Hace menos de tres meses que los transportistas de las distintas rutas que operan en la capital de Venezuela, aumentaron sin anestesia alguna el valor del pasaje de 7 a 10 bolívares y la alcaldesa ni se dio por enterada, un golpe más inesperado al bolsillo de los sectores populares, obligados a afrontar esta dura realidad.
Cómo no hay gobierno municipal, ni regional y el Defensor del Pueblo, es una figura decorativa que brilla por su ausencia, nuevamente los transportistas anunciaron otro aumento del pasaje, a partir del día 1 de diciembre de 10 a 15 bolívares.
En ambos casos, aumentan la tarifa y la alcaldía los respaldara con la Ordenanza respectiva. Otro golpe más a los menguados recursos de la inmensa mayoría de caraqueños, cuyo salario mínimo se mantiene desde hace más de dos años, en la humillante suma de 130 bolívares mensuales.
Sabemos que el gobierno mantiene entretenido al país con el tema del Esequibo, territorio que históricamente le pertenece a Venezuela, pero mientras eso ocurre, el deterioro en cuanto a la prestación de los servicios públicos, es inocultable y que los aumentos a los cuales los venezolanos están siendo obligados a pagar, no se corresponden en absoluto con el miserable salario que reciben mensualmente.
Sabemos que los transportistas en su inmensa mayoría son trabajadores serios, responsables y cumplidores con el servicio prestan y que son ellos los que tienen que asumir sus costos operativos tales como: Cauchos, repuestos, gasoil, entre otros.
Pero el gobierno chavista es el verdadero responsable y son ellos los que tienen que equiparar los salarios, tal como lo establece nuestra Constitución y evitar a toda costa, no solamente que esta inmensa carga la asuman los sectores más desposeídos de la ciudad sino que igualmente, dignifique y mejoren de manera significativa, las condiciones de vida de los Caraqueños.