La cuenta va sumando semanas- De una, dos hemos pasado hasta tres semanas sin ver salir una gota de agua de sus grifos. La expectativa es absoluta: el “preciado líquido” brilla por su ausencia en una ciudad tan calurosa como Maracaibo. Nadie responde. La empresa estatal Hidrolago publicó un escueto comunicado que se refería a la “rotura de una de las tuberías que surten de agua a la ciudad” y que sería reparada en 72 horas.
Pero la realidad los desmiente en perjuicio de los zulianos- Han transcurrido tres semanas y aún hay sectores que no llega absolutamente ni una gota por las tuberías.
Cada día en nuestra ciudad el servicio de agua potable es más deficiente deja ver la falta de inversión que hace más difícil enviar agua desde los embalses y el rompimiento continuo de las tuberías.
También se une el problema del suministro eléctrico que dificulta el bombeo del agua y hace imposible el funcionamiento de las bombas.
Ante este drama los marabinos nos vemos obligados a comprar agua a altos precios a camiones cisternas insalubres a riesgo de la salud y almacenarla sin saber hasta cuándo es el racionamiento. Muchos no pueden comprarla.
Insostenible y dramática está situación que vulnera un derecho humano fundamental el acceso del agua potable para la población.
Pero el asunto no termina allí porque Maracaibo es una ciudad intermitente donde ya es costumbre que falle por espacio de varias horas todos los días el servicio eléctrico. Grave porque el fuerte calor es la principal amenaza de la gente y Corpoelec compite con Hidrolago por el primer lugar en cuanto a peor empresa del Estado.
Intermitente y sin agua, estas navidades tienden a ser angustiosas, por no decir otra cosa. ¿Y la revolución? Cada día convertida más en involución…y de las peores.
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