El 22 de febrero 2024 se cumplen 2 años de la invasión de Rusia a Ucrania, ese día bajo las órdenes del dictador ruso Putín las tropas rusas atravesaron las fronteras de un país soberano y una república democrática, solo para satisfacer la ambición de un exagente de la KGB quien pretende reconstruir la extinta URSS.
Los resultados del conflicto son devastadores al registrarse más de 300.000 soldados muertos o heridos en el ejército ruso, señalándose cifras similares en el ejército ucraniano que, sumadas al fallecimiento de decenas de miles de vidas civiles y de niños, la destrucción de más de un 50% de su economía y la ruina general en su infraestructura, indican un saldo sobrecogedor para un país que aspira a vivir libremente frente a la satrapía rusa.
Es de tales dimensiones el drama que sufren hoy los ucranianos que 7 millones de sus habitantes han emigrado de su país, determinando que la Unión Europea no vacile en pronunciarse como el peor momento que vive el continente desde la Segunda Guerra Mundial.
Putin actúa con rabia al presenciar el desmoronamiento de la desaparecida URSS en 1991, al separarse las república bálticas, Georgia y Ucrania entre otras, generó desde principios de siglo XXI confrontaciones internas en las nacientes repúblicas, visualizando a Ucrania como su patio trasero tejía un plan de fortalecer una triple alianza con Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Operación que se vino al traste con los eventos de la plaza del Maydan en Kiev en 2014 al destituir una inmensa movilización popular a su presidente títere Viktor Yacunokovich.
A partir de allí tejió su plan macabro de agredir a su vecina Ucrania, se anexó Crimea y regiones del Donbás creando parapetos de repúblicas separatistas, como antesala de la invasión de 2022. Durante ese periodo utilizó 2 armas de ablandamiento al occidente global, gas barato a través de su empresa bandera GAZPROM despertando la codicia de los inversionistas europeos con la construcción del gasoducto Nordstream y la propaganda a lo interno calificando al gobierno ucraniano como nazi.
La performance de este zar moderno le granjeó algunas simpatías en Occidente, entre ellas durante la gestión del expresidente Donald Trump este le veía como el líder que el pretendía ser, así también en Hungría, Serbia, incluso logró jugosos contratos comerciales con Alemania durante la gestión de Ángela Merkel.
Ahora bien, quienes no mordieron el peine fueron precisamente los ucranianos, ellos conocían perfectamente cómo piensan los rusos, ellos formaron parte de la URSS, 75% de la población conoce el idioma del vecino, compartieron sus culturas. Por otro lado, esa relación llevó a Putin a subestimar a Zelenski, creyendo que un cómico devenido presidente sería algo pasajero, confirmando así la visión del dictador de considerar a Ucrania como sus vasallos naturales, al vociferar que este país no debe existir ya que son rusos.
Pues bien, con el vecino chico le saltó la liebre, el Stalin del siglo XXI creyó que Kiev caería en 5 días y ya lleva 2 años en guerra, presenta la captura en el último semestre de Bajmut y Avdiivka como un triunfo avasallante, cuando en realidad las tropas rusas cedieron el terreno invadido inicialmente desde 2022. Derivando en una guerra de trincheras estancada por el debilitamiento de la ayuda occidental a Ucrania y la incapacidad rusa de tomar todo el país.
Esta guerra ha sido un verdadero suplicio para un país que decidió apostar su futuro hacia la Unión Europea y la OTAN, en lugar de la Comunidad de Estados Independientes controlados por Rusia, decisión que encoleriza al dictador al sufrir como piedra en el zapato un conflicto sin fin, rechazado al interno del pueblo ruso por los cientos de miles de muertos en el campo de batalla.
Finalmente, la demostración de valentía del pueblo ucraniano firme en sus convicciones y su presidente Vladimir Zelenski, le indica al mundo los peligros que acechan a los países que desean y mantienen los valores democráticos e institucionales de la sociedad moderna, y al mismo tiempo el valor de un pueblo de ofrendar sus vidas para detener al tirano que amenaza hoy al mundo libre, quien ya conoce su conducta criminal al asesinar a Alexis Navalny como principal opositor a su régimen
Gracias a esta acción valiente del pueblo ucraniano quien ha sufrido todo género de atrocidades por el invasor, hoy la Unión Europea se ha fortalecido conjuntamente con la OTAN, quien ha expandido con la inclusión de Suecia y Finlandia sus fronteras en miles de kilómetros, demostrando el fracaso y el error de cálculo de quienes se levantan contra la aspiración de la humanidad de vivir en libertad para fortalecer la democracia. Slava Ukrainie.
Movimiento Laborista