Luis Bravo: También, hay que decirlo

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A pesar de un ambiente social y pedagógico en modo de colapso, la creación de la Alternativa Educativa no es un imposible, a los ojos de este seguimiento crítico que hacemos del acontecer educativo. Es perfectamente factible, dentro de las expectativas que se crearon a partir de las primarias que gestionó la Plataforma Unitaria, porque se entiende que la vía lectoral (libre y abierta al acompañamiento internacional de verdad verdad) es el camino real para la transición democrática, si el pueblo lo considera, tal cual lo está planteando hoy el presidente de Colombia pese a sus veleidades con el extremismo criollo. Sin dejar fuera de consideración, que ese tortuoso camino a la construcción de la Alternativa Democrática está empedrado por el ya tradicional clamor por elecciones libres de   los más confiables clientes de nuestra alicaída industria petrolera.

También, hay que decirlo,  la Alternativa Democrática a lo que hoy manda en materia de educación y salud se puede facilitar si se potencian los factores y actores políticos existentes, que congregan perfiles políticos diversos (muchos de ellos chavistas sensibles a la necesidad de cambio)  dentro del espectro político y gremial cada vez más comprometido con la necesidad de cambio socio político, como es el caso de actores opositores probadamente confiables  como la Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE) Actor político   que integra partidos,  gremios e individualidades comprometidas con el cambio por vías estrictamente democráticas, a la vez que históricamente articuladas a  la atávica lucha por los derechos humanos  que impulsado  las constituciones que hemos tenido,  incluida especialmente la  de 1999. Atavismo que está en la genética misma del democratísimo civilizador que ha impedido la guerra civil aspirada por los círculos más pequeños (pero más ruidosos) de la Chavoesfera que gobierna.

Un aspecto fundamental de esa alternativa educativa a la cual hemos hecho múltiples referencias, tiene que ver con la posibilidad de integrar la docencia que se hace en la educación básica y la que se hace en el nivel superior. Pero no al estilo de lo que se ha practicado en estos años que privilegia su alejamiento respecto a lo que es la universidad autónoma y democrática, es decir la universidad que es eso y no otra cosa. La realidad actual reclama el potenciar las capacidades universitarias para la investigación y la promoción social (extensión), que pese a todo siguen reconociendo las instituciones internacionales que ordenan jerárquicamente la actividad científica en rankings. Como es el caso del que reconoce la preeminencia de lo que se hace en las universidades de Estado, distintas a las de gobierno, precariamente instaladas contraviniendo las especificaciones que se hacen en la Constitución de 1999 y las leyes que ordenan el sector.  Respecto a lo cual destaca la actividad de la Fundación Intrerconectados que reúne y asocia a grupos de investigación sumamente preocupados por la actividad de investigación en la Universidad Autónoma que hoy tenemos.   Su boletín Bitácora animado por Luis Ordóñez, registra una excepcional actividad académica asociada a la idea de universidad civilizada. Particularmente lo que se hizo en el “Foro Invertido” celebrado a finales del año pasado. Evento donde se produjo una importante panorámica de las posibilidades de la ciencia como actividad re-animadora de una universidad paralizantemente colapsada, como lo hemos registrado en varias ediciones de este boletín según puede verse de primera mano por: Horizonte de la Universidad para Venezuela en la cuarta revolución industrial: a modo de introducción al XI Foro Invertido de la Fundación Interconectados realizado en el marco de la Convención Anual de AsoVAC.

Revista 992 Memoria Educativa Venezolana, paso a paso

 

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