Para el politólogo Emilio Useche de la Universidad de Los Andes y maestrante en Filosofía en Ciencias Sociales en el Instituto de Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, quien también es etnógrafo, estudioso de la migración venezolana, compartió con nosotros su apreciación politológica con relación a la situación política nacional.
Le preguntamos sobre la coyuntura electoral y la configuración de fuerzas políticas, a lo que el politólogo respondió: *”en Venezuela hay un sistema electoral de mayoría presidencialista con poca o nula independencia de Poderes Públicos, lo que en jerga politológica llamamos “dictadura de las mayorías”, es decir, el que gana con el 50+1 gana más del 80% de la torta,* lo cual genera un juego no equilibrado en la correlación de fuerzas electorales y su proporcionalidad en la representación popular. Continua, el politólogo, afirmando que, a pesar de eso, en la práctica *”una minoría del 20% del padrón electoral (4 millones de votos aproximadamente) controla el poder”,* puesto que ha logrado, con su estrategia, atomizador el 80% del pluralismo *(16 millones de votos dispersos entre la abstención -un 45% del padrón- y las diferentes opciones electorales)*, dentro de lo cual se incluye un importante sector de la opositor, con un 12%, que se expresó el 22 de octubre de 2023.
Al preguntársele sobre la inhabilitación de MCM y las condiciones que debiera tener el proceso electoral. Nuestro entrevistado, argumentó “que, en primer lugar, *el proceso electoral debe organizarlo el CNE, como lo establece el artículo 293, numeral 5 de la Constitución,* esto significa reconocer la institucionalidad del Poder Electoral. En segundo lugar, debe *garantizarse el ejercicio de la soberanía popular que establece el artículo 5 de la Constitución,* se cumpla con la normativa electoral, se anuncie un Cronograma Electoral que permita la auditoría ciudadana en cada proceso, se actualice el Registro Electoral, se instalen, por lo menos, *1 punto de inscripción y actualización por municipio* y se le permita votar a los migrantes en el Exterior. Además, debiera permitirse la Observación Internacional de Noruega, Barbados, México, Colombia y Brasil (como países acompañantes del proceso de negociaciones) y los grupos especializados como el Centro Carter y la Comisión Técnica de Observadores de la UE. Y, por último, todas las organizaciones políticas y liderazgos debieran tener la posibilidad de ejercer sus derechos políticos.
En específico, en relación con la inhabilitación, es pertinente que los afectados concurran ante todas las instancias nacionales e internacionales para hacer valer sus derechos, comprometerse con la Ruta Electoral y convocar a todos los sectores democráticos a construir una Estrategia Unitaria. La grave situación de la República no puede seguir limitándose a un debate de nombres. Está “Ola democratizadora” no la para nadie, el pueblo está claro en su deseo unitario de cambio democrático y demanda de la clase política sensatez. Sentenció, el politólogo, promotor del Movimiento 132, un Pacto Ético por la República e integrante del espacio CONSENSO por un Nuevo País.
Nota de prensa
