Carlos Ñáñez: Enemigos jurados del bienestar y padres del caos económico

Compartir

 

La inteligencia es una categoría moral. Theodor Adorno.

El régimen político actual pasará a la historia como el enemigo jurado del bienestar colectivo, la prosperidad y por ende de la libertad, destruyendo la libertad económica pudieron dar un artero golpe sobre las libertades políticas, civiles e individuales de la población, definirlos como una hegemonía política supondría conferirles un nivel escala política que le es absolutamente superlativo, pues en realidad son una panda de perversos, cuya conducta se aproxima más a la gansterilidad que a los hábitos de un gobierno malo, son una élite maligna, extractiva y depredadora, sin ambages morales para producir cualquier suerte de atropello contra la dignidad humana.

Venezuela, no pasa el más elemental examen sobre el bienestar de la población, somos un país con alta preeminencia de hambre y sub alimentación, la elemental prueba de la línea de la pobreza en la cual se compara la capacidad de compra del salario mínimo con la canasta alimentaria normativa o de sobrevivencia, cuyos datos más optimistas la ubican en 450 dólares mensuales, frente a un salario mínimo de 3.8dólares mensuales dan cuenta de un déficit del poder de compra de ingreso mínimo legal del 99.17%, es decir es menos de un 1% el poder de cobertura del salario mínimo de la población, este simple ejercicio de un curso básico de economía, presentan a un país con hambre y sumido en los espasmos que la falta de alimentación generan en la población, en suma el régimen hizo añicos el bienestar, la prosperidad y la libertad económica, con todas ellas destruyó la felicidad de la población, sencillamente no le importa a la élite extractiva, que secuestra el poder en el país, que su población se encuentre condenada al hambre y a la desesperación, el chavismo es connaturalmente aporofóbico, una hegemonía que instrumentalizó a la pobreza y creó resentimiento, para abandonar a su suerte a cientos de millones de secuestrados.

Llevamos 654 días sin aumento salarial, solo se crearon dos bonos, transferidos a través del débil y profundamente inseguro, sistema de la Patria, que nos hace sentir mendigos cada vez que nos abona las dádivas devenidas miseria, en su ominosa plataforma de control social, somos un país en dónde un profesor universitario devenga once (11) dólares al mes, mientras que la élite depredadora ostenta un estilo de vida propio de sultanes y emperadores, los vicios son percibidos como virtudes y la posverdad en materia económica, hacen torcer la apreciación cambiaria como un logro de estabilidad sin evaluar el coste que esto supone en materia de adjudicaciones desde el Banco Central de Venezuela, la apreciación trae como resultado las distorsiones propias de la pérdida del poder de compra de los dólares en Venezuela, agravada por las fricciones cambiarias propias de una economía dolarizada de facto y pletórica en primitivismos.

El equilibrio económico del tipo de cambio, reposa sobre la destrucción del bienestar colectivo, de una población sin salarios y con pensiones de hambre, que hacen también al chavismo responsable de otra discriminación el edadismo, los ancianos en este país tienen dos opciones morirse de hambre o insertarse informalmente a un mercado laboral, para el cual ya no tienen competencias ni capacidades, no hay ni libertad y menos desarrollo, somos una antinomia a los aportes de Amartya Sen, “ a mayor grado de capacidades , menor es la dependencia del poderoso”, en la frenética Venezuela de Maduro, las capacidades no son garantía de desarrollo y libertad y el talento, el merito y la decencia son pesados plomos en este mar proceloso de los vicios rojos, una marea escatológica, un tumor en el cuerpo moral del estado, eso es el verdadero legado de estos veinticinco años de horror, miseria y diáspora, trocada en éxodo bíblico.

Finalmente y sin ningún temor, en mi condición de académico, ciudadano y hombre de convicciones libertarias, Nicolás Maduro, pasará a la historia como el peor presidente de Venezuela, destronando de ese deshonroso sitial a Julián Castro, en cuyo gobierno se gestase la Guerra Federal, de lograr salir de este escollo en el desarrollo histórico y social del país, en los actos en donde se intente recuperar los escombros de lo que un día fue Venezuela, debemos decir, para educarnos y no repetir este horror a 213 años de la Independencia, 165 años de la federación y 26 años del horror chavista, pues este horrido, sórdido y mustio período de la historia, debe ser recordado para no volverlo a repetir, cumpliendo la máxima de Adorno: “ Sí la educación tiene algún sentido, es evitar repetir los horrores de Auchwitz”, el chavismo ha sido tan lesivo y violento como el nacionalsocialismo y ha convertido a Venezuela en un inmenso campo de concentración, el reto es escapar de allí, cambiar las cosas y existir al menos para educar, para por y con la libertad.

Referencias:

Adorno, T. (1998). Educación para la emancipación. México: Morata.

Sen, A. (2000). Desarrollo y Libertad. Buenos Aires, Argentina: Planeta.

@carlosnanezr – @nanezc

 

Traducción »