Todo lo inició Hugo Chávez tocando un pito. A partir de ese momento más de 25.000 trabajadores petroleros fuimos expropiados de nuestros derechos políticos y laborales. La fiebre expropiadora no se detuvo allí. Siguió en la plaza Bolívar de Caracas: “exprópiese”.
Un Chávez envalentonado, vociferaba que no dejaría “piedra sobre piedra”. Las transnacionales muy confiadas en sus costosos lobbistas no esperaban el golpe traicionero, amanecieron expropiadas un 26 de febrero de 2007. Dos años después le tocó el turno a las empresas de servicios petroleros del Zulia y Monagas: “exprópiese”.
Para 2011, Chávez había expropiado más de 400 empresas petroleras. Los activos de @PDVSA en el exterior fueron rematados y el dinero obtenido por ellos expropiado por los ladrones que hoy viven retirados en sus mansiones en Europa, aunque algunos ya arden en las pailas del infierno junto al galáctico.
Fue Chávez quien permitió la invasión extranjera más depredadora y ladrona de la historia, que no es otra que las voraces langostas venidas de Cuba, que con ayuda de los lacayos venezolanos se repartieron gran parte de la bonanza petrolera generada por los altos precios del barril. Ahora estamos a punto de perder @Citgo, el último activo de PDVSA, la última joya de la corona de una nación que fue la más boyante economía de Latinoamérica.
Y Citgo se pierde a pesar de los esfuerzos que se hizo para salvarla de las hipotecas y las demandas que les dejó el padre de la crisis venezolana: Hugo Chávez Frías. Venezuela hoy es festín de zamuros, carroña de hienas y ratas, es un país arrasado por la narco tiranía que lo controla. La lucha para eliminar el cáncer que corroe a Venezuela no ha sido fácil, pero el mal no será eterno. Seguimos en la lucha, en la vanguardia de la resistencia, hasta recuperar la libertad.
@IvanRFreites
