Ecuador se encuentra en “conflicto armado interno” y “estado de excepción”. Así lo declaró esta semana el presidente Daniel Noboaluego de que dos grupos de crimen organizado locales, en pocas horas, mostraran a los ecuatorianos y al mundo que ellos son quienes controlan ese país: Los Choneros y Los Lobos.
Explosiones, tiroteos, saqueos y disturbios en cárceles, en todo el país. Pero en realidad la crisis ecuatoriana, que pone en jaque al recién llegado Noboa, no es solo un asunto interno, hay una mano negra externa: México. Y no comenzó esta semana, sino se recrudeció claramente durante el proceso electoral del 2023 en el que el joven empresario resultó electo.
El poder sin límites de Los Choneros y Los Lobos deriva de ser los operadores en la región de los dos carteles de la droga mexicanos más importantes del mundo que se disputan y apropian de territorios de México, Centro y Sudamérica como dos jugadores en un tablero de Turista Mundial: el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación.
La rivalidad de ambas organizaciones en territorio mexicano por el control del tráfico de drogas, minería ilegal, tráfico de personas, tala de árboles, tráfico de armas, piratería, extorsión, etc., se ha ido extendiendo a otros países que quieren controlar aliándose con organizaciones locales. Hoy están poderosamente extendidos en Centro y Sudamérica, poniendo en peligro la gobernabilidad y democracia en la región.
No hay duda de que la perniciosa política de “abrazos y no balazos” del Presidente Andrés Manuel López Obrador y la complicidad de algunos gobiernos emanados del partido Morena con estos grupos criminales han fortalecido al Cartel de Sinaloa y al CJNG. Esto es un factor de desestabilización en la región y como tal debe comenzar a ser evaluado por los países afectados, a través de los mecanismos internacionales existentes.
En septiembre, en esta columna, tras el asesinato del candidato presidencial, el periodista y político Fernando Villavicencio, había avizorado lo que iba a venir. Escribí entonces” “La feroz disputa entre el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación por la hegemonía en Ecuador, pone en riesgo la vida de sus ciudadanos, la estabilidad y la democracia”. Hoy hay un “conflicto armado interno” y “estado de excepción” en Ecuador. No es que haya una bola mágica en que lea el futuro, sino que luego de 20 año de investigar a los carteles mexicanos he aprendido que la ecuación del caos es matemática pura.
Al estilo Sinaloa
Los líderes de Los Choneros y Los Lobos, enemigos acérrimos, escaparon esta misma semana de dos cárceles en Ecuador. No hubo rejas, muro ni autoridades que se los impidiera, poniendo en evidencia la debilidad del Estado y sus instituciones. Inevitable decir que una operación así solo ocurre con la complicidad de parte de los funcionarios de alto nivel.
Copiando el estilo de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, uno de los líderes del Cartel de Sinaloa que logró burlar dos veces las prisiones de máxima seguridad mexicanas, Adolfo Macías Villamar, líder de Los Choneros, se fugó el 7 de enero de una prisión en Guayaquil. Cual Houdini, no dejó rastro. Fue su escape lo que encendió el polvorín en Ecuador. Comenzó una ola de motines en otros centros de detención.
La madrugada del martes 9, Fabricio Colón Pico, uno de los dirigentes de Los Lobos, escapó también de una cárcel de la provincia de Chimborazo. Ese mismo día, en un hecho sin precedentes, un grupo armado tomó por asalto las instalaciones del canal TC Televisión, en Guayaquil. Mientras estaba la transmisión en vivo del noticiero, tomó como rehenes a los periodistas y equipo de producción, ante los ojos de miles de televidentes.
“Los encañonaron y los obligaron a pedir ante las cámaras que no interviniera la Policía, mientras lloraban y se abrazaban. Fueron liberados después de una hora y media de terror”, describe el comunicado “El asalto a TC, un golpe a la prensa y a la sociedad ecuatoriana”, en repudio a los hechos violentos, firmado por decenas de periodistas de Hispanoamérica, incluyendo la autora de esta columna.
No fue una sorpresa
Macías Villamar llevaba 13 años en prisión, por así decirlo. Afirman que la cárcel en Guayaquil estaba bajo su control y contaba con toda clase de privilegios. Al igual que “El Chapo” en sus años en la cárcel en Puente Grande, Jalisco.
El líder de Los Choneros seguía mandando en la organización criminal y, a través de la violencia, participó activamente en los comicios presidenciales llevado a cabo en 2023. Amenazó a uno de los candidatos opositores, Villavicencio, y luego fue asesinado.
Su viuda reprochó al gobierno de México que su omisión para combatir al crimen organizado había sido un factor importante en la muerte de su esposo, quien de los ocho candidatos que se registraron para contender por la presidencia era el único en denunciar abiertamente las redes de corrupción, el crimen organizado y sus nexos con la política en Ecuador. Había acusado a Noboa de presuntos actos de corrupción.
Fuertes intereses impidieron que se conociera quién había sido el autor intelectual. Antes de las elecciones, siete de los 13 acusados por el homicidio material, algunos de origen colombiano, fueron asesinados en la cárcel.
Como ocurre en México, el crimen en Ecuador tiene protección de algunas partes del Estado. De acuerdo a lo publicado por el periódico El Comercio, de Perú, Macías Villamar, condenado a 34 años de prisión por narcotráfico y homicidio, fue trasladado a una cárcel de mayor seguridad luego del asesinato del candidato, pero un juez lo regresó a la cárcel que tenía controlada. Iba a ser cambiado de nuevo, pero escapó.
Cuando “El Chapo” se fugó por primera vez de Puente Grande, Vicente Fox apenas tenía un mes de haber asumido la presidencia. Noboa tenía apenas dos meses. No hay forma alguna de pensar que el capo ecuatoriano lo hizo sin la complicidad de servidores públicos. “El Chapo” escapó dos veces gracias a la red de corrupción creada en el gobierno de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Enrique Peña Nieto. Pagó millones de dólares a funcionarios de alto nivel de dichos gobiernos para poder fugarse.
El gobierno de Noboa debió haber puesto diversos candados de vigilancia extra a Macías Villamar. Hasta ahora no hay explicación para los ecuatorianos de cómo escaparon el líder de Los Choneros y el de Los Lobos. Si Noboa quiere contar con el respaldo de la población en este momento de crisis, debe dar una explicación y sancionar a los cómplices.
Estado de alerta
Ecuador comparte frontera y problemas con Colombia y Perú. Desde 1996, fue creada en la región la Comisión Binacional Fronteriza entre los tres países, dedicada a tratar principalmente los temas de defensa y seguridad fronteriza. Gracias al COMBIFRON, los tres países comparten información de inteligencia.
Si alguien entiende que la conflagración en Ecuador puede extenderse son sus vecinos. Colombia y Perú están en riesgo, porque dentro de sus territorios operan igual Los Choneros y Los Lobos, de acuerdo a informes de inteligencia a los que tuve acceso gracias a Guacamaya Leaks, parte de los cuales abordé en la colaboración de septiembre pasado.
En el informe, fechado en 2022, con el título “Informe sobre entendimiento No.1 en la XX COMBIFRON Ecuador-Perú” se afirma que en la región opera el Cartel de Sinaloa a través de Los Choneros, y los grupos colombianos Frente Oliver Sinistera y Ex Frente 48 Comandos de Frontera, quienes fueron parte de las FARC, dedicados a la producción y tráfico de cocaína. Mientras que Los Lobos -brazo operativo del CJNG- trabajan junto con Guerrillas Unidas del Pacífico, Ejército de Liberación Nacional y Frente 1 Carolina Ramírez, también otrora pertenecientes a las FARC y dedicados a las mismas actividades ilegales.
La disputa por el control de Ecuador no es menor. Ese país es crucial para los dos titanes del tráfico de drogas mexicanos. De acuerdo al documento citado, es parte esencial del corredor de tráfico de drogas marítimo y terrestre. No solo los bordes del país, sino la propia capital, Quito, y el Puerto Bolívar, en Machala. Desde ahí se embarcan toneladas de cocaína que viajan a Europa, Centroamérica, Norteamérica -México, Estados Unidos y Canadá- y Chile.
En muchas ocasiones el Cartel de Sinaloa y sobre todo el CJNG pagan con armamento las toneladas de cocaína. Un informe sobre Tráfico de Armas, Municiones y Explosivos, elaborado por la misma COMBIFRON, deja claro la gran cantidad de armamento que existe en el territorio donde operan Los Choneros y Los Lobos en Perú y Colombia. Un reporte de armas decomisadas en 2022 deja entrever el nivel del problema: dinamita, mecha, explosivos elaborados con nitrato de amonio, cargas explosivas armadas, ametralladoras, cartuchos, etc.
En pocas palabras tienen capacidad de fuego para extender el problema ecuatoriano en la región.
México un foco de contaminación
México es un foco de contaminación, tiene una corresponsabilidad, al igual que los países donde están las masas de consumidores de las drogas cuyo control y tráfico están en disputa.
Si los grupos mexicanos incidieron en las elecciones presidenciales del 2023 de Ecuador, imaginemos de lo que serán capaces para influir en la elección presidencial que se llevarán a cabo en México -su matriz- el próximo dos de junio. La violencia y complicidad entre algunas de estas organizaciones con el partido oficial en el 2021 es sólo un botón de muestra. Si el actual régimen les permite crecer ¿por qué arriesgar a que llegue uno diferente?
Grandes extensiones de México, millones de habitantes, están bajo el control del crimen, no del Estado, y están en la mesa todos los ingredientes para una caótica elección donde puede ser el miedo y dinero ilegal, y no el voto libre lo, que defina quién gana.
La actitud de omisión y negación por parte de AMLO ante el inmenso problema que heredó, y que ha empeorado notablemente en su sexenio, debe ser analizada por los países afectados y regionalmente deben establecerse estrategias para combatir a los dos titanes criminales que han puesto de rodillas a la población de Ecuador y a quienes los protegen.