Del programa alimentario CLAP que sustenta el gobierno, venimos escribiendo y denunciando desde hace mucho tiempo una serie de irregularidades en cuanto a la cantidad y calidad de los productos que se colocan en bolsas plásticas, como en cajas de cartón para luego ser distribuidas en forma discrecional por voceros afectos al gobierno.
De este programa se han denunciado presuntos negociados, que irían desde operaciones financieras de alto monto, como el tantas veces denunciado por los propios vecinos, que señalan que las alimentos vienen incompletos, que son sustituidos por otros de pésima calidad y que llegan exclusivamente a aquellas familias afectas al gobierno.
Por cierto se estima que bajo esas condiciones, solamente llegan a un 30% de la población.
Es por todos conocidos la cantidad de reclamos, denuncias, enfrentamientos y hasta muertes que se han producido entre los sectores más vulnerables de la población, que sobreviven cuando reciben estos alimentos , dónde por cierto hay sectores del país, que los reciben cada tres o más meses sometiéndolos al hambre y a la pobreza crítica .
El relator de la ONU para el derecho a la alimentación reconoció recientemente que este programa NO alimentan a la gente, carecen de proteínas y además de ello, es utilizado como una forma de control social y político, tanto que familia que no responda a los intereses del gobierno, los llamados jefes de calle, deciden si les retiran o no este ” beneficio”.
Repetimos, está es una situación muchas veces denunciada sin que hasta ahora haya sido atendida con seriedad y responsabilidad.
El defensor del pueblo brilla por su ausencia, así como también la de otros organismos gubernamentales, a quienes les compete vigilar el funcionamiento del mencionado programa social.
La crisis social inocultable en nuestro país, salarios de hambre y la casi y total pérdida de la capacidad de compra de la inmensa mayoría de venezolanos, exigen sin lugar a dudas que dicho programa se revise, se mejore sustancialmente y que el actual gobierno actúe con más seriedad y responsabilidad, tal como lo exigen la inmensa mayoría de venezolanos.