El bien recordado Heráclito, tan antiguo como el aire y el viento, se atrevió a decir una frase que aún permanece vigente entre nosotros “Nadie puede entrar dos veces en el mismo río”. Es así porque las aguas de esa corriente natural no son las mismas con el paso del tiempo. Nos quiere orientar el filósofo de Éfeso que todo en la vida es cambiante y contradictorio, aunque muchas veces no nos demos cuenta de ello.
El pensador con criterios argumentativos explica que el hombre se encuentra inmerso en un mundo animado por un conjunto de potencialidades o fuerzas activas como la diversidad, prolijidad, contradicción y cambio. Esas fuerzas se asientan en las cosas que nos rodean de manera cruda y para siempre. Sin embargo, a pesar de evadirse ante los ojos de la mayoría de los mortales, constituyen la razón y causa de todo lo existente.
Destaca que “El conflicto es el padre y rey de todas las cosas. A unos declara dioses y a otros hombres; a unos hace esclavos y a otros libres. (…). Los hombres no comprenden cómo lo que difiere está de acuerdo consigo mismo; es una armonía de tensiones opuestas, como la del arco y la lira. Lo contrario es lo que conviene. (…). La armonía oculta es mejor que la manifiesta”.
A partir de estas aseveraciones de Heráclito podemos aproximarnos a la cruda realidad venezolana, dinamizada por intereses contrapuestos y cambios permanentes. Aunque algunos todavía no logren visualizar algunas variables que subyacen ocultas en el iceberg de la política venezolana, es evidente que la realidad de hace unos días no es la misma de hoy. El giro reciente obliga a repensar la estrategia de los bandos en conflicto frente a una serie de tensiones que se cuelan en el complejo entramado sociopolítico.
Las piezas en el tablero político se han movido. El gobierno recrudece su papel de represor, agrede e intimida con fuerza ante la pérdida de apoyo popular. La oposición, con todas sus fuerzas dispersas y confrontadas entre sí, intentará progresivamente buscar candidatura que pueda desafiar a su adversario por la vía electoral sin ningún tipo de obstaculo. Es el principio de contradicción y cambio expresado en el pensamiento de Heráclito en un país convulsionado por la dinámica política. ¡Ya veremos los resultados!
Politólogo y Profesor de la UDO – Núcleo de Sucre.
