Eduardo Robaina: El climatólogo Michael Mann gana una demanda millonaria por difamación

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Los autores conservadores Rand Simberg y Mark Steyn acusaron al científico del clima estadounidense de fraude en sus trabajos haciendo paralelismos con un condenado por abusos a menores.

Mentir a sabiendas con el fin de desacreditar a la comunidad científica y a la ciencia del clima tiene un precio: un millón de dólares. Después de 12 años, el reconocido científico del clima Michael Mann ha ganado una demanda por difamación contra dos agitadores ultras que le acusaron de manipular sus investigaciones y le compararon con un abusador de menores convicto.

Espero que sirva para trazar una línea roja: quienes lancen acusaciones falsas y ataques difamatorios contra la comunidad científica se expondrán a sanciones”, señala el climatólogo a Climática a través de correo electrónico. “Confío en que [el veredicto] sirva para crear más espacios donde la comunidad científica se atreva a hablar abiertamente sobre las implicaciones de su trabajo”, añade.

Pero llegar hasta aquí no ha sido un camino fácil. Todo empezó en 2012, aunque hay que retroceder unos años atrás. En 2009, se filtraron unos correos electrónicos de Mann y otros científicos que los negacionistas del clima usaron para acusar al climatólogo de manipular su trabajo y poner en duda su famoso gráfico del ‘‘palo de hockey’, una visualización que muestra cómo la temperatura se disparó en el siglo pasado tras casi un milenio prácticamente estable. El gráfico, publicado a finales de los años 90 del siglo pasado, y en el que también participaron otros autores, es todo un icono de la ciencia del clima. Fue tal su éxito que apareció en el tercer informe del IPCC de 2001.El famoso gráfico apodado ‘palo de hockey’ debido a la forma que toma la línea de calentamiento global desde el siglo pasado. Figura del AR3 del IPCC.

La investigación realizada por la Universidad Estatal de Pensilvania (para la que trabajaba entonces Mann) no encontró ninguna ilegalidad ni uso indebido de los datos a partir de los mails difundidos. Tampoco se encontró nada tras un análisis llevado a cabo por Associated Press y otros organismos.

Sin embargo, esto no le importó al ingeniero aeroespacial Rand Simberg, ex profesor adjunto del Competitive Enterprise Institute –un think tank liibertario y retardista climático–, que en 2012 publicó un artículo en el blog de la organización donde cuestionaba las investigaciones y acusaba de fraude al científico. Lo hizo, además, estableciendo un paralelismo con un ex entrenador asistente de fútbol de la misma Universidad Estatal de Pensilvania que fue condenado por agredir sexualmente a varios niños.

“Podría decirse que Mann es el Jerry Sandusky de la ciencia climática salvo que, en lugar de abusar de niños, ha abusado y torturado datos al servicio de una ciencia politizada que podría tener nefastas consecuencias económicas para la nación y el planeta”, escribió Simberg.

A los pocos días, el autor canadiende Mark Steyn escribió otro artículo en National Review –revista estadounidense conservadora y libertaria– donde insistía en la idea de que Michael Mann era un fraude. En su texto usó la comparación establecida por Simberg: “No estoy seguro de haber extendido esa metáfora hasta las duchas de los vestuarios con tanto entusiasmo como lo hace el señor Simberg, pero tiene razón (…). Si una institución está dispuesta a encubrir violaciones sistemáticas de menores, ¿qué no encubrirá? Sea o no “el Jerry Sandusky del cambio climático”, sigue siendo el Michael Mann del cambio climático, en parte porque su “investigación” por parte de una administración profundamente corrupta fue una broma”.

Veredicto histórico

Durante la última década, el científico estadounidense ha intentado que se le haga justicia. Y lo ha logrado: “Lo único que tenían que haber hecho hace doce años era disculparse y retirar los artículos difamatorios, pero se negaron a hacerlo. Así es como hemos llegado hasta aquí”, cuenta Michael Mann a Climática.

El  8 de febrero, y tras cuatro semanas de juicio en el Tribunal Superior del Distrito de Columbia, un jurado popular concluyó que tanto Simberg como Steyn son culpables de difamar al climatólogo Michael Mann. Según el jurado, ambos agitadores ultras hicieron sus declaraciones con “malicia, rencor, mala voluntad, venganza o intención deliberada de dañar”. Ambos han sido condenados a pagar una indemnización compensatoria de un dólar, además del pago de 1.000 dólares (en el caso de Simberg) y de 1 millón de dólares (en el caso de Steyn) como daños punitivos con el fin de disuadir a otros de hacer lo mismo. Está por ver si Mark Steyn –que tiene su propia web desde la cual difunde sus proclamas ultras y ha ido informando del  juicio– recurre la multa.

En 2021, Michael Mann también interpuso una demanda a los dos medios que publicaron los textos, pero un juez la desestimó diciendo que no se les podía considerar responsables. Ahora, el equipo legal del climatólogo ha anunciado que recurrirán: “Son los siguientes”, ha dicho John Williams, su abogado principal.

Mann, actualmente director del Centro de Ciencia, Sostenibilidad y Medios de Comunicación de la Universidad de Pensilvania, asegura que todo este proceso ha tenido una enorme carga emocional para él y su familia. Durante el juicio, llegó a decir que se sintió “como un paria”. Aun así, agradece el apoyo de la comunidad científica: “Nos han apoyado muchísimo. Desde que se anunció nuestra victoria en los tribunales, nuestros colegas se han volcado en felicitaciones”, cuenta a Climática. Aunque en 2012 ya había mucho ruido en torno al cambio climático, Michael Mann considera que “la desinformación sobre el clima y los ataques por motivos políticos contra la ciencia y los científicos han aumentado considerablemente desde entonces”. Una problemática que no es exclusiva de Estados Unidos sino que es cada vez más común a nivel global. En España, la AEMET y profesionales de la meteorología han tenido que soportar campañas de acoso por parte de conspiranoicos, negacionistas y extremistas.

 

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