Para quienes somos fieles a los principios fundamentales que alimentan la vida en Libertad y Democracia llegó la hora de la acción. Estamos convencidos de que el régimen actual, no solamente es ineficiente, incapaz en grado superlativos para atender problemas primarios y básicos de la población sin propósito de enmienda ni voluntad de rectificación, sino que responde a un esquema político e ideológico diferente a todo lo que hemos conocido hasta ahora.
No podemos calificarlos como comunistas. Tampoco como socialistas, a pesar de la durmiente prédica de aquello que llamaron Socialismo del Siglo XXI. Estas definiciones ideológicas son demasiado serias para que sirvan de base a lo que estamos viviendo. Aquí se trata de una derivación de propósitos dirigido por una verdadera banda que por el poder y el dinero está construyendo un nueva manera de hacer política y mantener el poder por tiempo indefinido. Este es el propósito fundamental de cuanto hacen o dejan de hacer.
El Bolívar prácticamente está desapareciendo como moneda nacional. El calumniado Dólar, originario del asqueroso Imperio Norteamericano, según ellos, está presente en todas las grandes y pequeñas operaciones de intercambio que realizan tanto los más ricos y poderosos como los más pobres y desesperados ciudadanos.
Ya basta de diagnósticos. En hora de trabajar intensamente y sin descanso para revertir hacia lo positivo el desastre actual. Para lograrlo es indispensable ponerle punto final al régimen actual. Ni Nicolás Maduro, ni el resto de jerarcas del oficialismo, pueden continuar destruyendo a una Nación que merece renacer de sus cenizas y volver s ser ejemplo para muchos países del continente y del mundo.
Pero tenemos un serio problema. Es imposible que una persona como Maduro que tiene un rechazo superior al 80% de la población pueda ganar unas elecciones limpias y democráticas. Están a la vista las primeras acciones, muy graves por cierto, para condicionar las posibles elecciones de este año.
Una de ellas es la inconstitucional e ilegal inhabilitación de la candidata del pueblo, nuestra querida y admirada María Corina Machado. Saben al igual que millones de compatriotas, que ella ganará las elecciones en cualquier circunstancia, por adversas que parezcan debido a las acciones del régimen. Para impedirlo tienen que eliminarla como sea. La insólita inhabilitación no será suficiente, pues tanto para ella como para quienes deseamos su triunfo, es algo inexistente y al margen del orden jurídico.
María Corina está habilitada por el pueblo y cuenta con dirigentes políticos y sociales dispuestos a darlo todo en la lucha que ya empezó. La represión, las arbitrarias detenciones sin fundamento a algunos de sus cuadros dirigentes, también en las Fuerzas Armadas, lejos de infundir miedo o temores variados, enardece las convicciones y obligan a profundizar esta lucha que, como bien dijo MCM, será hasta el final.
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