Simón García: Valientes de azul, casco rojo y botas Fal

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Tres organizaciones sociales conforman una alianza: la Cámara de Comercio, el Rotary y el Club de Leones. Su objetivo era buscar un acuerdo con instancias gubernamentales para crear el Cuerpo de Bomberos de  Valencia. Logran su propósito cuando la Gobernación de Carabobo en manos de Ramón Ruiz Miranda (1948-1951) y el Concejo Municipal presidido por Eduardo Celis Sauné, deciden la aprobación legal y los aportes presupuestarios correspondientes. La inauguración ocurrió el 24 de julio de 1950.

En ese mismo año la Cámara de Comercio de Puerto Cabello adquiere una unidad de combate de incendios que comenzó a operar en el No 27 de la antigua calle Municipio. En 1952 el gobernador Salvador Llovet(1951-1953)decidió la construcción de una estación de bomberos en la calle Juncal, la cual inauguró el 15 de agosto de 1952. Su primer instructor fue el sargento 2 Ramón Churión perteneciente al cuerpo de bomberos de la Base Aérea Libertador de Maracay.

El inicio operativo del cuerpo de Bomberos de Valencia se debió a dos sub-oficiales, el Sargento I, Rafael Anselmo Mujica Muñoz, primer comandante y el Cabo 2 José Asunción Márquez como segundo  comandante. Mujica Muñoz desempeñó la Dirección de la institución durante 28 años hasta su jubilación con el grado de Teniente Coronel (B) en 1978.

Mujica y Márquez fueron seleccionados y recomendados por el Cuerpo  de Bomberos del Distrito Federal y transferidos a Valencia para encargarse de la instrucción y formación del personal fundador. Ellos trabajaron en una vieja casona situada detrás de la desaparecida Bomba de Gasolina Pinto.

Entre 1950 y 2023 ha habido 14 Comandantes del cuerpo de Bomberos de Valencia. Cada uno dedicadoa tiempo completo a cumplircon responsabilidad y abnegación la misión de prevención, detección y combate de incendios, siniestros  naturaleso tecnológicos, rescate e incluso protección de la salud de los ciudadanos como ocurrió durante el COVID.

En diciembre de 1975 el Rector Aníbal Rueda, en Consejo Universitario, designó una Comisión para formular un proyecto de creación de los Bomberos Universitarios de la Universidad de Carabobo. Esa Comisión estuvo integrada por ArneRoostna, en representación de los profesores; Oswaldo Di Lorenzo, por los Empleados; Benito Mendoza por los trabajadores y el Br. José Javier Ramos por los estudiantes.

La instrucción y organización corrió a cargo del Cuerpo de Bomberos de Valencia y su primera promoción la conformaron 27 graduandos, dos de ellos empleados de la Facultad de Medicina. En 1977 inicia oficialmente sus labores bajo la dirección de José Vicente Arcila, su primer comandante. En 1980 se crea la Brigada de bomberitos de la U.C..

En la actualidad el Cuerpo de Bomberos de Valencia cuenta con 147 bomberos, 117 personal fijo y 30 voluntarios. Entre sus 8 Brigadas existe la Brigada de Rescate y Auxilios Médicos.

Ser bombero es una vocación y una devoción que exige valentía, serenidad y capacidad para tomar decisiones adecuadas en situaciones de riesgo. No son simples apaga fuego, porque poseen conocimientos especiales, entrenamiento y una clase de disciplina que solo se adquiere cuando la vida de uno depende del que está al lado. Para iniciar la carrera se pide  titulo de bachiller y aprobar un examen de admisión.

A pesar del servicio que prestan a la comunidad a los cuerpos de Bomberos de Carabobo, los afecta la crisis que vive el país y la restricción de recursos de los Concejos Municipales de los cuales dependen los bomberos. Nuestros bomberos no devengan salarios sino bonos de sobrevivencia.

La justificación de un cuerpo de bomberos para Valencia es vieja porque los incendios siempre han constituido una amenaza de desastres, desde la quema en 1929 de la Fábrica de Aceites El Aguila propiedad de Carlos Stelling, Francisco de Sales Pérez, Miguel Vicente Pérez y Eric Aimán hasta el de la planta GoodYearen agosto de 2020.

La historia de arrojo y sacrificios de los bomberos de Valencia es larga y no está aún escrita,porque pese al reconocimiento formal de su importancia para la protección y seguridad de la ciudad, es una institución subestimada. Los que persisten por compromiso cívico y entereza personal, lo sostiene esa identidad genérica que conforma el imaginario colectivo que llamamos valencianidad. Los bomberos son una figura reverenciada por la gente como eñ maestro, el médico de hospital y como quisiéramos que fuera el funcionario policial.

Ojalá que el día del bombero, el 24 de agosto, suene el aplauso de toda la ciudad y que se oiga como la sirena que en la Valencia de antes anunciaba la hora del mediodía.

 

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