De las tentaciones más seductoras, y casi naturales, de un gobierno de perfil autoritario, está la de deslizarse por el tobogán de la represión y la supresión, no solo política, también física del adversario. Reñirse con los DD.HH., teñirse de sangre libertaria y demócrata.
La nicaragüenización pertenece a la cartera fácil de opciones, sin embargo su adopción representa para el régimen una nueva margarita de dudas.
Los nuevos actores políticos y sociales hacen la nueva diferencia, una ciudadanía liderada por María Corina Machado, blindada de visión política, no solo electoral, propósito claro de cambio y fuerza organizada con dos poderosos brazos: GANA(Gran Alianza Nacional) y 600K. Se ha roto el viejo mantra de la convivencia de quienes fungían de oposición: Doblarse como el junco para no partirse.
En el nuevo contexto político, el modelo Nica de Nico deberá valorar ese nuevo actor protagónico.
Antes de consumar ese paso, el gobierno destructor tendrá que deshojar una segunda margarita: enfrentar la reacción internacional, capear el temporal geopolítico. La condena por la desaparición forzada de Rocio San Miguel y su familia, resonó desde distintos destinos del planeta.
Fue contundente el rechazo, a la expulsión del personal técnico de la Oficina de DD.HH.de la ONU en Caracas.
Viejos amigos, como Pepe Mujica, se han deslindado con declaraciones precisas y duras; hasta Lula y Petro, quizás por pena ajena,de la mano de EE.UU., han garrapateado palabras de diferencia.
Son tiempos en los cuales nadie quiere andar con dictadores: “dime con quien andas y te diré …”, ni exponerse a condenas, o desaprobación, por violación de DD.HH.. Nadie puede andar impunemente frente al mundomatando Navalny’s ni Alban’s, instalar centros helicoidales de torturas o aprisionar y expulsar sacerdotes, hermanitas y obispos; mucho menos ejecutar mujeres por enseñar el pelo, o jugar tiro al blanco con misiles, aterrorizando a los países vecinos.
No es una opción sensata el aislamiento internacional; volar los puentes es un lujo que sólo pueden darse los regímenes ancianos como Corea del Norte, o Cuba, quien busca desesperadamente una tabla de salvación económica, a través de una reanudación de relaciones diplomáticas con Washington.
Ante la inminente victoria de MCM, lo que está sugiriendo la realidad política es una transición negociada; el pueblo soberano que la eligió como candidata, refrendaría esta solución, seguramente avalada por su solvencia política y moral, su valentía y su amor por Venezuela.