José Luis Alcocer: Burocracia a granel

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Recientemente Nicolás Maduro, desde el olimpo gubernamental de Miraflores designó a su gabinete en pleno como padrinos y madrinas en cada estado para reforzar a los gobiernos regionales y dar respuestas a las solicitudes de las comunidades con respaldo del 1 x 10, un mecanismo de control.

Tal decisión deja en el aire muchas interrogantes, entre ellas, ¿Esos Ministros y Ministras tienen su propia agenda y funciones definidas? ¿Eso significa que los gobernadores y alcaldes no han cumplido sus tareas de gobierno?

Presumimos (En socialismo todo es posible), que deben existir en los escritorios de los Ministros una carpeta con los lineamientos de las políticas públicas a desarrollar por cada cartera, y esto no es más que la relación natural con el desarrollo nacional, la problemática social, partiendo  desde la perspectiva de la interacción entre actores sociales y estatales en torno de las necesidades vigentes, lo cual, permitiría deducir que toda política social, es un proceso donde convergen los esfuerzos nacionales y estadales hasta consolidar una sola línea de acción.

Teóricamente, utilizando la ley de los rendimientos decrecientes, me permito aclarar que esta ley utilizada en economía significa que el aumento de producción es menor con cada nueva incorporación de factores. Disminuye, lógicamente. Por eso, otra manera de llamar a este fenómeno es ley de productividad o rendimientos marginales decrecientes.

Si una persona es contratada para abrir un hueco por un mes, al contratar otro lo terminan más rápido… Si contratan dos más pudieran acelerarlo, pero si contratan ocho personas se dificulta el trabajo por cuestiones de espacio.

Así pasa con los protectores, padrinos, madrinas, gobernadores, alcaldes, ministros, vicepresidentes, y toda esa burocracia socialista.

Imagínense ustedes a los padrinos y madrinas ponerse de acuerdo con gobernadores y alcaldes, y si logran ponerse de acuerdo en algún programa de acción, entonces llevarlo al Consejo de Ministros, para que posteriormente pueda ser aprobado por el Presidente de la República. Además, aniquila la autonomía en las regiones.

Así es la burocracia gubernamental socialista encargada de organizarnos la vida y aplicarnos las mil y una fórmulas que ellos mismos inventan para complicarnos la existencia y recordarnos, que dependemos exclusivamente del éxito de la revolución.

Pese a los avances que tuvimos a finales del siglo pasado en materia de descentralización, en este siglo XXI, la motivación ya nos es la calidad de la vida de la gente sino mantenerse en el poder a costa de lo que sea, por eso revirtieron la ecuación para centralizar las decisiones y controlar mejor a la población.

De allí, que, la vía, única e insustituible es un cambio de modelo, un cambio de gobierno y de gobernantes. Ese es el clamor ciudadano.

Economista

 

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