presentará en el encuentro «Mesa sobre Eduardo Liendo» el mismo 29 de noviembre de 2:00 pm a 3:00 pm, con la participación de Gustavo Hernández, Ángel Gustavo Infante, Ricardo Ramírez Requena y Leonardo Mendoza Rivero. La publicación cuenta con prólogos del humorista Laureano Márquez y el escritor Óscar Marcano y dentro lleva una caricatura de Rayma.
Liendo suele hablar con un aprecio especial de su primera novela, pues empezó a escribirla luego de pasar por la cárcel, el exilio y de aceptar que la lucha armada de mediados del siglo XX no era la vía correcta. La década de los 20 del escritor, en ese entonces de filiación revolucionaria, transcurrió entre la idea de hacer al mundo mejor y su amor por la lectura.
«No me he arrepentido de haber creído que el mundo podíamos hacerlo mejor, de lo que me arrepiento es de la vía violenta, de la vía armada. Compañeros míos tuvieron otras decisiones, se movieron hacia sus carreras universitarias, se dedicaron a la política por otras vías, y entonces yo pensaba qué iba a ser de mi vida. Decidí escribir», recordó el novelista.
De ahí que suela mencionar una cita de William Faulkner con la que se identificaba en sus 29 años y que sirve para entender el significado de El mago de la cara de vidrio en su vida: «Con este libro me salvo o me hundo».
«Pensaba así en ese momento. Pensaba que si ese libro no era recibido, como normalmente les ocurre a los autores con el primer libro, hubiese sentido que estaba liquidado. Por eso decía que con ese libro me salvaba o me hundía. Estaba apostando por una idea política, que era el poder alienante de los medios de comunicación, es decir, la continuidad de mi pensamiento revolucionario, y, por otra parte, apostaba por la calidad de mi prosa, que no se había puesto de manifiesto», dijo.
Luego vinieron clásicos contemporáneos como Los Topos, Mascarada, Los platos del diablo, todas novelas cortas, y el libro de cuentos El cocodrilo rojo. La inclinación por la narración breve la rompe con El round del olvido, aunque, subraya el mismo autor, es una historia que tiene capítulos autónomos que pueden leerse sin depender del resto del libro. «En las novelas largas hay capítulos que en sí mismos pueden tener independencia o influencia del relato».
En su vejez Liendo recuerda constantemente a su esposa Yeska, a quien le acredita la confianza que tuvo para tener un hogar y una familia. Confiesa que no tiene pretensiones y que recibe con humildad los reconocimientos. Lo que más le hace feliz, hoy día, son su hija, la periodista Olivia Liendo, y su nieta. «Los logros de ella me proporcionan más felicidad que cualquier otra cosa», afirmó.
Isaac González Mendoza – El Nacional