Antes de ir al grano, observemos estas cifras: En el exterior se estima existan 3.5 millones de votantes que no podrán ejercer el derecho al voto porque el régimen no quiere, sabe la inmensa mayoría es adversa. Se escuda en que se perdieron las relaciones diplomáticas con muchos países, pero ¿Y con Colombia, Brasil y demás países “amigos” donde si hay relaciones? Allí tampoco se hacen los esfuerzos.
Otra cifra similar son las nuevas inscripciones, para los que han cumplido 18 años o los tendrán el día de las elecciones, el CNE no solo ha ralentizado este proceso, sino que lo ha hecho cuesta arriba abriendo solo un puñado de oficinas en algunas capitales de estados, obstaculizando a los jóvenes su inscripción.
Solo sumando estas dos cifras tenemos casi 7 millones de votos que quedarán fuera de las presidenciales, una total locura, una total irresponsabilidad permitir esto ocurra, a menos que se tengan intereses ocultos como participar como candidato a cambio de prebendas, cuotas de poder y recursos de campaña en franco detrimento a la nación, justamente, de lo que se le acusa a los denominados popularmente como “alacranes”.
Pero hay más, en abril de 2023, las propias autoridades del Saime confesaron que esa vital data, que alimenta al registro electoral, se encontraba corrupta ¡Imagínense lo que eso significa! Cuál será la cifra de falsos votantes entre identidades falsas, duplicadas, alteradas y quién sabe qué otras irregularidades más, es decir, de 20 millones de votantes supuestamente existimos en Venezuela ¿Cuántos son ilegales, cuántos podrán votar, cuántos otros filtros existen y pare de contar las anomalías?
Ahora bien, detrás de todo esto hay un gran organigrama y un cronograma que será oficialmente público dentro de poco, se ha alargado su anuncio porque lleva consigo inmerso una gran connotación no solo dentro del país, sino fuera de él también. Al fijar fecha para las próximas elecciones se estará dando play al juego de estrategias versus fuerza bruta.
Los más ilegítimos, en representación de un puñado de personeros impuestos y autoproclamados líderes de partidos, se tomaron el derecho de decidor por el destino de toda una nación donde, dicho sea de paso, el voto no cuenta, es decir, no premia, no castiga ni genera cambios. Por tal motivo, el alargue de la fecha, temen los efectos que causarán.
Ante la precariedad del chavismo, carente de una figura nacional, no es de extrañar el adelanto de las regionales para obligar a los gobernadores trabajar electoralmente por una figura que ni su partido quiere, todo es complejo en este entramado forzoso de elecciones al margen de la ley y la democracia.
El país a las puertas de lo que ha sido su sentencia de muerte, elecciones sin condiciones, con instituciones psuvizadas y falsas figuras. Este tipo de elecciones han sido el portal de entrada para que todo lo malo de la cuarta república empeorara y se crearan, en esta quinta, males mucho peores.
La ruta correcta es que sociedad política y sociedad civil se unan contra procesos electorales tan ilegales que son lujosamente absurdos. Mientras existan mercenarios del voto continuaremos en el oscurantismo. Alacranes y demás especies, en sus hombros recae el alargue de la tragedia nacional.
@leandrotango