Irracionablemente, y quizá sin detalle alguno ni análisis previo mediante un estudio estadístico-actuarial, además de la dinámica mundial a acerca de las fuentes (aunque el petróleo de la OPEP tienda a la baja, base del promedio anual por barril de petróleo, soporte tradicional de nuestras rentas a través de las exportaciones) a sustentarse, el régimen ha planteado con mucho optimismo, una expansión presupuestaria de incremento cercano a un 77 por ciento (unos 20,6 millones de USD), que representados en cifras absolutas sería un monto cercano a la extravagancia, podría considerarse así, de unos doce mil millones de USD de los dispuestos durante el ejercicio pasado 2023; gasto público dirigido, entre otros, a inversión social, defensa y, ahora, por la recuperación del Esequibo; tema cíclico que, de no haber sido por la importunidad y aberración durante 2/2004 del presidente extinto, cuando el señor presidente actual Nicolás Maduro era su canciller, quizá no hubiese alcanzado al grado de complejidad que se nos ofrece, hoy por hoy, ante esa controversia secular.
Holgaría añadir que por su estructura y/o naturaleza supondrá obviamente, un postulado inflacionario y comprometedor a propiciar, más aun, un dólar en alza permanente y gradual que, durante el año recién culminado se incrementó en casi un 104,8 por ciento, pues por el vacío de una industria petrolera fuerte y organizada, que genere divisas frescas, la intervención bancaria se debilita.
Análogo al presupuesto del ejercicio 2023, el del año recién iniciado conserva aún, características muy similares al de aquel: secreto, pinche, gravoso, subestimado, centrado, irresponsable e irresoluto ante los exigencias ingentes del país; sin opciones y/o atisbos para exceder la crisis agobiante, desde casi más de una década; así tenemos un presupuesto nacional vigente para 2024.
La Ley de Endeudamiento prevé ingresos por más de unos 729748 millones de bolívares, que se complementará mediante un 13,4 por ciento de medios provenientes de fuentes internas y externas (¿?) destinados al coste de unos 34 proyectos con visión estructurante hacia las áreas de energía, agua y ransporte, así como mejorías de los servicios públicos y recursos que permitirán erogar parte de la deuda externa, tampoco tasa precio USD/barril de petróleo. Todo un absurdo, viable a una inflación mayor.
