Alfredo Monsalve López: Locura extrema

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Cierto es que cada día que amanece, vemos y/o escuchamos, y sin perder la postura, como la gente en el planeta Tierra se desborda en la anarquía existente. Llámese Continente americano, europeo y algunos lugares donde el trajín diario es mucho más acogedor. Mucho más humano. Donde existe el respeto entre sus miembros. Donde la sociedad hace cumplir las leyes civiles o ciudadanas. Donde observamos que sus gobernantes no se burlan de sus connacionales. ¿Qué son pocas las naciones con estas características? Si. Son contadas con los dedos. Pero el respeto y la cordura, existen.

Mientras que en un grandísimo porcentaje (no me atrevo a dar números), reina el desorden, el desacatamiento de las leyes, la desidia nos acobija. Ni hablar sobre el trato que muchísimas veces recibimos de personas de diferentes géneros que solo provoca “bajarse de esta zaranda” como yo le llamo, planeta Tierra. En todos los sectores de las sociedades occidentales, con escasas excepciones, nos abruman la desconfianza, el mal carácter, el escozor y el resentimiento de hombres y mujeres que tal vez desean quitarse de encima una especie de carga que les atormenta. Entonces, entra en juego su personalidad que le pone sello húmedo a sus acciones negativas. Arremeten contra todo aquel que no les agrade. Incluso, masacres de estudiantes hemos visto. Por mencionar alguna enajenación.

Pareciera que las llamadas Inteligencia Emocional o la recién Inteligencia Artificial, les acelera sus millones de neuronas y atacan a cualquier ser humano con sus inventos. Inclusive, vemos como individuos (de cualquier género), atacan a su familia sin distingo. Hasta le dan de baja a su propia madre. A sus hijos, tienden a desmembrarlos. Vemos, por las redes sociales (ahora muy en boga), como personas golpean a un agente del orden público y éste desenfunda su arma y dispara contra la persona. Sea hombre o sea mujer. Comparable con el Lejano Oeste norteamericano. Vemos y escuchamos como mandatarios, que se suponen deben ser de una honorabilidad absoluta, llamando “hijo de puta” a cualquier ciudadano que no le siga su doctrina política. Casos de casos existen a granel.

Ahora, y he aquí mi reflexión para la historia: ¿por qué se actúa de manera violenta? ¿Quién es o quiénes son los culpables de esta descomunal debacle? ¿Acaso las malas acciones las llevamos en la sangre? ¿Las acciones inmorales son genéticas? ¿Por qué los mismísimos estudiosos de la conducta humana, tales como psicólogos, psiquiatras, neurólogos, en fin, igualmente muchos tienen una conducta hasta suicida? Tal vez por ello el mismísimo Salvador Dalí sostenía: “Mi locura es sagrada, no la toquen”. Y no podemos dejar por fuera a Christopher Morley quien señaló en su momento: “Todas las ciudades están locas”.

En definitiva estimados lectores, y retomando el título de este artículo, pienso que todo lo anterior se queda corto con la inmensa cantidad de “locuras” que ocurren en el mundo. Y nuestra amada Venezuela no escapa a esta terrible realidad. Y aquí acoto que una persona por andar desnudo en cualquier calle o avenida de alguna ciudad, es el verdadero loco. No. Craso error. Porque “locura es un estado irracional extremo según los parámetros de una determinada cultura o sociedad” (www.significados.com/locura/). Y es lo que he comentado a lo largo de estas líneas. De todas todas, queda abierto el debate para una profunda y verdadera reflexión.  

alfredo.monsalve10@hotmail.com

 

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