El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas, Leonardo Vera, apunta que la recuperación del poder adquisitivo de los salarios es un factor clave de recuperación económica sostenida.
Las empresas deben prever estrategias para enfrentar los cambios negativos.
Venezuela está en un año electoral, y dicen –los que saben- que no será malo en lo económico. Luego de un auge relativo en 2022, en 2023 hubo una desaceleración, que fue paliada por la reactivación de la actividad de Chevron en el país, bajo el levantamiento de las sanciones contra la industria petrolera nacional.
La guerra en el Medio Oriente ha echado fuego en la candela, y el experto petrolero, Francisco Monaldi ha dicho que, de prolongarse en el tiempo el conflicto, y –más aún- si entra Irán en el mismo, Venezuela puede verse muy favorecida.
No obstante, los EEUU han sido estrictos en sus condiciones de que se realicen unas presidenciales confiables. El presidente Nicolás Maduro, por su lado, aseguró que ganará por las buenas o por las malas.
Ante estas señales, el gigante del norte ha amenazado con restablecer las sanciones petroleras, y empresas como Repsol, Eni, o Reliance, podrían ver apagarse su deseo de lucrar del negocio petrolero en Venezuela.
El presidente de la Academia de Ciencias Económicas de Venezuela (ANCE), Leonardo Vera, hace su análisis, en exclusiva para Banca y Negocios.
Según Vera, el rol de la Academia Nacional de Ciencias Económicas es “orientar decisiones de políticas públicas y a la ciudadanía en la interpretación y solución de los principales problemas económicos del país”.
¿Cuáles son para él las perspectivas para 2024? Dice que hay cosas promisorias y otras que pueden cambiar el panorama y “hacerlo más sombrío”.
Ente las promisorias es que Venezuela acumula 4 o 5 meses con una inflación en descenso, y el sector privado mantiene salarios más competitivos en un entorno de bajas remuneraciones.
La combinación de ambos factores es favorable, por el escaso poder adquisitivo del país, que es ciertamente muy bajo, y quizá pueda recuperarse.
Pero, por otro lado, otra cosa positiva es que Venezuela –de momento- está en una pequeña recuperación del sector hidrocarburos; pero este proceso depende de la posibilidad de que Estados Unidos mantenga vigente la licencia número 44 de la OFAC, en función de facilitar la entrada de las empresas interesadas en invertir.
Sin recursos humanos, ni financieros
Venezuela no tiene los recursos humanos ni financieros para recuperar la industria petrolera, y ha tenido que echar mano de ciertos convenios para hacerle frente a esta realidad, y comercializar el crudo, expone Vera.
-¿De qué depende que las sanciones no vuelvan?
-Bueno, de que Maduro respete las condiciones para unas elecciones libres, lo que a estas alturas no parece muy claro.
Ahora bien, ¿Cómo deben orientarse las empresas ante este panorama? Leonardo Vera es claro y conciso: Monitoreando los aspectos críticos que modifican el entorno. Poner a trabajar los escenarios para cada cambio, y cambiar las estrategias si es necesario.
En otro orden de ideas, el presidente de la Academia de Ciencias Económicas subraya que “las empresas deben realizar nuevas inversiones solo si la gerencia se asegura de que el cambio es positivo”, esto es, duradero.
También preparar estrategias defensivas para cambios negativos en un entorno económico que puede ser positivo o no, ya que hay muchas dudas sobre cómo se va a comportar la economía realmente, debido a grandes factores que generan dudas, tanto coyunturales como estructurales.
-¿Se pueden hacer negocios en nichos como el agro, la tecnología, el calzado, etcétera?
-El mercado venezolano es enano. Y en 2022 quedó claro que hay un mercado muy pequeño para tantos tiburones. En 2024 estamos en una economía estancada, pero puede salir adelante, si se eleva la capacidad de compra de los salarios, y las inversiones petroleras se hacen más robustas.
Vera enfatiza que la economía no puede estar concentrada en mercados de lujo como los restaurantes, cosa que se vio en 2022. ¿Cuáles son los nichos que pueden crecer? Medicinas, alimentos, el agro –hasta el sector agroindustrial-. “Pero según lo que puedes ver en la Pirámide de Maslow, Venezuela sigue siendo un país de muy bajos ingresos”.
Un aspecto negativo es la inexistencia de crédito, el cual dinamiza los sectores comercial y empresarial.
Sin financiamiento no habrá inversiones necesarias
Pusimos sobre la mesa –sólo por llamar Diablo- el caso de la empresa de crédito por plazos, Cashea. “Como ese mercado está tan atrofiado han surgido innovaciones, como la que usted menciona, y los bancos deberían convencer a las autoridades de la necesidad de habilitar el crédito”.
Para Vera, en el corto plazo no se verán grandes inversiones; y reitera que uno de los dinamizadores esenciales es que mejoren los salarios. Si bien en el sector privado han mejorado las remuneraciones, un operario gana no más de 200 dólares mensuales, lo cual está muy por debajo del estándar de la región.
Si se habla del sector público, los empleados no ganan más de 100 dólares, y los jubilados y pensionados apenas 3 dólares. No hay que olvidar que hay una mesa tripartita –dice- que puede lograr la mejora necesaria de los salarios.
La empresa privada –opina- debe “responder rápidamente ante las señales del mercado, declara el presidente de la ANCE.
Las empresas deben tratar de mantener su flujo de caja y no perder mercado, expone.
Alejandro Ramírez Morón – Banca y Negocios