Crisanto Gregorio León: Kink, la caja negra

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Todos necesitamos los recuerdos para saber quiénes somos. Leonard Shelby en Memento (2000) de Christopher Nolan.

La fotografía es la caja negra. — En las tragedias la caja negra lo revela todo. Esta fotografía en la que aparecen jochaos y henchidos de pedantería y jactancia: Kink la tribada Lesbia Carlota, el coronel Mambrú Lozada (el Pitufo avaricioso) y Julio el psicópata; constituye a los fines de la investigación, la caja negra de la tragedia institucional. Enésimas son las lecturas que aporta esta fotografía desvergonzada. a) Por un lado, recoge el regocijo de tres corruptos que hasta ahora sienten que tienen el viento a su favor. Por lo que la oprobiosa fotografía es un estandarte de impunidad, precisamente cuales corsarios que enarbolan banderas de triunfo o sus Jolly Roger, enviando el mensaje que tienen tomada la nave (que tienen tomada la institución). b) Se trata de una fotografía de retrato, donde han quedado desveladas las características de tres corruptos de la administración pública. En la lectura de las micro expresiones faciales se delata la sorna de quienes son violadores de toda norma (ética, moral, legal), y abrazados en complicidad son semejantes a Shenzi, Banzai y Ed, las tres hienas del filme “El  Rey León”, que sirven a  Scar (en sus casos al general que los trajo en su oportunidad a esos cargos).c) Los tres personajes tienen los labios cerrados en cremallera, que son entre otros los rasgos faciales de los psicópatas. De un análisis psicomorfológico tenemos que: La forma de sus caras, frente alta, hendiduras en las sienes, marcadas aletas vibrantes de la nariz (nariz de toro), asimetría en los hemisferios faciales por ejemplo. d) Otra circunstancia que se infiere de la fotografía, es justamente enviar un mensaje a los institucionalistas, diciéndoles que Julio, Fortachón y Kink; están vigentes y operando; y que todas las estrategias y maniobras, trampas, ardides, artimañas, corrupciones, extorsiones dinerarias y sexuales propias de la gestión anterior continuarán siendo aplicadas exponencialmente para beneficio del Gedo, con la coautoría criminal de Fortachón el Pitufo avaricioso, el propio coronel Mambrú Lozada. e) Mostrar a Kink (la tribada) como la ficha indispensable de ambos en el juego sucio de la corrupción intramuros, donde los fines justifican los medios. Las jovencitas bonitas y atractivas seguirán por tanto siendo perseguidas y extorsionadas sino acceden a las apetencias sexuales de Lesbia Carlota, a quien se le consiente además el delito de estupro y se le permiten los encuentros forzados con las usuarias externas, mientras ella sea adelantada recaudadora de las extorsiones a los chicos y a las chicas.  f)  Que se entienda que Kink el macho vernáculo, es la oficial 007, con licencia para extorsionar y que los institucionalistas se deben seguir acostumbrando de ver la corrupción como algo normal y cotidiano y que ya nada les debe sorprender ni asombrar. Y que será común y corriente ver dentro y fuera de la institución a Lesbia Carlota con sus “noviecitas” de ocasión ocupando el puesto ficticio de sus asistentes o furrieles. g) Que evidentemente todos los monos voladores jalabolas de Julio Vásquez o lo que es lo mismo la tropa de los necios, o los esclavos espías Stephen Candie del amo Julio, serán amparados y protegidos en sus puestos y se les continuará dejando en comisiones de servicios (corrupciones de servicios), salvo muy extrañas excepciones de personas que por ingenuas no han dado la talla en las tareas de corrupción interna y deben ser sustituidas por funcionarios desalmados sin principios y sin valores. h) Que toda la maquinaria está aceitada y funcionando para la venta de los títulos valores estafa en el mercado negro. Que el negocio de la corrupción continúa porque la institución es una mina de oro que mal podrían dejar en paz estas porquerías de personas. i) Que es una constancia fotográfica del beneplácito de la corrupción interna al recibir a su más destacado delincuente, el coronel Julio Séptimo Vásquez Masquer y era imperativo restregarse junto a él para que se les peguen más mañas. Ciertamente las lecturas son enésimas y pueden ser objeto de una segunda epístola “Ad hoc”.

¡No te llevo nada, dice Kink la retorcida tribada Lesbia Carlota!. — En lo que constituye una absoluta perversión, se ha difundido una fotografía como signo u ostentación de poder, enviando señales de que está protegida, amparada, alcahueteada y con patente de corso por la “autoridad” de sendos coroneles, sus coautores criminales; para extorsionar en dinero y en sexo. En los estados de WhatsApp de los monos voladores jalabolas del coronel psicópata, una fotografía se ha sumado como otro elemento de convicción que en la evidencia empírica delata la asociación para delinquir del destituido Julio Vásquez, junto con Fortachón y la Kink, la tribada Lesbia Carlota, la extorsionadora y recolectora, ficha clave en la decadencia moral institucional.

La foto-confesión. — Una delatora prueba fotográfica del consorcio criminal de estos tres que posan juntitos con tal desvergüenza, en la que dejan claro que están asociados para garantizarse el incremento exponencial de las riquezas mal habidas del grupo estructurado de delincuencia organizada (Gedo), en perjuicio de los usuarios y del prestigio institucional, por lo que cuentan con Kink, la más deshonesta esclava espía que sufre del  síndrome de Stephen Candie y que ahora exhibe dos amos que la comparten. Por impúdica, no tiene precio la cara de desfachatez y de satisfacción impune de Kink (Lesbia Carlota), al salir en trío con Fortachón el Pitufo avaricioso y con Julio Vásquez el psicópata ladrón, de quien se rumorea que padece cáncer de páncreas. Es una fotografía de colección toda vez que a Lesbia Carlota practicante del delito de estupro, solo le gusta figurar con las jovencitas y bellas usuarias de quienes se enamora y a las que extorsiona por sexo y por dólares. De modo que esta abominable fotografía es una pose programada de conveniencia en la que los coautores de delitos se dan publicidad.

 “La versión psicópata de Don Vito Corleone”. — Por supuesto que Julio Vásquez es un corrupto mafioso experimentado que ha fungido en la institución como “la versión psicópata de Don Vito Corleone”, pero ahora mismo en decadencia. Julio se hizo nombrar el “Don Vito Corleone latino de un grupo de usuarios – no fue idea de los clientes externos –. Para ello Julio sembró esa aspiración en su esclava Kink y ésta en la mente del Pitufo Fortachón, de obsequiar al coronel psicópata, un nombramiento que lo pudiera describir dado su liderazgo mafioso; como despedida pomposa que no tuvo en su momento y que hubiera querido trasmitir en otras circunstancias en el canal de YouTube institucional, cuando ocurrió su vergonzosa expulsión sin miramientos por corrupto. La jactancia y la prepotencia de Julio Vásquez cual narcisista que le gusta ser enaltecido y exaltado ha querido sellar su salida con una noticia que le infle aún más su ego. Los usuarios definitivamente sufren del síndrome de Estocolmoo lo que es lo mismo del síndrome de Helsinki. Al haber consentido que se les nombrara a Julio como su “Don Vito Corleone, en su versión psicópata” a su extorsionador, a su depredador, al sádico, narcisista, psicópata, voyerista y licántropo: Séptimo Masquer, el adicto consumidor y ladrón. Un “Don Vito Corleone, en su versión psicópata” que transmite a sus embaucados émulos, sus cualidades o sus defectos del comportamiento. De modo que estos usuarios están predestinados a cometer crímenes tal como lo hace su “Don Vito Corleone, en su versión psicópata” – porque cohabitaron con el mal ejemplo -. Y están demoníacamente marcados y destinados para la corrupción, la perversión y todo tipo de desafuero moral y ético; que son elementos del vaho infernal que les transfiere el coronel maldito, ahora figurando como su “Don Vito Corleone”, trastornado. Un hombre que posee conciencia cognitiva por lo que es imputable penalmente, pues sabe lo que hace porque no es loco; pero carece de conciencia moral, sin escrúpulos y sin remordimientos, se trata de un mitómano y bipolar que sufre de los síndromes de Procusto, de Hubris, del sesgo cognitivo Dunning-Kruger, con trastornos de la personalidad como el narcisismo, la psicopatía, el sadismo  y el histrionismo, que es un experimentado manipulador y malévolo usando el silbato de Galton para invalidar a sus víctimas. Dicho de otro modo “Don Julio Vito Vásquez Corleone” es una verdadera joyita engastada maléficamente  en la institución que corrompió.

Exaltando a un delincuente.- Y este efluvio del comportamiento que heredan espiritualmente con el acto de prohijamiento los usuarios, tal cual emanación maligna, sucede cuando te unes en la institución a la jungla de la corrupción. Ha sido una aberración, una burla a la institución, la decisión de hacer resaltar a un delincuente como “Don Julio Vito Vásquez Corleone”, en su versión psicópata, siendo un hombre que fue obligado a retiro de su cuerpo castrense, porque su extenso récord delictivo y disciplinario le impidió ser graduado de General. Gente honorable que conoce de la sucia trayectoria de Julio Vázquez, sabe de cómo el coronel maldito hacía desaparecer de los depósitos, los alijos de droga que él decomisaba y luego se los “cogía” y le echaba la culpa o incriminaba a los subordinados. Este engendro que hizo con Satanás en Colombia su tierra natal un pacto de riqueza, es maléficamente la imagen o personalidad profesional que van a emular los usuarios. Por desgracia estos clientes externos que vienen de la escuela de Julio Vásquez y para el colmo son sus ahijados, se asemejarán a él, cuales Perversos Narcisistas Bipolares (PNB).

El coronel pirata. — Con la difusión y exhibición de esta fotografía de la infamia, donde aparece el coronel Mambrú Lozada junto al destituido psicópata Julio Vásquez y ambos resaltando la presencia de Kink la tribada Lesbia Carlota; lo que ha hecho el Pitufo sustituto es izar su bandera de pirata y abiertamente divulgar sus alianzas con la corrupción. Esta “gorda” fotografía es “el placet” que Lozada le otorga a la acosadora de jovencitas para que continúe con su depravación moral en la institución. Es un espaldarazo que ambos, Vásquez y Lozada, le confieren a su más conspicua cómplice ejecutora de órdenes ilegales e inmorales. De modo que Mambrú Lozada declara a través de ese estandarte, que no llegó a la institución a cambiar nada para mejorar sino a catapultar la corrupción por lo que su banda junto a la mafia anterior le sacarán provecho en su máxima expresión a los negocios ilícitos, ilegales y punibles que se esconden tras la fachada del ya perdido prestigio institucional. De modo que los piratas están a bordo y cuales bucaneros llegaron para saquear con su patente de corso y también arrojar productos alterados a la sociedad como si se tratase de productos de calidad.

Fortachón, el pitufo avaricioso. — En la composición fotográfica el centro de interés está constituido por los tres jactanciosos personajes que conjugan la corrupción. Donde la presencia del flamante director, conocido también como “el cactus”, le da un escupitajo a la decencia. Pues a sabiendas del desprestigio de los convidados (Julio y Kink) a “la alegre pose” alguien que cuide su imagen elude tales compañías. Quien se precie de honesto no anda con delincuentes. Por eso de: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Pero, en este caso los burros del mismo pelo cuando se ven se saludan. Se trata de un mismo demonio con tres caras monstruosas. Un demonio semejante al descrito por Dante Alighieri en el canto trigésimo cuarto de su Obra “El Infierno”. Y es que tal como diría Robin, el joven que fue traicionado por Remero el Galeote, “a la institución la han convertido en la sede del infierno”.

El nepotismo en acción.-— De este hombre, del Pitufo Fortachón alias el cactus, se esperaban nobles actuaciones y resultó un fiasco, pues adoptó a la tropa de los necios de su antecesor, conocida como los monos voladores jalabolas o los esclavos espías Stephen Candie del amo Julio y los ha arropado con su manto protector. Sus intereses inconfesables han quedado de manifiesto, pues la corrupción borbotea en la institución y las costuras son vox populi. Nada más llegar y tomar las riendas el nuevo palafrenero,  impuso su nepotismo como estrategia de control y administración “de la suya corrupción”. La familia consanguínea y afín está tentacularmente controlando el negocio de las extorsiones y el forjamiento de títulos valores estafa. Claro está, aunado a la estrecha y vistosa corrupción – entre coca y nicotina – en sus oficinas con: Bizzy, And la Reina, Henry el sarasa, todos con la cara de July, esta última execrable corrupta expulsada como directora de otra institución. Fortachón se instaló cual showman echándoles mentol en los ojos a los espectadores – la corrupción camuflada de decencia o lo que es lo mismo la distracción programada – y lo que se filtra de los directorios y de la mesa oval, son sus tips para ser corrupto. La organización, coordinación, planificación y estrategia para la corrupción institucional de la mano del coronel Mambrú Lozada, junto con los monos voladores jalabolas del coronel Julio Vásquez y los gerentes entrantes.

El único error real es aquel del cual no aprendemos nada. John Powell.

crisantogleon@gmail.com

 

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