La historia del Caribe (1620 a 1683) es protagonizada por piratas: mayoría, franceses, dedicados a cazar animales, introducirlos a La Española, para contrabandear su carne. Los bucaneros crean en 1620 su federación “Cofradía de los Hermanos de la Costa”, bajo el principio: “se roba, pero se reparte”.
Que siglos después, aggiornó, otro pirata,-éste, increíble, era venezolano- y dijo: “robo pero doy empleo”.
La historia sigue: Daniel Stulin, doctor en Inteligencia Conceptual, investigador, escritor. Descubre que durante las últimas décadas, un “selecto grupo de políticos”, piratas, banqueros y poderosos en general, se reúnen secretamente para tomar las grandes decisiones que mueven el mundo. Incluye organismos internacionales. Y aún, a riesgo de su vida, Estulin es la única persona que logra romper el muro de silencio que rodea las reuniones del club más exclusivo y sanguinario”, de cepa liberal, en mafia,con la CIA y el Departamento. de Estado.
Al evolucionar se suma el Profesor Gerald Epstein, economista post keynesiano, que acaba de publicar el libro “Busting Banker´s Club” 23 de Enero 2024 (Quebrando los Clubes de Banqueros), y los acusa de haber puesto de rodillas la economía mundial, desde 2007 a 2020, con la Crisis inmobiliaria -asunto de las hipotecas subprime- que causó en USA pérdidas por un trillón de dólares. Tanto, que, el Gobierno los debió dejar “fuera de control”, y que ellos, decidieran. El libro muestra sus batallas por restablecer, el control financiero, y cómo a trancas y barrancas superen su piratería.
Causaron dos crisis financieras mundiales con efectos en nuestra economía, al aplicar tesis liberales, las mismas que utiliza en Argentina Milei, y la inhabilitada pretendía aplicar, desde su secreto e inédito y absurdo plan de gobierno.
Estas notas son una alerta. Primero: queda claro, la piratería política y social es de vieja data y está vigente. Segundo: las tesis liberales, Chile: Pinochet, Piñera, Bachellet. Brasil: Bolsonaro. Argentina: Menen y Milei. Colombia: Uribe. Uruguay: Lacalle Pou. Ecuador: Lasso. Paraguay: Peña. Perú: Boluarte. No pasaran el examen final de la historia. Piratería, que en 2008, impidió cumplir los objetivos del milenio, retraso niveles de crecimiento en el continente, precarizó condiciones laborales y aumentó los índices de pobreza e impuso 480 sanciones económicas y, paradoja, una inhabilitada.