Arturo Molina: El cambio climático ¿De quién es la culpa?

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El cambio climático es una realidad perceptible que está golpeando con furia al planeta. Las sequías no cesan, las olas de calor se hacen insoportables, las inundaciones llegan de momento, y las autoridades solo saben dar excusas o quejarse para correr la arruga. Esos eventos climáticos son síntomas que se expresan para dar a entender que las correcciones se deben hacer a tiempo, porque el dejar hacer y dejar pasar trae sus consecuencias, generando desviaciones e impunidad ante la violación a la norma acordada. Aquí la culpa es de la nada.

Las medidas acordadas por los “líderes mundiales” para combatir el flagelo de la contaminación y destrucción de la naturaleza son brochazos para promover publicidad, pero distan mucho de la solución requerida. Acuerdos internacionales se han realizado: Acuerdos Internacionales sobre el Cambio Climático – Iberdrola, aunque loables en su intención, se quedan cortos en la acción real. La ausencia de compromiso político, las agendas cortoplacistas y la influencia de las grandes empresas contaminantes han frenado un progreso significativo, y el vuelvan caras no se escucha en ese concierto.

La agricultura industrial, con sus prácticas intensivas y contaminantes, es un factor importante en la crisis climática. El uso de fertilizantes químicos, la deforestación para la expansión de cultivos, sumándose la explotación a cielo abierto de la industria minera, generan emisiones de gases de efecto invernadero y contribuyen al calentamiento global. Prevalece el interés económico por encima del derecho a la vida. Destruyen la flora y la fauna con sonrisa en la cara, y les da igual el habitad de las especies que viven en los espacios naturales. Hasta para beber agua hay que tener cuidado, porque los nacientes los destruyen y contaminan.

El mundo está necesitado de gobernantes que asuman la responsabilidad que les corresponde. Se requieren políticas públicas ambiciosas que fomenten la evolución hacia una economía que respete el derecho a la vida y a la naturaleza, alejada de egoísmos y fanfarronerías, que se traduce en el exterminio. Así como se señala a los “líderes” por su responsabilidad en el escenario que se presenta en el cambio climático, también hay que expresar que cada uno de los ciudadanos debe asumir un rol protagónico para luchar en la protección de la naturaleza, adoptando estilos de vida con sentido de responsabilidad y compromiso.

jarturomolina@gmail.com – @jarturomolina1 – Trinchera Tachirense

 

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