Román Ibarra: No más

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Se cumplen 25 años ininterrumpidos de gobierno del llamado ¨socialismo del siglo XXI¨, más los cinco (5) del inútil de Caldera II, suman 30 años perdidos en nuestras vidas, y desde luego en la vida de un país que venía creciendo económicamente a un ritmo importante en el segundo gobierno del Presidente Carlos Andrés Pérez.

Importante esfuerzo destruido por una combinación de factores, todos deletéreos que comenzaron por una conspiración que nació en el CEN de su propio partido Acción Democrática, ante la imposibilidad de colonizar con sus cuadros, dirigentes y contratistas, las esferas del gobierno y el presupuesto público, luego extendida a todos los sectores que, aunque se aprovecharon a manos llenas de las bondades de la democracia representativa, querían más poder y representatividad.

Los Notables encabezados por el Dr. Uslar Pietri (lleno de homenajes en la democracia, pero que nunca olvidó la afrenta de AD del año 45, y cargó su odio contra el sistema); sectores de los medios de comunicación; dirigentes políticos ambiciosos y siempre dispuestos a lo peor contra el país y sus instituciones, encontraron el cenit de sus aspiraciones en el golpe magnicida de Chávez, el cual, respaldaron y justificaron el 4 de febrero de 1992, especialmente a partir del discurso de Caldera en el Congreso.

Discurso irresponsable, pero zamarro y astuto que le permitió armar su candidatura con el llamado chiripero, y alcanzar por desgracia, la Presidencia de la República por segunda vez. Desde su poder, armó la destrucción institucional con el otorgamiento del malhadado Sobreseimiento, con el que encumbró a Chávez hacia una candidatura que resultó triunfadora en 1998. Qué diferencia hubiera sido, si en vez de sobreseimiento, le hubiese otorgado el indulto presidencial, el cual, necesitaba sentencia definitivamente firme, le condonaba la pena, pero que no le borraba el delito, ni preservaba sus derechos políticos.

Pero así como se cumplen 25 años de socialismo inútil, también se cumple el mismo lapso de contradicciones de una oposición casi siempre errática e incompetente; prepotente, y engreída que vio en la reiteración del llamado a la abstención, su mejor forma de ejercer el oficio, a pesar de que con ello era más que evidente que se le regalaba todo el entramado institucional a un gobierno autoritario y abusador. He aquí el resultado.

El 2024 año electoral presidencial, debería ser el punto de partida para la corrección definitiva. Hay un hecho concreto, al menos en un sector opositor que ya escogió candidata, que aunque inhabilitada, comenzó a dar los pasos para  luchar por su derecho a participar, auspiciado por los acuerdos de Barbados. Esperamos decisión similar en otros factores de oposición, pero sobre todo, aspiramos entendimiento, y voluntad para alcanzar unidad.

No es fácil el camino, pero  no es imposible, si vemos procesos similares en la era contemporánea. Varias veces hemos citado casos como el de Chile contra Pinochet; Nicaragua de la Chamoro contra el sandinismo; Polonia de Solidaridad y Walesa contra el comunismo de Jaruzelsky, y especialmente el de Mandela en Suráfrica contra la minoría holandesa blanca.

Este año marca una oportunidad de entendernos y avanzar en un triunfo ejemplar, que se pueda cobrar, y que no venga marcado por el odio, ni la venganza. Tiene que haber entendimiento de coexistencia pacífica con el gobierno actual, para que haya gobernabilidad, a menos que se nos olvide que en caso de un triunfo electoral en las presidenciales, al día siguiente tendremos todas las instituciones controladas por el oficialismo.

Que no se nos olvide el control que ejerce el oficialismo hoy sobre: FANB; Asamblea Nacional; Fiscalía General; Defensoría del Pueblo; Contraloría; CNE, TSJ; 19 Gobernaciones, y más de 200 Alcaldías con sus respectivos cuerpos legislativos; colectivos, y el partido PSUV, todos a su servicio.

Lo perfecto es enemigo de lo bueno, siempre tenemos la posibilidad del consenso programático, y de candidato. No más errores.

@romanibarra

 

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