Alfredo Coronil Hartmann: Venezuela ya eligió

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Intentar discurrir sobre la verdadera ordalía de la candidatura presidencial de María Corina Machado sería un auténtico tour de forcé físico e intelectualtodo lo imaginable e inimaginable se ha hecho para evitarla. Pero el disfraz de Armagedón ni le va ni le cuadra.

María Corina no tiene alma de inquisidora, ni Cisneros, ni Torquemada ni siquiera Piñerúa cuadra con su personalidad abierta y clara, es una mujer joven, atractiva, elegante, sin excederse en ninguna de esas virtudes. Una sencilla naturalidad proyecta su limpia alma ciudadana. No aspira a encarnar ni a Madame Curie, ni a Santa Teresa de Calcuta ni a Gatúbela. ¡Alabado sea Dios! Es, simplemente, ella…

Una vocación de servicio, clara, definida, férrea, no ha logrado metamorfosearla en nada distinto de lo que es, una venezolana que ha asumido su destino histórico y marcha a su encuentro con la mente clara y los ojos abiertos, sin creerse Juana de Arco, aunque como la Doncella de Orleans no todos los que la rodean sean tan puros como ella, sabe que no se puede arar sino con los bueyes que se tengan, en Venezuela, en esta hora, en este tiempo histórico.

La historia de las primarias la conocemos todos, sus resultados aún nos tienen anonadados. Su contundencia, su claridad, el carácter inequívoco de la voluntad expresada, no pareciera posible que pudiese dejar alguna duda. Y, no obstante…, el parapléjico “gobierno” continúa coqueteando con el mito de la antijurídica inhabilitación de la aspirante.

El destino le ha dado al “chavismo” todo, los mayores ingresos petroleros de nuestra historia, mayorías cómodas, oposición casi inexistente o complaciente, que es peor. Todo lo que el más ambicioso de los hombres puede desear. Y ahora… Lo remata con la posibilidad de un retiro negociado. ¡Miel sobre hojuelas!

No pierdan este boche, no existirá uno mejor…

 

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