Cumplir el Acuerdo de Barbados es entender que me voy a inscribir y que los voy a enfrentar en unas elecciones competitivas.
En estos 6 meses pasaron las primarias, nadie daba una locha de que las primarias serían un evento y masivo como fue. El régimen estimaba que sería un evento flojo y fue un batacazo con casi 3 millones de personas votando. Fue el sello a la derrota espiritual y social del régimen. Es el fin de una etapa política y social. Pasó el 3 de diciembre, cuando el régimen metió toda la plata del mundo alrededor de esa absurda iniciativa del referendo sobre el Esequibo; no fue nadie y su propia incapacidad de chantaje quedó en evidencia. Y ellos decidieron avanzar con la represión, la amenaza y la persecución a un gentío y esto se les ha revertido porque la gente se está rebelando al miedo y hoy vemos iniciativas como los Comanditos y la incorporación de la gente a proyectos como GANA.
Nunca, en 25 años, hemos estado frente a una elección presidencial con una relación régimen-oposición 80-20. ¿Qué tiene que pasar? El régimen tiene clarísimo que en cualquier elección medianamente competitiva, los barremos. El régimen no acepta la posibilidad de una derrota electoral y una transición. Para darles una derrota electoral, tenemos que darle una derrota política, y esa es cuando el régimen asume que es imposible detener el avance de este movimiento social, que este sistema es insostenible y que por su propio bien hay que facilitar una transición negociada. Cuando eso ocurra, se habrá dado la derrota política y las condiciones para avanzar hacia un proceso electoral competitivo.
Si ellos niegan esa expresión, por la fuerza que ha agarrado de abajo hacia arriba este movimiento, muchos de esos quiebres y pedazos que se sueltan y voltean al sistema, se darán con mayor contundencia si ellos deciden cerrar esta válvula por la cual canalizamos pacíficamente la determinación a lograr un cambio en el país.
Quiebres en el oficialismo
Los quiebres se dan cuando hay sectores del Psuv que se nos acercan, que preguntan cómo quedan tras una transición, cuáles son los términos y garantías para una transición. Es complejo porque han destruido todas las instituciones y sometido al país a una devastación total, pero también porque han cometido crímenes muy severos.
La pelota está en el terreno del régimen. Yo estoy haciendo mi trabajo del mandato que me dieron el 22 de octubre: avanzar por una ruta electoral y consolidar la fuerza ciudadana más importante que ha existido, y alineando a todos los factores. ¿Qué estamos pidiendo? Elecciones, elecciones, elecciones. Y mientras organizamos.
Acuerdo de Barbados
Todo el mundo, incluyendo sus aliados, le dicen a Maduro: “cumple el Acuerdo de Barbados”. Cumplir el Acuerdo de Barbados es entender que me voy a inscribir y que lo voy a enfrentar en unas elecciones competitivas. La otra opción que tiene Maduro es ir por las malas, con las consecuencias que eso tiene para nosotros, el país y para el propio sistema, pero eso no es sostenible.
¿A quién hay que increpar? A Maduro. Nosotros sabemos para dónde vamos y qué haremos.
Yo lo que tengo que ofrecer es mi palabra, porque al final, en una negociación de esta complejidad, lo fundamental es que exista confianza entre todas las partes, y esos señores que son parte del régimen saben que lo que yo tengo es palabra. Para que una negociación sea sostenible, tiene que ser avalada por el país. Maduro tiene que tener muy claro que una negociación razonable para ellos debe ser aceptada por el país. Para que el país lo acepte, quien represente a los venezolanos en esa negociación, debe ser alguien en quien el país confíe.
No podemos subestimar a los ciudadanos militares o policías que estuvieron ilusionados y pudieron creer en el chavismo. Chávez potenció esos sentimientos de resentimiento. La separación social ha sido tan poderosa, que esas barreras se han caído. Todos queremos lo mismo. Muchos de esos que creyeron en Chávez, ya no, y hoy son los que más cambio quieren. Hay espacios extraordinarios de encuentro y coincidencias.
Muchas de estas expresiones de violencia y amenazas van dirigidas a sus propios cuadros como amenaza para que no se sigan acercando a nosotros. Yo estoy con los brazos abiertos porque yo voy a ser presidente de todos los venezolanos.
Comanditos
Estoy deslumbrada de emoción y orgullo por cómo han agarrado fuerza los Comanditos. Sí siento que a nivel de grupos encerrados en Caracas, en sus dinámicas, hay un espíritu ya derrotado que reproducen distintos voceros. Están tan equivocados. Estamos donde estamos hoy, y el régimen está en su punto de mayor debilidad.
En GANA estamos dando los debates para los consensos que vienen, porque esto no es solo electoral.
Sustitución
Los venezolanos queremos cambio y queremos elegir, no votar por votar. Por eso las primarias fueron lo que fueron, porque la gente se apropió del procedimiento, del acto, del día. Hay que confiar en la gente. Hay gente que repite la narrativa del régimen, diciendo “que se quite María Corina”, pero el problema no soy yo o mis apellidos, sino que el régimen no ha aceptado la posibilidad de perder. Si tú me cortas la cabeza, cortas la legitimidad, el reconocimiento de la gente, es el Parlamento Europeo que reconoce la elección. Si me cortas la cabeza y ponemos a cualquiera que el régimen vea que los puede derrotar, vendrá el tercero, el cuarto… porque entonces no es la figura que representa la legitimidad, sino una sucesión de personas hasta llegar al que Maduro le guste: alguien que pueda controlar, extorsionar y ganar.
No soy yo como persona. El punto son los venezolanos que escogieron y me dieron un mandato y el régimen que aún hoy no acepta que puede perder.
Yo quiero interpelar a todo venezolano y decirle: “imagínate los dos desenlaces, que Maduro arrebate la posibilidad de la elección. ¿Cómo sería tu vida? ¿Cómo sería el desenlace? Imaginen también lo que sería Venezuela en cuestión de horas si logramos una transición. Todos vamos a estar mejor”.
Hasta el final
Hasta el final cierra los ojos es la Venezuela que tú anhelas, sueñas y de la que te sientes orgulloso. A mí nadie me pregunta por el país qué significa hasta el final. Hasta el final y más allá. El proceso de transición es una etapa a una visión común y tangible. ¿Cómo vamos a llegar a allá? Nadie sabe. Pero yo tengo certezas, y una es mi confianza en la sociedad venezolana, y otra es que aquí hubo un cierre de un ciclo político.
Estos 25 años no fueron malos, sino nos fueron preparando el cuerpo, la mente, el espíritu y el corazón para un momento, y el momento llegó. Hoy veo a una sociedad comprometida.
Narradores de la derrota
¿Cómo detectar a los narradores de la derrota? Aquellos que te dicen que Maduro está más fuerte que nunca, olvídate del 22 de octubre, el país está mejor y se estabiliza, la comunidad internacional se olvidó de nosotros. A quien tú veas replicando estos mensajes, alerta. Hay gente que puede estar más o menos cómoda ahorita haciendo negocios con el régimen, pero se hacen parte del sistema mafioso. Hay que tener muchísima consciencia y responsabilidad para saber quién es quién.
Mi mamá y mis hijos me bendicen y le piden a mi papá que me cuide y que me proteja, y yo siempre digo que estoy de la mano de Dios. Hay tanta gente hoy que nos cuida y nos cuidamos. No quiero sonar ingenua, pero no habría manera, con protección física, impedir que nos hagan daño si así lo quieren. El régimen tiene el control de la policía, las Fuerzas Armadas. Mi protección física viene de la gente; cuando salen miles y miles, no hay manera que grupos pagados puedan afectarnos. El riesgo está y es una decisión individual que asumidos todos por un país distinto y un país donde nunca más se persiga a nadie. La oportunidad es real, nunca como hoy hemos tenido esta posibilidad. Yo no puedo sola y nos necesitamos organizados hoy.
¿Cómo ayudar? Monta tu Comandito. No es superficial y de poco valor. Participa en GANA, lleva un mensaje de fuerza, informa sobre el avance de esta causa. Estamos en pleno ascenso, mientras el régimen viene en caída.
El Pitazo