Zoilo Abel Rodríguez: 28 de julio la hora de la victoria por la libertad y la democracia

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Como era de esperarse, ya pusieron SU fecha, la fecha que ellos, después de hacer astutos cálculos y de apostar quiméricamente por la cábala, consideran como la más conveniente a sus intereses.

Es SU fecha, no solo porque la escogen desde una farsa disfrazada de “consenso” y de la burla cruel a quienes les hicieron de bufones en el circo montado en el Parlamento para “debatir” el tema de La Elección Presidencial, sino porque es “histórica” para ellos, dado que “coincide” con la fecha del nacimiento de Hugo Chávez Frías, su extinto líder e inspirador.

Es SU fecha, creen ellos, porque, secuestradas y envilecidas todas las instituciones del Estado, con todo el aparato y los recursos gubernamentales bajo control, incluyendo la oficina de asuntos electorales del PSUV que es el cne (minúsculas ‘ex profeso’), tienen la potestad de imponer autoritariamente acomodaticias condiciones sobrevenidas y fechas electorales que le vayan como “traje a la medida” a su proyecto continuista, incluso si violentan descarada y obscenamente las normas constitucionales respectivas, para tomarse, como es “lógico”, todas las ventajas que de tal escogencia puedan capitalizar.

A ellos, vale decir, a todos los jefes “revolucionarios” y sus operadores estratégicos, a quienes les es consustancial la deshonestidad política y la indecencia en materia electoral, como en muchos otros aspectos, esto no hace más que dejarlos una vez más al desnudo en su vocación totalitaria y en su indigencia ético-política ante el país y ante la comunidad internacional, algo con lo que no se hacen ningún favor a sí mismos, y puede, más bien, que “el tiro les salga por la culata”.

Lo que acaso no sospechaban es que esa ramplona maniobra de adelantar tramposamente la fecha no es una jugada que, conociéndoles sus argucias como se las conocemos, no esperásemos. Por supuesto que la esperábamos; y la mala noticia para ellos es que estamos listos para enfrentar proactivamente tanto esa como cualquier otra contingencia que en ese sentido pudiera sobrevenir. Y, a diferencia de ellos, que acerca del futuro dependen de la especulación delirante, de las adivinanzas y de los imponderables, nosotros ya tenemos claro lo que al respecto nos corresponde hacer.

Deben saber, además, que, sacando el simbolismo onomástico, esa fecha, aun si perversamente fraguada en el “laboratorio” del terror y maliciosamente impuesta, e incluso si creyeran que por su connotación “mítico-religiosa” y fetichista pueden arrogársela como exclusiva, ahora también es y será para siempre NUESTRA fecha.

A los efectos de lo político-electoral inmediato, para nosotros el 28 de Julio es la fecha de la gloriosa batalla cívica que habremos de dar los demócratas venezolanos para derrotar con los votos de la mayoría popular al candidato del oprobio castro-chavista y arrebatarle a la dictadura neocomunista el poder por un cuarto de siglo oprobiosamente detentado.

Mientras que para ellos el 28 de julio pasará a ser, sin lugar a dudas, un mal recuerdo y el triste símbolo de su debacle, para nosotros será la fecha que la Historia registrará como la memorable jornada en que Venezuela, con el liderazgo de María Corina Machado y el concurso de nobles y valientes paladines libertarios, tanto dentro como fuera del país, restauró la Democracia, el Estado de Derecho y la Justicia Social, para enrumbarse hacia el Progreso y hacer presencia dignamente, como corresponde, en el concierto de las grandes naciones democráticas del Orbe.

¡Con María Corina Machado, y la bandera liberal en alto, vayamos con todo al 28 de julio por la Victoria de la Causa de la Libertad de Venezuela!

 

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