Eligio Damas: La presidencia interina feneció pero siguen los estertores de la AN

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Hasta que el barco atraque.

La presidencia interina, que resultó como una nueva puesta en escena de las “Manitas Blancas” y hasta aquella nada lujuriosa exposición de nalgas peladas, dados los resultados obtenidos desde la perspectiva política, pues todo ello tuvo como objetivo tumbar al gobierno de Maduro, terminó en un rotundo fracaso. Sus promotores, el gobierno de Estados Unidos y quienes fuera y dentro planificaron y ejecutaron todo aquello, terminaron frustrados y hasta deshechos, dado que no pasó de ser una pantomima que, aparte de no tener discurso coherente e inteligente, se quedó sin público y, por eso, sin financistas y como el ánima sola.

Por supuesto, como se trataba de crear un gobierno sustituto o más bien paralelo, virtual, pero con existencia “verdadera” para los aliados por el sometimiento, la subsistencia y hasta para quienes acudiesen al espectáculo por seguir las órdenes o más bien no contradecir al amo, se le dio recursos, como propiedades con derecho a decidir sobre ellas, administrarlas y bastante respaldo dinerario secuestrado al país para el usufructo exclusivo de la banda y negado al gobierno verdadero.

De esa manera, se empezó por darle al gobierno interino y sobre todo al payaso puesto al frente, como falso protagonista, derechos sobre Citgo, una empresa que “comprende un grupo de refinadoras de petróleo y comercializadora de gasolina, lubricantes, petroquímicos, ubicada en los Estados Unidos, con sede central americana en el área del Corredor Energético de Houston, Texas”.

Dicho empresa fue creada en 1965 por Cities Service Company y posteriormente, en 1982, fue adquirida por Occidental Petroleum Corporation. Luego fue adquirida por la Corporación Southland quien le vendió el 50% al Estado venezolano en 1986 y el otro 50% en el año 1990. Hasta el 2005 su infraestructura comprendía de 8 refinerías, unas 60 terminales y una red de distribución con la franquicia de CITGO conformada por 14,885 estaciones de servicio, agregado a esto contratos a 10 años de abastecimiento de crudo por un volumen de más de 1.1 millón de barriles diarios.

Desatada la crisis en Venezuela por el mal manejo de la industria venezolana global y las sanciones aplicadas por Estados Unidos, dicha empresa empezó a endeudarse al mismo tiempo que descendía la capacidad financiera del país todo y la imposibilidad de producir y exportar petróleo al espacio donde funcionaba aquella empresa, justamente diseñada para procesar petróleo venezolano. A lo que agregamos las sanciones financieras que llevaron a congelar fondos.

El cuadro anterior coincide, no por azar, sino dentro del libreto elaborado por los dramaturgos de la política, con el nacimiento de la presidencia interina. Se habían dado ciertas circunstancias, como el triunfo opositor en las elecciones parlamentarias del 2014, circunstancia derivada en primer término de la muerte de Chávez, el repotenciamiento de las inconformidades existentes, ahogadas por el fuerte liderazgo del de Sabaneta, las divisiones del Psuv, disolución del llamado Polo Patriótico, las sanciones estadounidenses, a partir de habernos declarado “amenaza inusual y extraordinaria”, avance de una crisis económico de gran magnitud, como creciente tendencia inflacionaria, hundimiento de la capacidad adquisitiva de las mayorías, decadencia sin antecedentes del salario y el recrudecimiento de un fenómeno que había venido manifestándose con cierta discreción, como lo ha sido el de la corrupción, personalizada en muchos que se fueron y fungen de perseguidos políticos y otros que se quedaron hasta el último suspiro y hasta quien sabe cuándo.

Pero esa oposición que alcanzó aquel contundente triunfo y dadas ciertas circunstancias, como la decidida actitud de Estados Unidos de seguirles ayudando, hasta llegar no sólo al control del Poder Legislativo sino a corto plazo, era asunto de tener paciencia, del Ejecutivo, se dejó ilusionar de nuevo por cantos de sirenas o el consumo indebido de ciertas sustancias y volvió por sus propios pasos a los sueños de antes, los de intentar hacerse del poder por la vía que fuese, sin esperar los tiempos y analizar de manera conveniente todas las circunstancias y eso, el no saber o no querer tomar el camino pertinente, les volvió a sus viejas andadas, el de la violencia, guarimbas y cuanta estupidez e infantilismo rapaz fue posible.

Pero esta vez, en contra de lo anterior, sus fuerzas comenzaron a diezmar y entre ellos se inoculó el virus destructivo de la división, ahora estimulado por la corrupción condenada por una gran parte de los componentes del mundo opositor; unos por desaprobar aquellas prácticas y otros porque nunca les permitieron gozar de los beneficios, como que el repartimiento no fue equitativo. Pero también es verdad que, las diferencias originarias entre ellos, como las concepciones clasistas, visión de país, empezaron a predominar y prodigar distanciamientos. La idea de deshacerse del gobierno a como diese lugar comenzó a perder espacios y adherentes; la vida, la realidad parecieron prender en muchos de ellos y poner a cada quien en su sitio.

Un buen día, quienes crearon y montaron la obra teatral de la “presidencia interina”, optaron por poner fin a su escenificación, dado la pérdida de público, descrédito de los actores y hasta la rechifla de los pocos que acudían a verla, sin dejar a un lado, el escamoteo, por unos pocos personajes, de los recursos, pero no de los que producía la obra, lo que se pagaba en taquilla, de lo que nada entraba, sino de los que aportaban desde fuera de aquel pequeño escenario.

Empezó la dispersión de la oposición, el desconocimiento de buena parte de esta, la mayoría, de la presidencia interina, que intentó hasta mantenerse más allá de su mandato, dado que hubo nueva elección presidencial; la desmedida corrupción denunciada desde distintos frentes, lo que llevó a la quiebra a Monómeros,  empresa petroquímica filial de la empresa estatal venezolana, Petroquímica de Venezuela (Pequiven), ubicada próximo a la desembocadura del río Magdalena en Barranquilla, Colombia, productora de variados productos como fertilizantes, fosfatos para alimentos balanceados para ganado, de caprolactama, materia prima para la fabricación de nylon y otros productos industriales. Ha sido Monómeros, la segunda empresa agroindustrial en Colombia productora de fertilizantes cubriendo el 40 % del mercado nacional de ese país.

Aquel cúmulo de errores que incluyó hasta un intento de invasión valiéndose del apoyo de factores profesionales extranjeras y el viejo cuento que al pisar tierra venezolana hallarían enormes contingentes militares y civiles que les esperaban con ansia les dirigiesen aquellos arrojados, significó el acta de defunción de una presidencia interina que dejó esperando a miles de trabajadores por un pago de 100 dólares mensuales, a cuenta de las empresas antes nombradas y recursos adicionales proporcionados por el gobierno de EEUU a cuenta del dinero retenido a Venezuela de diversas cuentas.

Por todo eso, EEUU cambió de estrategia, dado su emergencia de poder disponer de los recursos venezolanos, sobre todo el petróleo.

La aventura de la presidencia interina, golpes de Estado e invasiones, le había resultado muy cara y por demás infructuosa, por no decir imposible de materializar. Y optaron por priorizar el diálogo y encontrar la forma de recomponer sus relaciones con Venezuela sin importar quien gobernase. Había nacido una nueva forma de manejar la coyuntura y, en la medida de lo posible, recomponer las relaciones, como decimos los venezolanos, aunque sea “por la medida chiquita”. Y entonces a la presidencia interina, vuelta un estorbo, mandaron a parar. Además, Guaidó y su corte ya resultaba demasiado cara, hasta más que ineficiente.

A él se lo llevaron; por allá anda jugando tenis, una afición que, de seguro, nunca antes en él hubo, a la espera, sin que él mismo lo sepa, le llegue el momento le toquen a la puerta para que rinda cuentas; tal como a K, en “El Proceso” de Kafka, una buena mañana, se le aparecieron dos señores. Porque es fácil creer y hasta admitir que aquí sus cuentas las tiene, pero allá también. Los funcionarios, como los de la fiscalía, que le elaboran el expediente, sin que él lo sepa y hasta a lo mejor ni lo imagina, trabajan incesantemente, jorungan aquí y allá, toman sus notas y los jueces ya  están a la espera de ese expediente. Él no lo sabe, no conoce a nadie que lo sepa, pero el proceso avanza y los jueces le son inaccesibles.

EEUU no deja cabo suelto. Toda opción está viva en sus planes. Por sus puros intereses nada entierra, como que mandó a parar la presidencia interina pero sigue con lo de la AN del 2015 vigente. Es menos costosa, quizás menos insaciable sus componentes y además queda allí, como una cosa que pudiera servir para alguna emergencia, mientras los diálogos, pues no estropea el diálogo.

Es pueril pensar que esos oscuros personajes, habiendo de por medio un cuadro radicalmente distinto y cuando EEUU y el gobierno de Venezuela, han entrado una etapa cuando, para decirlo en palabras del presidente Maduro, “Hay ideas comunes. Hay una ruta. Una hoja de ruta establecida”, hayan decidido actuar por su propia cuenta y hasta dependiendo de sus propios recursos. Más bien parece una cosa, un viejo tejido, una semilla que se deja estudiadamente tirada por allí, para como decíamos en Cumana “por si fortis”. Puede, según sus planes, tengan necesidad de poner a caminar a un  muerto.

 

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