Recientemente el muy influyente “think tank”, Center for Strategic and International Studies (CSIS) de Washington, ha publicado un extenso y detallado informe, sobre la situación actual de la controversia entre Venezuela y Guyana sobre el territorio Esequibo. El CSIS, utilizando, como pruebas, fotos satelitales, afirma que el gobierno Maduro, está reforzando y ampliando su capacidad militar en la frontera con el Esequibo, territorio que está bajo administración y control de Guyana. De acuerdo a los investigadores del CSIS, la estrategia del gobierno venezolano combina “la zanahoria” del diálogo diplomático, iniciado con el Acuerdo de Argyle en San Vicente, firmado el 14-12-23, con el “garrote” de la amenaza de una potencial acción militar. Una estrategia que el académico Thomas Schelling, que aplicó la teoría de los juegos a los conflictos internacionales, denominó con el neologismo “compellence”. El objetivo sería presionar a Guyana para que acepte reabrir la negociación bilateral sobre la controversia del Esequibo. En cambio, Guyana afirma que la controversia sobre el Esequibo será resuelta en la Corte Internacional de Justicia y que no participará en ningún otro medio de solución de controversias hasta cuando la CIJ decida al respecto. Recordemos que la negociación bilateral, se mantuvo, de una o de otra forma, desde la firma del Acuerdo de Ginebra en 1966 hasta el 2017, cuando dos Secretarios Generales de la ONU, Ban-Ki-moon y Antonio Guterres, de acuerdo con el último “buen oficiante-mediador” Dag Nylander, interpretaron el Acuerdo de Ginebra de forma tal que el Secretario General de la ONU tenía la competencia de llevar el caso ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ). A finales de 2013, con el inicio de la “era petrolera” en Guyana, el gobierno guyanés manifestó que, tomando en cuenta que la negociación bilateral no había dado ningún resultado, proponía, para terminar de una vez la controversia, que el Secretario General optara por llevar el caso a la CIJ. El gobierno Maduro, negligentemente insistió en continuar la negociación bilateral, en cambio de proponer otro de los medios de solución, como la Mediación o el Arbitraje “ex aequo et bono”, por ejemplo. Ese grave error nos llevó a la CIJ.
La estrategia del “compellence” tiene obviamente también objetivos de política interna, como tratar de hacer ver a la opinión pública y, sobre todo, a las Fuerzas Armadas, que se está haciendo algo para “cumplir” con el resultado del referéndum sobre el Esequibo y distraer la atención pública del éxito de la campaña de María Corina Machado y del inmenso fracaso socioeconómico del régimen, en vista de las elecciones del 2024. La ampliación de la base militar en Anacoco, con algunos vehículos blindados livianos, la presencia de unos misiles tierra aire y de algunas lanchas rápidas lanzamisiles en Guiria, en el Atlántico venezolano, no serían suficientes para una seria acción militar en el Esequibo. Sin embargo, el CSIS afirma que la crisis ya ha provocado el aumento del costo de los seguros marítimos en el área. En este ambiente, el Ministro de la Defensa, General Padrino, ha declarado que la Fuerza Armada realiza una presencia “no hostil” en el Esequibo. Finalmente, el Canciller Todd, mencionando el informe del CSIS, ha denunciado la “duplicidad” y la inconsistencia de Venezuela al hablar de paz y al mismo tiempo maniobrar militarmente para intimidar a Guyana.
@sadiocaracas