Wiliam Anseume: Inocentes

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¿Puede caerse todo el tiempo por inocente? ¿Cuánto lleva salir de la inocencia política? Engañado resultó un país completo que se dejó llevar por una verborrea electrizante emitida por un militar golpista que atentó contra la ya debilitada democracia instaurada en nuestro país. Las mayorías deliraban con los gritos groseros y violentos del sátrapa mayor. El que nos condujo a esta total debacle como nación.

Inocente fue la caída en las manos de un Maduro destructivo, apalancado en el resentimiento, caldo de la venganza. Pero permisivo y ágil para la corrupción que nos ubica en el tema entre los líderes de los países del mundo. Todos roban sin misericordia alguna, todo es un contrato y un negocio personal, de esos de los que el país en nada se ha beneficiado, en nada. No se construyen escuelas, liceos, universidades, autopistas, trenes, nada significativo, y llegamos al punto de que tampoco nada insignificante. El país se derrumba.

Inocentes creyeron que el problema son, eran, las sanciones. Toda la discursividad del régimen se basa en tratar de hacer creer cosas. Y así se inventaron varias denominaciones añejas y recientes para fortalecer con la palabra el bolívar. Para hacer ver que la economía podía avanzar en un futuro no muy lejano. Ya ese futuro traspasó de largo las dos décadas, galopa hacia las tres. Y nada. Seguimos con la inflación más alta del mundo y el maltrato laboral más cruel del mundo.

Se han inventado historias acerca de los presos políticos, odio, traición a la patria, asociación para delinquir y cuanta estupidez quieren vender al voleo, para contener la disidencia, pero no se reconocen jamás como autoritarios, tiránicos, déspotas, sino como demócratas que hasta hacen elecciones. Existen, increíblemente, inocentes que se lo creen.

Como creen hacer creer que la gente se pierde sin dejar rastro alguno. Y luego inventan cuentos, novelas más bien, por lo extenso, telenovelas más bien, por lo dramático. Tramas que envuelven sexo, dinero, alcohol, perversidades increíbles de todo tipo esas que se tragan sólo algunos inocentes. El más reciente ardit es el de un famoso cantante, cuyo caso fue vuelto a poner en la palestra a conveniencia de la discursividad construida por el régimen para su supervivencia política. Porque no piensan ni actúan pensando en nada más.

Hoy es día de los inocentes. Pero de inocentes llevamos varios lustros. ¿Se puede salir de la inocencia? ¿O pretendemos que esto es la vida de un país engañado como en una telenovela con el personaje femenino? ¿De quién depende que pase el día de los inocentes, las décadas de inocencia?

 

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