Desde junio de 2022, el Movimiento Popular Alternativo ha planteado la construcción de una alianza histórica popular para superar la tragedia histórica que sufrimos en Venezuela. La previmos como el encuentro de los diversos sectores opuestos -decididamente opuestos- a los dos factores de poder que han destrozado nuestra patria y sometido al pueblo venezolano a un increíble estadio de empobrecimiento general, depauperación de los pobres y aniquilación de las clases medias, con efectos terribles de migración al exterior del 25% de la población para evitar la espantosa espiral de desesperanza, enfermedad, caos en los sistemas de servicios públicos (especialmente en electricidad, educación y salud), enfermedad y muertes prematuras en todos los grupos etarios.
Este caos es profundo y extendido en toda la geografía nacional. El empobrecimiento y la desesperanza laceran el ser venezolano, mientras que los cómplices de la destrucción nacional recurren cobarde y cínicamente a la evasión, la mentira y la sinvergüenzura para evitar el juicio político del pueblo traicionado.
Así estamos en este 2024 de elección presidencial. Ni el PSUV y sus satélites de la politiquería mercenaria, ni los restos de la MUD/PUD tienen derecho a gobernar Venezuela, destrozada por ellos para asombro del mundo: sus dirigentes y testaferros nos han legado un país desestructurado, con una economía saqueada y mermada en 80%.
Ambos bandos -afincados en el mercadeo de la politiquería, la mentira y la guerra sucia- pretenden reinstalar la polarización que en el lapso 1999/2024 arrasó Venezuela. Desde marzo de 2018, advertimos de la tragedia histórica que nos envolvía y se profundizaría, si la irresponsable dinámica fratricida PSUV/MUD continuaba temerariamente. Sus dirigentes no tuvieron la sensatez y la sapiencia para enmendar, y a partir de 2019 desataron la locura. Historia conocida que muchos quieren tirar al olvido, tanto desde el bando gubernamental como desde el conglomerado “opositor” que fraguó y usufructuó el inefable ensayo de “gobierno interino” del pobre Juan Guaidó, hoy abandonado a su pudrimillonaria suerte en Estados Unidos.
El encuentro histórico democrático y popular que hemos planteado desde 2022, avanza tímidamente en medio del encrespamiento manipulador del escenario político nacional. Lo seguimos impulsando, con firmes convicciones y calma estratégica. El pueblo venezolano está reaccionando ante la nueva trampa del bipartidismo del siglo XXI.
¡Aceleremos el paso, por la reconstrucción integral de Venezuela!