Repito y explico: entre las religiones más conocidas en occidente, la Católica Cristiana, con el culto a la Virgen María, la Sagrada Familia y las innumerables Santas y Beatas que existen en nuestra Fe, sin duda es, de las más adelantada en todos los tiempos. No cabe en esta doctrina la descalificación de la mujer. Sin duda, Jesús fue el primer gran feminista de la historia. El machismo en la religión, surgió después de la muerte de Jesús Cristo. Algunos de sus seguidores, hombres, fueron los responsables. No aceptaron después de su muerte, las figuras preponderantes y destacadas de las dos Marías. Por un lado, la Virgen María, como ejemplo de madre abnegada y sufrida. Amorosa y compasiva. En silencio, acatando lo que recibía de lo alto. Con modestia y absoluta entrega. “Madre Admirable” reza la letanía, “Ruega por nosotros”. Como tal, momento de gran trascendencia. Por otra parte, está María Magdalena. Calumniada, por algún machista de la época posterior a la muerte de Cristo. Se inventó y se divulgó: se trataba de una prostituta arrepentida. Investigaciones y textos posteriores la señalan como la primera admiradora de Jesús. Seguidora fiel, comprometida y entregada. Discípula aventajada, comprendía enseñanzas y parábolas. Cercana al Maestro. Hubo quien no aceptó la grandeza del Espíritu de Nuestro Señor Jesús Cristo; por eso difamaron a la Santa María Magdalena. Reconocida en Francia con una extraordinaria iglesia, (“La Madelaine”). Consagrada para ella y emulada por creyentes. El 26 de julio es su día. Admirada y recordada: una mujer brillante, capaz, de compromiso. Se dio cuenta que estaba frente a Jesús, de Nazaret, el Hijo de Dios. Lo siguió con devoción absoluta. Jesús Cristo nos dio un lugar, a las mujeres, fundamental en su vida, en su iglesia. Las mujeres podemos ocupar un lugar preponderante en el camino espiritual dentro de la Doctrina Católica. Algunos no lo cumplen, ni lo saben: el problema es de ellos. Llegará el momento de confrontarse ante Él.
El título del artículo destaca, lo que observo en numerosos grupos. Empecé por la Iglesia Católica para refrescar y recordar a los anacrónicos, como son las cosas. Algunos politizados, otros enredados y más de uno, sorprendido por la fuerza de nuestra líder y candidata de la unidad: María Corina Machado. He comentado, en diversas oportunidades, mi sorpresa por la arremetida de ciertos machistas y misóginos (odian a las mujeres) en contra de la voluntad popular. Me di cuenta de algo insólito: no existe un argumento coherente, menos certero sobre el desarrollo y triunfo de la líder, desde esos sectores, para oponérsele. No me refiero solo al régimen; sino a ciertos círculos, supuestamente opositores. No saben qué hacer ante la evidencia del arrollador despliegue e impulso de la candidata unitaria. Del régimen no hablo, ¡los pobres perdieron la chaveta! Perpleja, me doy cuenta de que existe un sector muy retrasado. ¿Es producto de la situación, o se trata de la presencia y valentía de María Corina? ¿Será orquestado por gente que prefiere cualquier cosa? ¿No aceptan que surgió un liderazgo distinto y femenino? No tengo respuesta. Por fortuna tuve en mi entorno cercano hombres de avanzada. Aceptaron, sin conflicto, que hay mujeres de gran inteligencia y preparación, así como hay hombres: cultos, inteligentes y preparados. Sentían verdadero desprecio frente a la ignorancia y la brutalidad. Durante muchos años, en mi profesión fue complicado. No se nos aceptaba a las mujeres. Sin embargo, la enorme cantidad de inscritas en las universidades, para ser periodistas-comunicadoras doblegó ese sentimiento machista observado por años en las salas de redacciones de periódicos, revistas y en medios audiovisuales. Hubo luchas. No querían aceptar mujeres en todas las fuentes, etapas y niveles informativos y administrativos. No les quedó otro remedio. Quedaron últimas: la fuente militar y los deportes. Con demostración eficaz de las brillantes colegas, muy a su pesar, cedieron al fin. La última de las fuentes, – la creían exclusiva- el deporte. Tampoco pudieron. Muchas, se inspiraron y siguieron a la colega Marisol Decarli. Brillante pionera en la fuente, junto a otras atrevidas y dispuestas a lograrlo. Ser machista en esta época o misógino, rebela un grado de atraso cultural y civilizatorio vergonzante. ¡Dan pena ajena: esa conducta es del siglo XIX! ¡No llega al siglo XX!
La civilización puesta a prueba, en estos tiempos de crisis planetaria, permite ver el conflicto de la pareja humana. Muchos hombres en Venezuela han sido adelantados: con una posición de amplitud al considerarnos a sus esposas, madres, hijas, novias, hermanas y amigas, sus iguales. Aceptando que cada quien tiene su rol en la vida familiar y lo ejerce, democráticamente. Imprescindible, en este momento lleno de dificultades y complejidades. ¡Pobres los que se creen el mito del macho fuerte y absoluto frente a sus mujeres! Lo pasan mal. No encuentran acomodo frente a la mujer empoderada, inteligente, preparada, valiente, femenina y audaz. Tenemos la obligación madres y abuelas de educar a nuestros hijos y nietos: varones y hembras en la nueva perspectiva del mundo, donde deberemos apostar por una pareja que va de la mano, acompañándose en los problemas, disfrutando del amor y la alegría; construyendo un futuro para sus hijos y nietos. ¡Por Dios! ¡Actualizarse, no quedarse en el atraso! Seremos gobernados por una inteligente, coherente y preparada mujer, con ética. ¡Agradezcamos a Dios por tenerla! ¡Le pedimos a Dios a diario: su cuidado y protección!