Leandro Rodríguez Linárez, ¿Qué debe hacer la oposición?

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Es necesario resaltar que el término oposición significa (no es sorpresa) oponerse, es decir, ser contrario, enfrentarse, pero en política no es tan sencillo, esa posición encarada debe tener sentido, coherencia, oponerse a lo malo, a lo incorrecto, a lo que no debe ser y… ¡válgame dios! en Venezuela sobran los motivos para enfrentarse, lo irónico es que apenas existe un par de figuras políticas que se oponen al chavismo, el resto pertenece a una falsa “oposición”, no haciendo más que facilitarle las cosas al régimen, hablamos de los alacranes y demás hierbas emparentadas.

Venezuela encabeza las peores cifras de medición de gestión pública. Es la peor inflación, la peor corrupción, la peor diáspora, la pérdida de calidad de vida de una nación no en guerra, ubicada entre los primeros países más inseguros del planeta y pare de contar, una oposición real se diera banquete atacando los desmanes del gobierno, pero la mayoría de los políticos de hoy solo siguen fidedignamente la perniciosa agenda del chavismo.

Lo peor, desde que el chavismo arribó al poder los procesos electorales han perdido su esencia, su función, su utilidad. Desde época de Chávez se confunde separación de lo público con lo partidista, así como el rol de un funcionario público con la de un prosaico militante. Ya para 2024 el voto, en las actuales condiciones, no sirve para nada, no premia, no castiga ni genera cambios, por tal motivo, la abstención surgió espontáneamente como mecanismo de defensa/protesta de los ciudadanos contra procesos electorales desaforadamente destructivos.

¿Qué debe hacer la oposición? La sola presunción de sugerir fechas a las presidenciales 2024 es un acto absurdo, una demostración de complicidad, pues las condiciones electorales son absurdamente ilegales e ilegítimas, para colmo, en el bochornoso acto que se celebró en la AN le dieron un cheque en blanco para que el régimen escogiese a su conveniencia 27 fechas que van desde abril hasta diciembre… un deprimente show innecesario, entre figuras ilegítimas, además la ley es excesivamente clara en cuanto a cómo y cuándo deben realizarse los procesos electorales.

Una oposición real, en unión con los sectores nacionales, primero forzaría encuentros entre ella y el régimen a fin de realizar las peticiones de ley para la celebración de las elecciones, para alcanzar condiciones realmente competitivas y solo cuando estas se alcancen es se pudiera hablar de cronogramas, antes (tal como lo hicieran los popularmente conocidos como alacranes) es una desafiante demostración de complicidad.

Una oposición real no enfocaría sus estrategias electorales a desprestigiarse entre sí, cuando se padece del peor gobierno de nuestra historia, responsable de los peores problemas del planeta. Tampoco se ceñiría amaestradamente a la agenda del régimen, menos cuando existen tantos motivos para liderar una lucha contra quienes destruyen la nación.

Una oposición real se uniría en torno a la figura política con apoyo e intención abrumadora de votos, máxime cuando se enfrenta a un régimen como el castrismo venezolano. Estaría unida, firme, consecuente con esa figura, a sabiendas tiene el apoyo requerido para burlar las tretas de una desinstitucionalización tan agreste como la actual.

Una oposición real estaría ejerciendo presión incesante dentro y fuera del país para que cese la principal causa de destrucción del país: los procesos electorales 100% psuvizados, a la medida del chavismo. Hasta que esto no deje de ocurrir por la vía electoral solo obtendremos empeoramiento de lo que ya hoy es prácticamente invivible.

@leandrotango

 

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